Vuelve al Ex-Convento de Churubusco el alma del General Pedro María Anaya

Complementan las ofrendas
elementos tradicionales como
flor de cempasúchitl, papel picado,
pan de muerto, chocolate, fruta,
mole y aguardiente, entre otros
Foto: Cortesía INAH

Ciudad de México.- 3 de Noviembre del 2008.- (INAH) El general Pedro María Anaya, quien defendiera la nación mexicana de la invasión estadounidense de 1846, regresa a su cuartel, el ex Convento de Churubusco, hoy Museo Nacional de las Intervenciones (MNI) por medio de la tradicional ofrenda de Día de Muertos, inaugurada el 31 de octubre. Paradójicamente, un segundo altar en su honor “invade” Paseo de la Reforma, entre la Diana Cazadora y el Ángel de la Independencia.

En esta ocasión, los altares evocan a los que se montan en el municipio de Huichapan, Hidalgo, lugar que vio nacer al militar y presidente interino de México. Complementan las ofrendas elementos tradicionales como flor de cempasúchitl, papel picado con figuras referentes a la muerte, pan de muerto, chocolate, fruta, mole y aguardiente, entre otros.

Raymundo Alva, jefe de Comunicación Educativa del MNI, informó que el primero de los altares se encuentra en el Portal de Peregrinos del ex Convento de Churubusco, y estará abierto al público hasta el 9 de noviembre, mientras que el segundo de ellos se ubica en uno de los camellones laterales de la avenida Paseo de la Reforma, entre los monumentos de la Diana Cazadora y el Ángel de la Independencia, expuesto hasta el día 2 del mismo mes, como parte de la exposición organizada por el gobierno capitalino.

En el estado de Hidalgo, específicamente en la región huasteca, la tradición xantolo o de todos los santos, comienza con las festividades a San Lucas, quien permite la salida de las ánimas el 18 de octubre para que lleguen el 31 las infantiles; el 1 de noviembre arriban las almas de los familiares adultos, mientras que el 2 aquellas de todos los santos. Ya para el 30 de noviembre, día de San Andrés, se da el regreso.

A estas celebraciones las acompañan una serie de danzas conocidas como “cuadrillas”, en las que participan únicamente hombres de la comunidad disfrazados con máscaras y prendas con diseños de mujeres o animales. Se toca el son huasteco o huapangos, para que los huehues o viejitos, encarnen a las ánimas visitantes.

Alva mencionó que la finalidad del festejo es recibir y agasajar a las almas de los familiares que visitan los hogares por medio de alimentos y bebidas; la mesa debe ser cubierta con un mantel bordado sobre el que se colocan los guisados, mientras que el altar simboliza la conexión entre nuestro mundo material y el más allá.

El principal objetivo de las ofrendas es acercar al público con su historia así como difundir los acervos del museo; montar un altar en Reforma cumple con otra de las metas que es sacar el museo a la calle.

“Es una clara intención de nuestra directora, Enriqueta Cabrera, llevar la historia del recinto a las calles para acercarlo más a la gente; en la explanada externa del MNI hemos montado exposiciones temporales que impulsan al público a entrar a conocer el museo y todo lo que encierra”, concluyó el especialista.

   

Leave a Reply