Yúmari, rito de los pimas vinculado con la fertilidad, propuesto como Patrimonio Cultural Inmaterial

Sobre el significado del ritual
 pima, éste dura tres noches
porque fue el tiempo
 que Dios tardó en
 crear el mundo
Foto: Cortesía INAH

Ciudad de México.- 9 de Febrero del 2009.- (INAH) En la creencia de los pimas del noroeste de México, el mundo estuvo inundado originalmente y Dios se puso a bailar yúmari a lo largo de tres días y tres noches, para macizar la tierra. Este rito, vinculado con la fertilidad, es considerado como uno de los de mayor trascendencia para este grupo indígena, el cual será propuesto por México ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), para ser incluida en la Lista de Salvaguardia Urgente.

Debido a diversos factores propiciados por la modernidad, que han impactado en la disminución del índice poblacional de los o’oba o pimas bajos y por ende en la pérdida de sus tradiciones, diversas instancias conforman un expediente técnico para buscar la inclusión de esta festividad de los pimas, cuyo territorio se encuentra dividido entre Sonora y Chihuahua.

La propuesta parte del Grupo de Trabajo para la Promoción y la Protección del Patrimonio Cultural Inmaterial, en México, del cual derivó a su vez un grupo técnico integrado por las direcciones de Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); General de Culturas Populares, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta); y General de Asuntos Internacionales.

El yúmari, será una de las candidaturas (también se propondrá “La maroma” o circo comunitario, que se realiza en los estados de Veracruz y Puebla) que presentará nuestro país para su inclusión en la Lista de Salvaguardia Urgente. La fecha límite de inscripción para el primer ciclo será el 16 de marzo y el dictamen se dará en septiembre de este año.

De acuerdo con el antropólogo Alejandro Aguilar Zeleny, del Centro INAH Sonora, dicho rito es presidido por los cantores del yúmari, aunque estos intérpretes no son reconocidos propiamente como chamanes, sí tienen funciones que vinculan su experiencia y conocimiento con la posibilidad de intervenir o mediar con distintos entes naturales.

En el ámbito de la ceremonia del yúmari, “se hace alusión a distintos animales cuyas cualidades o potencias son invocados a través de los cantos, con el fin de propiciar lluvias o buenas cosechas, entre otras cosas.”

“Una tarde, en una de las comunidades o’oba, unas niñas pedían al anciano don Nemesio que les interpretara ‘la del cuervo’, una de las canciones de la fiesta del yúmari. Al principio, el abuelo se negaba aduciendo que ‘esa hace llover’; luego de un rato accedió y a los pocos minutos de haberla cantado comenzó la precipitación, él sólo dijo: ’ya ven, les dije que iba a llover…’”, narró el investigador.

Por su parte la antropóloga Claudia Harriss Clare, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), Unidad Chihuahua, refirió que en el yúmari la participación de las mujeres también es importante, ellas cocinan los tamales para la festividad que dura tres noches seguidas. La comida es elaborada sin sal, porque se recuerda que los ancestros no tenían este condimento, de ahí que es una forma de honrarlos.

“Durante el yúmari, los hombres y, a veces mujeres, bailan sones de música pascola (a ritmo de violín, guitarra y tenábaris, que son capullos de mariposa secos rellenos de arena, los cuales se colocan en los pies). Sin embargo, se piensa que esto es parte de la influencia de la cultura yaqui de los valles de Sonora.”

De esa manera, los danzantes evocan a los animales del monte como venados, coyotes y algunas aves; por otro lado, un maestro rezandero o cantor, interpreta el yúmari frente a una cruz instalada en el patio de una casa y es circundado por mujeres que danzan emulando nubes, para llamar el agua.”

Sobre el significado del ritual pima, la especialista detalló que dura tres noches porque fue el tiempo que Dios tardó en crear el mundo, así mismo, los pasos sobre la tierra refieren al diluvio. De suerte que es una mezcla de tradiciones indígenas y católicas.

“En la creencia de estos grupos, el mundo estuvo inundado originalmente y Dios se puso a bailar yúmari a lo largo de tres días y tres noches, para macizar la tierra. Es una manera de asegurar que haya agua y abundancia en el monte, pero también es un rito de fertilidad femenina para garantizar la continuidad de las generaciones.”

Otro aspecto interesante, detalló Claudia Harriss, es que el yúmari es parte de todo un ciclo ritual que deben cumplir los pimas, durante su vida. Ellos, por ejemplo, tienen la obligación de realizar tres fiestas, recordando el lapso de la creación; y las mujeres necesitan cumplir con cuatro, pues se piensa que su capacidad de parir las dota de un alma más.

“Un obstáculo más para la integración de los pimas, es que al estar distribuidos entre dos estados, deben obedecer a políticas distintas”, concluyó la experta del INAH.

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