Perviven en Sonora rituales que realizan chamanes de las etnias yaqui, seri, pápago, pima y guarijío

Los chamanes operan con un
halo de misterio y discrecionalidad,
 ya que no es tan fácil que
 hagan sus rituales en público
 Foto: Cortesía INAH

Ciudad de México.- 1º de Febrero del 2009.- (INAH) En el noroeste de México, concretamente en Sonora, pervive entre la población e incluso entre las autoridades, la búsqueda de los rituales que realizan los chamanes de las etnias yaqui, seri, pápago, pima y guarijío, aun cuando estas prácticas suelen ser asociadas en el imaginario colectivo con expresiones diabólicas o satánicas.

 

De acuerdo con el antropólogo Alejandro Aguilar Zeleny, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), esta concepción alejada de la realidad, tiene su origen en cierta medida en las novelas del escritor Carlos Castaneda, como Las enseñanzas de Don Juan  y Una realidad aparte, entre otras, publicadas en los años 60 e inicios de los 70, en las que el autor otorgó un halo de misterio al chamanismo.

 

“En algún momento, a partir de la difusión de esta polémica obra, muchos aventurados se dieron a la tarea de buscar las huellas de don Juan —indígena protagonista de la historia— por las veredas de los pueblos yaquis, sólo para encontrarse con el hecho de que literalmente existen cientos de Juan Matus entre estas comunidades, pero la gente buscaba en el fondo sólo a uno de ellos.”

 

“La sombra de don Juan (personaje que supuestamente introdujo a Castaneda en prácticas chamánicas) se hace presente en el interés de muchas personas en su proceso de acercamiento a la realidad indígena”, consideró el también coordinador del equipo Sonora Desierto, del Proyecto Etnografía de las Regiones Indígenas de México.

 

“Parte de la imagen que se tiene aún hoy de la cultura yaqui tiene que ver en el fondo con esa misteriosa ‘realidad aparte’ que en ocasiones impide ver el mundo real de los yaquis, que sin embargo guarda y muestra sus enigmas hasta nuestros días”, comentó Aguilar Zeleny durante su participación en la Décima Reunión de dicho proyecto de investigación del INAH, que se realiza en Taxco, Guerrero, bajo el tema: Chamanismo y Nagualismo.

 

El investigador dio un panorama de estos aspectos entre los grupos del desierto y la sierra de Sonora: comca’ac (seris), o’odham (pápagos), o’oba (pimas), macurawe (guarijíos) y yaquis.

 

Esa “‘realidad aparte’ que menciona Castaneda —expresó el antropólogo— tiene aún diversos rostros y apellidos en el seno de los pueblos indígenas del noroeste del país, a pesar de los cambios y transformaciones por los que ha atravesado su cultura y existencia.

 

A lo anterior, se suma “la prolongada necesidad de ocultar a la luz del mundo occidental los rasgos y formas de expresión de este tipo de pensamiento que desde la llegada de los españoles y en particular de los misiones jesuitas, comenzó a verse proscrito, señalándose como expresión diabólica o satanismo”.

 

Las características más determinantes de los “chamanes” de las etnias de Sonora —dijo—, son precisamente el halo de misterio y la discrecionalidad con que operan, evitando en la medida de lo posible exponerse o exhibirse públicamente.

 

Aguilar Zeleny, investigador del Centro INAH Sonora, brindó una anécdota ejemplar. Este hecho se dio hace pocos años cuando las autoridades municipales de Hermosillo, debido a una prolongada sequía, contrataron a dos ancianos seris para que realizaran una ceremonia especial en el vaso de la presa Abelardo L. Rodríguez.

 

“El ritual se llevó a cabo entre cantos, danzas, quema de salvia y discursos en lengua seri, frente al nerviosismo, la creencia o el escepticismo de los asistentes y medios de comunicación; al no presentarse la lluvia, la burla se hizo presente, tanto hacia los indígenas, como hacia quienes los habían contratado.”

 

“Días después, cuando en efecto cayó la lluvia, ellos (los ancianos) tan sólo señalaron que habían dicho que el agua vendría, mas no en ese preciso momento. En la comunidad comca’ac, se conserva todavía un conjunto de creencia relacionadas con los espíritus que habitan en las cuevas o en el fondo del mar”.

 

En opinión del antropólogo, entre los pápagos existen especialistas rituales que tienen un peso importante: los makai, aunque cabe mencionar que éstos se encuentran principalmente entre miembros del grupo o’odham que viven en el estado de Arizona, Estados Unidos.

 

“Recientemente, durante la celebración de la fiesta de San Francisco, en la comunidad de San Francisquito, dentro del territorio pápago en México, se tuvo la participación de un makai, quien acudió a dicha comunidad con el objetivo de hacer una ‘limpia’.”

 

“Éste (el ritual) se realizó trazando un círculo sobre la tierra, para lo que se utilizó además del humo de ramas de creosota, el humo de un cigarro, dedicado hacia los puntos cardinales, frente a la muda expectativa o indiferencia de algunos asistentes”. Lo anterior, se explica por la influencia de miembros de la iglesia nativa americana, pertenecientes a diversas tribus.

 

Alejandro Aguilar Zeleny concluyó que lo interesante es rescatar la persistencia de un tipo de pensamiento que da lugar a la existencia de ciertos especialistas y formas de acción (derivados y propios del mundo indígena), que en cierto modo han sobrevivido a la asimilación y “domesticación” del espíritu de estos pueblos.

 

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