Ma Teresa Rodríguez convencida de que su pasión por el piano se hizo presente aun antes de nacer

Después de una carrera
 de más de siete décadas,
 la creadora fue galardonada
 con el 'Premio Nacional
 de Ciencias y Artes 2008'
en el campo de 'Bellas Artes'
 Foto: Cortesía CONACULTA

Ciudad de México.- 6 de Febrero del 2009.- (CONACULTA) Alumna del músico ruso Alexander Borowsky, ex directora del Conservatorio Nacional de Música y colaboradora y amiga de Carlos Chávez, María Teresa Rodríguez está convencida de que su pasión por el piano se hizo presente aun antes de nacer.

 

“Mi padre era cantante y mi madre pianista. Fue precisamente al término de un concierto que ella me trajo al mundo con ocho meses de embarazo. Desde entonces comenzó la música para mí. A los cuatro años ya me sabía de memoria las notas, incluso antes de aprender a leer”, recordó.

 

Después de una carrera de más de siete décadas en la que ha cosechado reconocimientos a nivel internacional, la creadora fue galardonada con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008 en el campo de Bellas Artes.

 

Originaria de Real del Monte, Pachuca, María Teresa Rodríguez conoció muy pronto la experiencia de los recitales y conciertos. En 1942 viajó a los Estados Unidos para estudiar con el maestro ruso Alexander Borowsky, quien le confió los secretos para hacer del piano una extensión del cuerpo.

 

“Con el paso de las décadas esta relación se fue acentuando. A través de mis manos me conecto con el teclado y ya no reconozco la diferencia entre mi ser y el instrumento”, comentó.

 

Mientras mira con nostalgia los dos instrumentos que guarda en su sala de estar, adornada con numerosas obras de arte, recordó cómo a su regreso a la ciudad de México un buen día recibió una de las llamadas más importantes de su vida.

 

“Me habló la secretaria de Carlos Chávez y me dijo que dejara lo que estuviera haciendo y que fuera a hablar con él a Bellas Artes. Recuerdo que yo le temía a Chávez por lo que sabía de su rigor cómo músico y director de orquesta, lo veía como un león feroz; sin embargo cuando lo conocí, me encontré con un ser humano generoso y afable”.

 

Chávez le otorgó una beca a la pianista para que continuara su formación en Europa y ofreciera algunos conciertos por espacio de un año, con la única condición de que regresara a México. Rememoró:

 

“Me acuerdo que la entrevista terminó cuando Carlos Chávez me dijo que pasara con su secretaria, quien me tenía listo un cheque. Eran tres mil dólares de aquellos tiempos, no lo podía creer. Empaqué mis cosas y estuve en Europa por más de diez meses. A mi regreso me encontré con una gran actividad musical en todo el país”. 

 

A la fecha, María Teresa Rodríguez se cuenta entre las músicas mexicanas que han sido dirigidas por las mayores leyendas de la música nacional e internacional, entre ellos Igor Markevitch, José Pablo Moncayo, Arthur Fiedler, Kyril Kondrashin, Carlos Chávez, Jorge Mester, Luis Herrera de la Fuente y Eduardo Mata.

 

“A Mata y a mí nos solía invitar a menudo Carlos Chávez a cenar, después de trabajar casi diario hasta las 11 de la noche en el Taller de Composición que creó en el Conservatorio. A Chávez también le aprendí la puntualidad. Decía que si los toros comenzaban a tiempo, por qué no también los conciertos. Él impuso que los ensayos de orquesta iniciaran en cuanto el director alzara la batuta”.

 

Con respecto a la formación musical en nuestro país la pianista, celebró el surgimiento de orquestas infantiles y juveniles a través del Sistema Nacional de Fomento Musical.

 

“La música es algo natural en los niños. Todo lo que suene despierta su interés y lo toman como un juego. Yo fui una de las necias que se quedaron pegadas al instrumento, por eso sé la importancia del estímulo musical en los primeros años de vida”, consideró.

 

En este sentido, durante su gestión al frente del Conservatorio Nacional de Música decidió promover programas de estudio enfocados en el desarrollo integral de cada alumno.

 

“Cuando llegué al Conservatorio se convirtió en todo un escándalo: era la primera mujer en dirigirlo en más de 100 años. Yo tenía muchas ideas y quería poner el orden porque por el lugar corría mucha mariguana y hasta los salones de ensayo se usaban como hotelito por algunos alumnos. Mi labor fue difícil pero se lograron resultados”.

 

Rodríguez finaliza la entrevista: “Para mí la música lo ha sido todo, incluso me dio una familia porque mi esposo fue a uno de mis conciertos y lo conocí tiempo después. Mi trabajo ha sido sólo el cumplimiento del deber, el deber  a mis padres, a mis maestros, a mi país y a la música”.
(HBL)

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