Juan Chávez, oreja; Fernando Ochoa una faena con clase; Guillermo Capetillo abucheado y detalles

Ochoa hizo lo mejor de la tarde,
pero no contaba con la torpeza
de su puntillero, que le birló
una oreja que ya tenía bien ganada
Foto: Cortesía elmanana.com.mx

Ciudad de México.- 3 de Noviembre del 2008.- Al cortar el único apéndice del festejo, el diestro michoacano Juan Alejandro Pérez Chávez fue el triunfador de la quinta corrida de la Temporada Grande 2008-2009 de la Plaza de Toros México.

Ante una pobre entrada, pues el cartel de este domingo atrajo a cerca de cuatro mil aficionados, los diestros Guillermo Capetillo, Fernando Ochoa y Juan Alejandro Pérez lidiaron seis astados de la ganadería jalisciense de San Marcos.

El encierro promedió 500 kilos de peso y en términos generales los seis fueron buenos, destacando el primero, tercero y el cuarto del lote.

Asimismo, este festejo sirvió para que el joven diestro michoacano confirmara la alternativa que tomó el 29 de septiembre de 2006 en la plaza de Uriangato, Michoacán, siendo su padrino el regiomontano Eloy Cavazos y el testigo Rafael Ortega.

Pérez Chávez recibió la confirmación de su alternativa de manos del capitalino Guillermo Capetillo y teniendo como testigo al michoacano Fernando Ochoa siendo el burel de su confirmación "1908", un astado de 530 kilogramos de peso.

El matador michoacano no pudo pedir mejor toro para la ocasión, pues el burel mostraba nobleza y recorrido a pesar de que en los primeros lances el astado lo revolcó sin alcanzar a cornearlo, quedando todo en un achuchón.

El percance sirvió para motivar al torero, quien a partir de ese momento hizo una faena encimista, pisando los terrenos del astado, sin darle reposo o espacio, desperdiciando así un socio que de habérsele dado la faena adecuada hubiera dado mucho más juego del que terminó por dar.

A pesar de que durante el transcurso de la lidia el toro estuvo muy cerca de prender al joven diestro michoacano, Pérez Chávez se las ingenió para evitar otro desaguisado y terminó matando a este ejemplar con certera estocada.

En un principio, el juez de plaza se mostró reticente a conceder el apéndice al espada michoacano, pero ante la insisitencia y presión de los aficionados terminó por conceder la oreja y Pérez Chávez, además, dio triunfal vuelta al anillo.

En su segundo astado, "Don Antonio", que registró 500 kilogramos pero que fue severamente protestado por los asistentes por considerar que era un astado chico, Pérez Chávez poco o nada pudo hacer.

El ejemplar resultó áspero y aún cuando enseñaba recorrido por el lado derecho, el diestro no lo supo entender y acabó abreviando y mató de estocada trasera.

Por su parte, posiblemente el que hoy se festejara el Día de Muertos resultó premonitorio, pues posiblemente fue la última ocasión en la que se vea al veterano diestro capitalino Guillermo Capetillo hacer el paseíllo en la plaza más grande del mundo.

Y es que Capetillo en su primer astado, "Aniversario", un toro de 490 kilos, simplemente no quiso saber nada de la lidia de este burel, al que se le dieron puyazos de más que lo debilitaron y a pesar de esto el animal siguió mostrando nobleza y recorrido, que el diestro capitalino no quiso o no supo explotar.

Así, sin hallarle la forma, optó por despachar a este ejemplar pero tampoco estuvo certero con la toledana, ya que dejó una estocada tendida y trasera.

Como el toro no caía empezó a tratar de despacharlo con descabellos, para este momento la bronca en los tendidos era grande, sonó el rpimer aviso y por fin el astado dobló al séptimo descabello.

En su segundo toro, "Simiente", que pesó 508 kilos y que también daba muy buen juego, Capetillo, tal vez herido un poco en su amor propio por la actuación de sus alternantes, quienes mostraban al menos deseos de agradar al respetable, inició su faena con hermosos lances con el capote.

Al actuar con la muleta, el capitalino empezó bien, pero bastó que el toro hiciera una vez por él para que el diestro se apagara y lo que prometía ser una buena faena se vino para abajo quedando todo en un deseo.

Capetillo, al igual que con su primer astado, mató de estocada trasera, oyó un aviso y requirió de par de descabellos para finalmente pasaportar al astado.

Por lo que toca al segundo espada de este cartel, el michoacano Fernando Ochoa, el nacido en la ciudad de Morelia tuvo un magnífico ejemplar en "Toño", toro que en la báscula registró 495 kilogramos.

Desde sus primeros lances con el capote, el michoacano entendió las características de su astado y fue armando una linda faena. Llevó con buenos quites al astado frente al caballo donde recibió un buen puyazo.

En el último tercio, Ochoa mantuvo la intensidad y cadencia de la lidia, pues le daba espacio y respiro al burel, esto a pesar de que por momentos debió torearlo pegado a las tablas.

Colocó una buena estocada, pero para su fortuna el burel no dobló lo rápido que él hubiera deseado, oyó un aviso y para colmo, el puntillero, no le ayudó al fallar en su labor hasta en tres ocasiones.

Con este marco, lo que había sido una buena faena quedó sólo en recuerdo, ya que la poca ayuda que recibió por parte tanto del toro como de sus subaletrnos causó que Ochoa perdiera al menos una oreja que tenía bien ganada.

En su segundo astado, "100 años", Ochoa tuvo enfrente al animal más complicado del lote, pues el burel de 495 kilos se mostró todo el tiempo peligroso y áspero.

El diestro michoacano decidió abreviar la faena y colocó estocada en no en muy buen sitio, el toro tardó en doblar y por esto escuchó dos avisos, además que necesitó de varios descabellos. (Notimex)

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