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Kahlo fue contratado en 1899
para llevar a cabo el
registro de varios monumentos
históricos distribuidos en
todo el país, labor que
efectuó entre 1904 y 1913
Foto: Cortesía INAH
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Ciudad de México.- 7 de Enero del 2009.- (INAH) Hace un siglo, el fotógrafo alemán Guillermo Kahlo (1871-1941), fue contratado por el gobierno de México, entonces bajo el mando de Porfirio Díaz, para capturar monumentos clave en la historia de nuestro país a propósito de lo que fueron los festejos del Centenario de la Independencia. Uno de esos espacios fue el antiguo Colegio de San Francisco Javier en Tepotzotlán, Estado de México.
Este año, el Museo Nacional del Virreinato (MNV) celebrará 45 años de haberse establecido como espacio museístico, en ese inmueble histórico y, entre otras actividades conmemorativas, presentará una exposición temporal para mostrar el ayer y el hoy del ex colegio jesuita, mediante 27 tomas del mismo y de su entorno, realizadas por Kahlo.
La intención de la muestra, de acuerdo con Cecilia Genel Velasco, directora del MNV, es “contrapuntear” la visión que sobre la arquitectura poseía Guillermo Kahlo, con la de fotógrafos contemporáneos; es decir, crear un recorrido visual que permita al visitante disfrutar las escalas y percatarse de los cambios y permanencias de ese edificio que data de fines del siglo XVI.
Los claustros, los patios y, obviamente, los retablos de estilo churriguerescos del Templo de San Francisco Javier, son algunos de los espacios y bienes que destacarán en esta exhibición, que además cuenta con la colaboración de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (Encrym), del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Esta muestra, prevista para el segundo semestre, será resultado de la cooperación entre el MNV y la Encrym, a través del Taller de Integración Museológica (parte del programa académico de la Maestría en Museología), bajo la responsabilidad de la investigadora del INAH, Alma Montero Alarcón.
Las fotografías autoría de Kahlo proceden de algunas dependencias del Instituto como la Fototeca Nacional (en Pachuca, Hidalgo) y la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos (CNMH). Para complementar el montaje se mostrará la técnica fotográfica de fines del siglo XIX e inicios del XX, mediante daguerrotipos y cámaras de la época.
Cabe recordar que Guillermo Kahlo fue contratado en 1899 para llevar a cabo el registro de varios monumentos históricos distribuidos en toda la República Mexicana, labor que efectuó entre 1904 y 1913.
En ese mismo tenor de las exposiciones, Genel Velasco detalló que en 2009 también se efectuará una amplia labor de gabinete con el fin de preparar la magna muestra: Esplendores de la plata, en la que además de exhibir destacadas piezas, darán a conocerse aspectos inéditos sobre esta industria, datos que parten de distintos estudios desarrollados en el Seminario de la Plata, que imparte la CNMH.
“Con el Museo Franz Mayer, de la ciudad de México, coleccionistas particulares y otras instancias del INAH, trabajamos en lo que es la selección de los objetos, la que probablemente incluirá platería originaria de las Islas Canarias. Planeamos inaugurar Esplendores de la plata en abril de 2010”, abundó la titular del MNV.
Por otra parte, en 2008 se concluyó la primera etapa de intervención de los Molinos de Xuchimangas (que permitieron el autosustento de la orden jesuita), anexos al huerto del museo. Se trata de un proyecto con miras a convertirse en centro cultural, para 2012, en beneficio de la población del norte del Distrito Federal y del Estado de México.
“En materia de restauración también tuvimos la oportunidad de trabajar el Patio de Cocinas, en el presente año continuaremos con obras de mantenimiento de infraestructura que implican la impermeabilización y algunos fijados de pretiles en las partes altas del edificio”.
Para Cecilia Genel, 2008 fue positivo para el Museo Nacional del Virreinato, si se consideran las áreas cubiertas. Por ejemplo, para la exposición Jesuitas. Vida y expulsión de Tepotzotlán (hasta el 26 de abril de 2009) fue posible, gracias a un equipo interdisciplinario del propio museo, abrir el coro y el antecoro, espacios que estuvieron cerrados por 20 años.
