2009: menor crecimiento, más desempleo

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-2009: menor crecimiento, más desempleo
-México un mal PEF basado en petróleo
-Dos vulnerabilidades por resolver

 

 Comienza el  año nuevo y persiste el consenso para  2009 de una  aldea global enfrentando el  reto de un  menor crecimiento.
Las estimaciones iniciales apuntan a un primero y segundo trimestre muy malo y la posibilidad de que la tensión sobre del crecimiento reduzca en la medida que Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia y Gran Bretaña  adopten mayores medidas de política económica para reimpulsar sus propias economías.
 Mientras  los países más desarrollados están altamente afectados por la crisis financiera, los emergentes caen emproblemados en la medida que les llegan coletazos del tipo de cambio,  caída de las exportaciones petroleras,  reducción de petroprecios, encarecimiento de los insumos alimenticios y algunos como México pagan su cuota por depender del ciclo económico estadounidense.
 Hasta China que presumía de crecimientos económicos superiores al 9% en año pasados, ha debido ser más conservadora en sus pronósticos y adelantar una serie de paquetes de estímulos fiscales  para la demanda interna, a fin de que su proyecto de expansión no desmorone en un país que políticamente no logra quitarse la camisa del comunismo y centralismo aunque económicamente incentive una economía de mercado estimulando la propiedad privada.
 Dentro de los emergentes, México en América Latina es el de mayores problemas en el corto y mediano plazo si como se espera Estados Unidos reactiva su economía en 2010.
 La vinculación económica, comercial, de inversión, movimiento de capitales, flujo humano y turístico con el vecino del norte es motivo suficiente para  realizar sendos ajustes tanto en el PIB esperado para México en 2008 como en el proyectado en 2009.
 Analistas privados consultados por la última encuesta del Banco de México  pronostican que en el cuarto trimestre del 2008 el  crecimiento real anual del PIB será de 0.1%, y el dato de PIB para todo el año será de 1.7 por ciento.
 Para 2009, el pesimismo es mayor: el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima para México un PIB de 0.9%; la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) espera un PIB de 0.4%; la encuesta del Banco de México prevé un crecimiento de 0.1%; Merrill Lynch  apunta  un  PIB de 0.4%;  en tanto especialistas económicos de BBVA señalan que el país tendrá un crecimiento cero.
 Más optimistas son las cifras oficiales utilizadas para proyectar el Paquete Económico 2009 y el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) por supuesto elaboradas por la Secretaría de Hacienda, se trata de una estimación del PIB de 1.8% con una inflación esperada de 3.8%, el precio del petróleo cotizando en 70 dólares por barril y tipo de cambio de 11.70 pesos por dólar.
 Esas son  cuatro variables ejes para calcular los ingresos y egresos que podrán ejercerse en México a lo  largo de este año, como lo anota el PEF el gobierno habrá de gastar 3 billones 45 mil millones de pesos,  siempre y cuando los ingresos obtenidos lo permitan cubrir.
GALIMATÍAS
 ¿Un mal presupuesto? Lo sabremos sobre de la marcha cuando comiencen a suceder los recortes presupuestales y el gasto gubernamental tenga que contraerse.
 Y es que el escenario global convoca a ser más prudentes, mucho más que  en tiempos del sexenio encabezado por el entonces presidente Ernesto Zedillo, con la crisis de Rusia hubo atisbos de volatilidad en México y las variables internacionales trastocaron, impactando de forma negativa en el presupuesto. Hubo varios recortes.
 No obstante, los expertos asesores del gobierno panista parecen ignorarlo. Los técnicos han preferido optar por elaborar un presupuesto arriesgado más que uno conservador.
 Desde mediados de junio del año pasado fue más notable el  impacto de la crisis estadounidense y la volatilidad en los mercados financieros dentro del ámbito nacional.
 Agustín Carstens, titular de Hacienda, poco a poco comenzó a aceptar que habría que esperar un menor crecimiento del PIB tanto en 2008 y luego, finalmente, en 2009.
 Cerca de la recta final del año, el propio presidente Felipe Calderón anunciaba medidas con el Programa para Impulsar el Crecimiento y el Empleo para  evitar un mayor impacto proveniente de la recesión estadounidense.
 Los datos del empleo y de la inflación mostraron un deterioro importante y variables como el precio del petróleo y el tipo de cambio se movían con  desempeños erráticos.
 El año 2008, la economía mexicana alcanzaba una Tasa de Desempleo Abierto (TDA) cercana al 4.5%, la mayor desde diciembre de 2000; y una inflación preliminar en   6.5%, que remontaba al sexenio de Zedillo.
  No menos halagüeños el comportamiento del tipo de cambio en  niveles de hasta 14.10 pesos por dólar y la situación del petróleo con una menor  producción, exportación y caída del precio del insumo en el mercado internacional.
 De acuerdo con Petróleos Mexicanos (Pemex) de enero a noviembre bajaron 17.3% las exportaciones petroleras de México a un promedio de un millón 410 mil barriles diarios; la producción de crudo cayó 9.3% a dos millones 806 mil barriles y la producción del yacimiento de Cantarell bajó 31%  a un promedio de un millón 28 mil barriles diarios.
 En cuanto al precio del petróleo éste continuó reduciéndose: el 23 de diciembre pasado, la cotización de la  mezcla mexicana de exportación tocó los 28.72 dólares por barril, un 65.16% menor que el precio de cierre del 2007.
SERPIENTES Y ESCALERAS
 El gasto en seguridad y el gasto social serán los más afectados si comienzan, sobre de la marcha, los recortes al presupuesto una vez que en el mercado internacional los petroprecios sean insostenibles en el tiempo  y además aminore  tanto la producción como las exportaciones.
 Hasta el momento las expectativas son de constantes reducciones en los precios del crudo, en la medida  que la demanda global por el insumo contraiga principalmente porque las grandes economías industrializadas efectuarán una menor demanda por la propia crisis.
 La economía mexicana corre entonces un doble riesgo víctima de la vulnerabilidad que cada crisis encarga de desnudar: la grave dependencia hacia el ciclo económico estadounidense y la incipiente fortaleza fiscal con finanzas sostenidas por  una variable peligrosa y manipulable como el petróleo.
 De esta forma el gobierno del presidente Calderón enfrentará su primera gran prueba de fuego: atemperar los efectos de la crisis buscando los menores daños sociales posibles.
 Por tanto, el Programa para Impulsar el Crecimiento y el Empleo deberá demostrar sus virtudes si es que la derecha en el poder quiere conservar la silla presidencial en 2012.

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