Davos y los ilusionistas

POR LA ESPIRAL
*Claudia Luna Palencia

-Davos y los ilusionistas
-Entre reproches y deslindes
-FMI: restablecer el sector

 

 Hace tiempo que el cónclave de Davos ha ido perdiendo credibilidad en la medida en que el capitalismo hace distintas crisis cada vez más recurrentes e intensas y sube el número de personas afectadas.
 A los montes suizos, testigos del Foro Económico Mundial, acuden una élite de empresarios así como presidentes, gobernadores, primeros ministros, en suma representantes de las fuerzas económicas privadas y de los hombres y mujeres encargados de las políticas públicas.
Dicen que van a  reflexionar, a escuchar diversas opiniones sobre las cuestiones más apremiantes que atentan contra las fuerzas del capitalismo, no en balde Suiza ha sido cuna también de otros movimientos tendientes a preservar la libertad del capitalismo con la Mont Pelerin Society creada en 1947 por Friedrich Agust Von Hayek, premio Nobel de Economía y  antagonista de las ideas de John Maynard Keynes.
 Algo tendrá Suiza que entre su aparente neutralidad inspira a creer en sus poderosas instituciones financieras mediante el sello del secreto bancario para  convertirse en la mejor caja de resguardo del dinero de mucha gente sobre todo de políticos de otras partes del mundo.
 Será que sus paisajes de postal encierran todas las claves de la acumulación de la riqueza, quizá por ello la reunión  del Foro Económico Mundial del 28 de enero al 1 de febrero es tan marcadamente especial: el capitalismo está gravemente herido.
 En Davos 2009, los participantes apuntan el flechero hacia la búsqueda de culpables del cataclismo financiero (muchos de ellos no lo dudemos  son asistentes del foro) y señalan a la regulación y  supervisión financiera como miopes ante la especulación, laxas para prohijar los fraudes y endebles ante los nombres con cierta relevancia (tenemos el caso Madoff).
 No hay nada más sintomático de lo qué es el capitalismo: un sistema  dirigido por ciegos especuladores que no pueden detenerse a analizar el gran daño social, el boquete que dejará esta magna crisis en la masa de trabajadores de países desarrollados y subdesarrollados y en las consecuencias en el abaratamiento inminente de la mano de obra, la pérdida de derechos sociales y laborales; el incremento de los desempleados, el empobrecimiento de la clase media y la mayor depauperación de los más pobres.
 Que en Davos se discuta quién tuvo la culpa de tirar el sistema financiero mundial y por qué dejaron crecer las hipotecas de riesgo  significa que los que tienen el poder económico global no están valorando la inminente crisis social que se avecina con millones de desempleados y una clase media con un descontento creciente.
 Y deberían tomárselo más en serio porque la historia nos enseña que el descontento de la clase media ha provocado revoluciones y levantamientos civiles, cambios de sistemas económicos y políticos. 
 Ninguno de los participantes en Suiza avizora siquiera las consecuencias políticas y sociales del desafío financiero con traslado en la economía impuesto en los albores del siglo XXI. Salirse del  atolladero a partir de 2011 implicará un impacto en las urnas de muchos países afectados como España,  Alemania, Austria, Francia, Japón y en América Latina desde México hasta Argentina.
A COLACIÓN
 Ante la falta de liquidez de muchas empresas hubiera sido pertinente organizar un foro más austero, donde también presidentes y representantes gubernamentales demostraran mesura en los equipos de ejecutivos a los que hay que pagar avión, hoteles, alimentación y otros gastos.
No están los tiempos en jauja, más bien para quedarse en casa, cada dinero mal gastado o aplicado de forma inadecuada se resentirá todavía más en un entorno donde escasea el financiamiento.
Tenemos que Barack Obama, presidente de Estados Unidos, prefirió quedarse en casa a cabildear directamente con los legisladores republicanos a fin de convencerlos para obtener su respaldo para el paquete de recursos necesarios para una serie de acciones a fin de apuntalar la economía americana.
Hay que aplicar el costo de oportunidad y sobre todo que la ciencia económica nos enseña que ante recursos escasos y limitados hay que aprender a elegir, simplemente optar.
En esta época  hay que aplicar dicha máxima, hacerlo los empresarios, los gobernantes y los ciudadanos.
 Los empresarios en Davos deberían aprender que a veces es tiempo de sabiduría y que ésta no necesariamente significa quintuplicar las ganancias cuando todo mundo va perdiendo o dejando filas de desempleados, a veces ser prudente es la mejor forma de maximizar el beneficio sobre todo si conservas a toda la plantilla laboral.
 Lo digo pensando en algunos empresarios, como Emilio Botín, presidente del Banco Santander Central Hispano (BSCH), anunciando incrementos del 9.4% en sus ganancias netas de 2008, con utilidades por 8 mil 876 millones de euros  y ejecutando una política de  desempleo en sus posiciones en América Latina, en Brasil con 400 recortes en enero o en Chile, desde el año pasado despidiendo gente.
 Habría que tener más inteligencia social, que la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) no muera en aras de la crisis, ni de las utilidades, para que no se disgusten los inversores y accionistas cuando son tiempos de vacas flacas  debe primar el sentido de la responsabilidad hacia los puestos de trabajo y las familias que se alimentan gracias a éstos.
 Aquello del empresario rico a costas del incremento de la pobreza no combina, si verdaderamente los capitalistas quieren cuidar el futuro del capitalismo tienen que ser más inteligentes porque más desempleados son mayores amenazas contra la paz, la estabilidad social y el sistema.
GALIMATÍAS
 De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) pese al amplio alcance de las políticas adoptadas, el sistema financiero mundial continúa sometido a una presión intensa.
A juicio del FMI, se debería poner en marcha una estrategia triple —suministro de liquidez, inyecciones de capital y disposición de activos contaminados— exhaustivamente y con rapidez para promover el saneamiento de los balances. Al mismo tiempo, se necesitará cooperación internacional para lograr la congruencia y la compatibilidad de las políticas a fin de restablecer la estabilidad financiera.
*Economista y columnista especializada. Es candidato a doctor por la Universidad de Alcalá, tiene dos libros publicados y participa en distintos foros de radio y televisión con opiniones sobre educación financiera, economía y finanzas personales.  Puede contactarla en: claulunpalencia@yahoo.com

 

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