Restauran murales del siglo XVI del Ex-Convento de San Juan Bautista en Tetela del Volcán, Morelos

El trabajo incluye la
 restauración de 1000
M2 de pintura al fresco
 ubicada en pasillos,
arcos, bóvedas y
habitaciones del
 antiguo edificio
conventual dominico
 Foto: Cortesía CONACULTA

Ciudad de México.- 17 de Diciembre del 2008.- (CONACULTA) Murales del siglo XVI del ex convento de San Juan Bautista en Tetela del Volcán, en Morelos, declarado en 1994 como Patrimonio Mundial por la UNESCO, son actualmente restaurados por alumnos de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM).

 

El proyecto encabezado por Jaime Cama, restaurador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), comprende la limpieza, consolidación y restauración de mil metros cuadrados de pintura al fresco distribuida en pasillos, columnas, arcos, bóvedas y habitaciones del antiguo edificio conventual de la orden dominica. A la fecha esta tarea presenta un avance del 70 por ciento.

 

La labor, iniciada en 2006, ha permitido la recuperación de antiguas imágenes en las que se representa a los apóstoles de Jesús, y a santas como Lucía, Catalina, Bárbara y Úrsula, así como a personajes como María Magdalena y San Jerónimo, además de episodios bíblicos como El Bautismo, La Visitación y La Resurrección.

 

El experto Jaime Cama explicó que el deterioro de los murales además, de haber sido propiciado por la humedad, se debió a que durante la Revolución Mexicana el ex convento fue usado como cuartel, donde los soldados encendían fogatas que ennegrecieron la pintura mural, por efecto del hollín.

 

La pintura novohispana fue creada durante la segunda mitad del siglo XVI, con pigmentos naturales diluidos en barniz, que contiene óxido de hierro. Los colores que la caracterizan son los rojos minerales y negro humo.

 

Cama detalló que la técnica con la cual han sido restaurados los frescos es conocida como  rigattino. “Consiste en trazar líneas verticales, separadas entre sí de uno a dos milímetros, para distinguir entre la pintura original y la restaurada, buscando una continuidad en la pintura sin caer en la falsificación”, explico el restaurador del INAH.

 

En el rescate de las pinturas murales se utilizó cal y arena, materiales compatibles con los muros del ex convento. Además se removió el cemento de paredes y pisos que fue aplicado en décadas pasadas, mismo que impedía la evaporación del agua y provocaba la aparición de humedad.

 

Tras dos años de trabajo, en el que han participado 15 alumnos de la licenciatura de Restauración de la ENCRyM, Jaime Cama comentó que aún falta por atender 30 por ciento del total de la pintura mural, y que se prevé concluir en 2009.

 

Para proteger los murales de la intemperie, se tiene planeado colocar vidrios en las arcadas para que la lluvia no entre. El próximo año comenzarán la intervención de la traza decorativa de los arcos.
    

Jaime Cama –uno de los fundadores de la ENCRyM, institución que recientemente cumplió 40 años de haber sido creada para la formación de profesionales en restauración del patrimonio cultural en Latinoamérica– aseguró que una manera de preservar estos murales hacia el  futuro es involucrar a la comunidad en su conservación.

 

Agregó que es factible que una de las habitaciones superiores del inmueble, que registra pintura con imágenes religiosas más populares, como la muerte y los diablos, se pueda destinar para montar una exposición que atraiga a los  visitantes del propio poblado.

 

El restaurador concluyó que la importancia de estos murales del municipio de Tetela del Volcán, reside en el objetivo original para el que fueron hechos, que no fue el de convertir a los indios a la religión católica, sino ser un recordatorio para los propios frailes.

 

“Venir de España a vivir a la Nueva España en el siglo XVI no debió de ser fácil, entonces este tipo de decoraciones les recordaba por qué estaban en esto, cuáles eran los orígenes de su fe”.

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