La magia de “Cri-Crí” es una tradición 100% mexicana que ha maravillado a numerosas generaciones

El montaje con la 'Compañía
 Nacional de Danza' se
presentará el sábado 7 y domingo
 8 en el 'Teatro Julio Castillo'
de la 'Unidad Cultural del Bosque'
Foto: Cortesía
 'Compañía Nacional de Danza'

Ciudad de México.- 5 de Febrero del 2009.- (CONACULTA)  El primer signo de que los niños modernos han cambiado la imaginación y los juegos manuales por la tecnología, es que el tradicional juego de las canicas se encuentra completamente olvidado, opinó la bailarina Clara Carranco.

 

“Las nuevas generaciones, absortas en los videojuegos, ya no se interesan en estos juegos de tierra, de piso, de marcar con un gis figuras y saltar; ahora para todo se necesita una computadora, de ahí la importancia de rescatar legados tan humanos y cálidos como el de Francisco Gabilondo Soler”, detalló.

 

A sus 68 años, la decana de la danza, quien actualmente se desempeña como meitre de ballet, participa en el montaje de Cri-Crí a cargo de la Compañía Nacional de Danza que se estrenará el sábado 7 de febrero en el Teatro Julio Castillo de la Unidad Cultural del Bosque.

 

Carranco, quien el pasado 7 de diciembre recibió la Medalla de Oro de Bellas Artes por su trayectoria en los escenarios, afirmó que esta obra dirigida por el coreógrafo José Luis González es una renovación visual y musical de las canciones de Francisco Gabilondo, cuyas letras muestran un gran respeto por la inteligencia infantil.

 

“Este montaje me hace recordar muchos en los que participé desde mi ingreso como becaria al Instituto Nacional de Bellas Artes en 1957. La magia de Cri-Crí nunca termina, es una tradición 100 por ciento mexicana que ha maravillado a numerosas generaciones”, refirió en entrevista.

 

Además de ser una de las alumnas más destacadas de la maestra Ana del Castillo y fundadora de numerosas compañías, Clara Carranco vivió en carne propia la Revolución cubana, tras su viaje a la isla en 1960.

 

“Como mexicana quería saber qué estaba ocurriendo con los movimientos latinoamericanos y un buen día empaqué mis cosas y viajé a Cuba para unirme a esa otra revolución: la cultural, que había comenzado con mucha fuerza”.

 

Fue fundadora de la escuela de Arte de Ballet en Cuba y durante mucho tiempo participó en espectáculos con temáticas libertadoras que eran presentados en fábricas y escuelas, como parte de la visión del Che Guevara de llevar la cultura al pueblo.

 

“Los bailarines nos sentíamos orgullosos de participar en un movimiento único en América Latina que había traído esperanza no sólo a los cubanos sino a personas de todo el mundo. Ahí estaba el Che, ahí Fidel, y también toda una comunidad unida por la esperanza de crear un nuevo modelo social”.

 

A su regreso a México en los años 90, Carranco se entregó por completo a la docencia, convencida de que hay todo un legado de tradición dancística latinoamericana que debe ser conocido por las nuevas generaciones.

 

Comentó: “Es importante no sólo enseñar la danza, sino también difundirla, por ello esfuerzos como este montaje son tan importantes al incluir a toda una Compañía Nacional en algo que será visto por el público infantil. Justo ahí se encuentra la clave para crear nuevos públicos en el futuro”.

 

Agregó: “En mis tiempos, Cri-Crí era sinónimo de fiesta, de esperanza, de aprendizaje. Hoy uno escucha sus letras, sin importar la edad, y encuentra siempre nuevos significados e imágenes. Nunca es tarde para mostrar a nuestros hijos y nietos su legado. Es, como lo dije, una tradición orgullosamente mexicana”.

 

El montaje Cri-Crí con la Compañía Nacional de Danza se presentará en cuatro únicas funciones el sábado 7 y domingo 8 en el Teatro Julio Castillo de la Unidad Cultural del Bosque.

(HBL)

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