El peruano Miguel Harth-Bedoya, conductor de la Orquesta Sinfónica de Fort Worth se lleva un Grammy

Hart-Bedoya, también
ganador de un premio
 'Emmy' atrae a un público
 heterogéneo y diverso a
 sus aclamados conciertos
 Foto: Cortesía laesquinape.com

Los Ángeles, CA.- 10 de Febrero del 2009.- (laesquinape.com)  El peruano Miguel Harth-Bedoya, conductor de la Orquesta Sinfónica de Fort Worth (FWSO, en inglés), fue galardonado anoche en Los Ángeles con un premio Grammy como mejor álbum de un solista acompañado con una orquesta en “Traditions and transformations: Sound of Silk Road Chicago”. En ese material, nuestro compatriota dirige a la Orquesta Sinfónica de Chicago con la actuación del solista Wu Man.

Harth-Bedoya, que reside en Texas, dirigirá en marzo a la English National Opera varios en una producción de La bohème.

Hart-Bedoya, también ganador de un premio Emmy y uno de los directores musicales más jóvenes del momento, atrae a un público heterogéneo y diverso a sus aclamados conciertos.

Director de la FWSO desde el 2000, Hart-Bedoya ha logrado el éxito gracias a su pasión, energía y engranaje musical, aunado a su inquietante manera de tutelar a un gran número de espectadores con funciones populares.

Junto a un público ávido que abarrota las graderías del Bass Hall de esta ciudad, Hart-Bedoya hace gala de su filosofía: “La música sinfónica es para todos, no sólo se trata de tocar obras del período clásico, sino de todas las épocas y estratos sociales”.

Sus impresionantes movimientos y su forma particular de gesticular y de contonear su cuerpo para trasmitir los ritmos a los que debe seguirle su orquesta ha sido también producto de elogios de los más destacados críticos contemporáneos.

“Hart-Bedoya comunica una musicalidad cálida y emocionante que parece obtener una respuesta inmediata de los músicos y los oyentes”, escribió el diario Los Angeles Times sobre el director peruano.

Pero no sólo eso. Hart-Bedoya se ha caracterizado además por interactuar con el público; hablarle y contarle de qué se tratan las melodías. Todas esas particularidades le han valido un premio por la Academia Estadounidense de Televisión y Ciencias (Emmy) en 2000, como mejor interpretación visual.

El programa también recibió otro Emmy como mejor espectáculo.

A sus 40 años, Hart-Bedoya es considerado uno de los mejores en su ramo y su constante fama lo lleva a dirigir como invitado de renombre a la Filarmónica de Nueva York y a las orquestas de Boston, Chicago, Cleveland o Filadelfia y hasta las sinfónicas de Cincinatti, Detroit, Houston o Nueva Jersey,  entre otras.

En Europa, ha liderado la orquesta Sinfónica de Londres, la Filarmónica de Londres (Inglaterra), la Sinfónica de Hamburgo, de Munich (Alemania), la Filarmónica Real de Estocolmo (Suecia) o la Orquesta Nacional de Madrid (España), por nombrar algunas.

SUS INICIOS

Aunque se siente satisfecho por los logros obtenidos, Hart-Bedoya no descansa y sus metas más próximas reflejan su sentir por vivir el presente.

“Mi preocupación es motivar a los integrantes de mi orquesta. Muchas veces es mejor disfrutar lo que tienes, y eso es lo que hago para mantener ese nivel”, aclaró el director, que con tan sólo con 19 años de edad llegó a Estados Unidos a estudiar dirección de orquesta.

Fue precisamente en el Carnegie Hall de la Gran Manzana cuando dirigió a manera de prueba a la Orquesta Sinfónica de Nueva York, que le valió luego el puesto laboral como director asistente.

“Esos lugares quedan grabados en la memoria por siempre, como lo fue dirigir en el Royal Albert Hall de Londres (Inglaterra) o en el Teatro Nacional de Opera de Praga (República Checa) ante públicos exigentes”, agregó Hart-Bedoya, quien consiguió su primer trabajo a los 15 años como asistente escénico en el Teatro Municipal de Lima.

“Por tres temporadas me encargué de los cambios de telón, de las luces, de ordenar entradas y salidas de artistas. La música vocal, la opera, fue lo que me decidió a ser director de orquesta y en el fondo no sabía qué era un director, eso lo fui descubriendo”, recordó el peruano.

Como director, Hart-Bedoya se ha constituido como un ejemplo a seguir y, más allá de la música, su expresión y comunicación con las orquestas que dirige y el público que lo admira, transfiere lo que pocos en su profesión pueden lograr.

“Supongo que a la hora de mis conciertos, aunque me ven de espaldas, ese tipo de comunicación corporal que hago logra transmitir algo a la gente y eso, se ve, no se escucha”.

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