Recuerdan al fraile agustino Andrés de Urdaneta artífice del comercio entre Asia y América

El Museo Histórico de Acapulco
'Fuerte de San Diego', será la
sede de la exposición 'Urdaneta
novohispano, la inserción del
mundo hispano en Asia'
Foto: Cortesía INAH

Ciudad de México.- 22 de Octubre del 2008.- (INAH) El uso de la seda en los rebozos, abanicos y biombos; la porcelana y la talavera poblana; así como los esmaltes en juegos de mesa y las peleas de gallos son parte de la influencia que la cultura de Oriente dejó en México hace más de 400 años, cuando en 1565 el fraile agustino Andrés de Urdaneta descubrió el tornaviaje que completaría la ruta entre Asia y América, lo que dio origen al comercio intercontinental.

El decorado de las artesanías como cajas, arcones, escritorios y otros muebles de madera de Uruapan y Pátzcuaro, Michoacán; y Olinalá, Guerrero, son una muestra clara de la forma en que China penetró a nuestro país durante la época virreinal.

La obsesión por la conquista de una vía corta a las riquezas asiáticas (sedas, especias, pólvora, marfiles, entre muchos productos) motivó expediciones europeas, la ruta de ida a Filipinas era muy conocida por los navegantes, sin embargo el regreso de Asia significaba un problema para los marinos, pues en su intento de volver a la Nueva España los barcos se hundían o tenían graves accidentes.

El 8 de octubre de 1565, Andrés de Urdaneta concluyó exitosamente el descubrimiento del tornaviaje. Se trataba del viaje más largo, siete mil 644 millas, navegando por una ruta desconocida, de las realizadas hasta entonces.

Impulsados por el vendaval de verano, hasta el cuatro de agosto navegaron al noroeste buscando la corriente del Kuro –Shivo que los impulsaría hasta Acapulco, que fue el puerto elegido por Urdaneta como destino final de la ruta marítima y por lo tanto el lugar idóneo para el tráfico del navío conocido como “Galeón de Manila” o la “Nao de China”.

Gracias a los viajes de este navegante Acapulco se convertiría en la puerta de entrada de las maravillas artísticas de varios continentes y el Fuerte de San Diego —hoy museo histórico— en vigía y protector del comercio entre México, Filipinas y España.

Entre dos y cuatro veces al año, los galeones españoles zarpaban de Veracruz a España con la mercancía oriental que llegaba de Acapulco en las célebres naos de China, es decir, los grandes buques.

De acuerdo a información de la historiadora Marita Martínez del Río, las naves zarpaban con gran cantidad de mercancías, llevando verdaderos tesoros, de Acapulco se enviaba al oriente plata, cochinilla para tintes, semillas, camote, tabaco, garbanzo, chocolate y cacao, sandía, vid e higueras de la Nueva España, y barricas de vino y aceite de oliva hispanos.

Mientras que de China salían telas y objetos de seda, desde calcetas y pañuelos hasta colchas y manteles; piezas de algodón de la India; alfombras, de Conchinchina y de Japón salían abanicos, cajoneras, arcones, cofres y joyeros laqueados, peines, cascabeles, biombos, escribanías y porcelanas.

No faltaron, por su puesto los productos que motivaron originalmente a los audaces exploradores marinos: las especias de las Molucas, Java y Ceylan principalmente clavo de olor, pimienta y canela. Completaban el atractivo mercantil la lana de camello, el marfil labrado o tallado, bejuco para cestas, jade, ámbar, piedras preciosas, maderas, corcho y nácar.

A 500 años del nacimiento del navegante vasco Andrés de Urdaneta, descubridor del tornaviaje que marcó un hito en la historia de la navegación y que permitió el comercio intercontinental, el Museo Histórico de Acapulco “Fuerte de San Diego”, perteneciente al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) presenta una exposición para celebrar su natalicio y su importante aporte a México.

Con el título Urdaneta novohispano, la inserción del mundo hispano en Asia, la muestra gráfica, montada en la sala de exposiciones temporales y que está abierta al público desde hoy y hasta el 30 de diciembre, ilustra con mapas y fotografías la importancia de la navegación y el comercio entre México, Filipinas y España.

Así mismo, la serie de reproducciones proporcionada por el gobierno de Ordizia, España, da cuenta de la influencia que la cultura de oriente tuvo en la forma de vida de la sociedad novohispana.

Esta muestra, que busca generar entre el público el reconocimiento de Andrés Urdaneta, como uno de los más importantes navegantes, a la altura de Colón o Magallanes, se exhibió localidad vasca de Ordizia, España (lugar de nacimiento del marino en 1508); así como en Manila, Filipinas, y El Callao, Perú, lugares que formaron parte de la ruta comercial que descubrió dicho navegante.

En marco de estas festividades el Museo Histórico de Acapulco “Fuerte de San Diego”, también será sede alterna de “La Nao” 2° Festival Internacional Acapulco 2008 que se llevará a cabo del 1 al 15 de noviembre.

Mediante artes escénicas y musicales, artes plásticas, cine, literatura y muestras de artesanías de los países participantes (Corea, Japón, Indonesia, Filipinas, China) los asistentes al festival conocerán la historia del intercambio comercial y cultural de México con Oriente a través de la puerta que significó Acapulco.

Construido bajo la forma geométrica de estrella de cinco picos el “Fuerte de San Diego” albergará actividades como danza, conciertos musicales, performance, lectura en voz alta, conferencias con temáticas como la arquitectura militar, navegación, relaciones prohibidas entre Filipinas, Acapulco y Perú en los siglos XVI y XVII, así como presentaciones de libros.

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