Escenificarán en Guanajuato “La Orestíada”, tragedia griega de Esquilo

Para este montaje –que cuenta
con subtítulos en español–
se utilizan alrededor de
80 litros de sangre artificial
Foto: Cortesía Sitio Oficial

Ciudad de México.- 8 de Octubre del 2008.- (CONACULTA) Un gigantesco río de sangre tiñe la ropa de los personajes de la obra La Orestíada, que se adentra en los terrenos de la venganza y el destino fatídico, los cuales –al estilo de la tragedia griega– llegan de golpe como sentencia divina para los hombres, títeres de los dioses.

La compañía Deutsches Theater Berlin presenta en nuestro país –como parte de la programación del 36 Festival Internacional Cervantino–, una sangrienta adaptación de la tragedia clásica de Esquilo.

En la obra, la muerte, la guerra y la devastación son formas de vida común para los habitantes de la casa Atreo, quienes sufren en carne propia una maldición que los destruye lentamente.

Los avatares de la fortuna se hacen presentes en cada diálogo. El rencor y odio penetran los cuerpos de los personajes, quienes transitan por los terrenos de la soledad y la tristeza.

Una enorme pared de madera cubre completamente el escenario del foro, una mujer semidesnuda llega con un bote de pintura roja en la mano. Ella, sin compasión, vierte sobre sí el contenido del recipiente, que se tiñe de carmesí y avienta agresivamente el cubo antes de comenzar a narrar su pesar.

Clitemnestra –esposa de Agamenon, rey de Micenas– llora la muerte de su hija Ifigenia, quien ha sido sacrificada para obtener la venia de los dioses y para que su esposo pueda ir a la guerra contra Troya y rescatar el honor de su hermano Menéalo.

Después de diez años, Agamenon regresa acompañado de un botín de guerra, una adivinadora llamada Casandra, quien al llegar al castillo del rey, camina temerosa, en silencio, arañando las paredes y al predecir su propia muerte decide cortarse la lengua, para dejar de expresar sus funestas profecías.

Despechada por la llegada de la forastera, Clitemnestra se une a Egisto –primo de Agamenon– para matar al monarca, lo cual genera el completo odio de su hija Electra, la cual espera el regreso de su hermano Orestes, para vengar la muerte de su padre.

Orestes llega tímido y con la voz entrecortada a su pueblo; tiembla, suda y no controla su propia orina de miedo, tiene severas dudas sobre matar a su propia madre, no puede, pero sabe que si se niega a seguir su destino, la ira de los dioses caerá sobre él.

El coro repite constantemente la frase “Hacer, sufrir, aprender”, mientras se presencia una interminable venganza teñida de sangre.

Tres actrices y cuatro intérpretes llevan a escena a los personajes de esta tragedia que se construye de recuerdos imperdonables. Con sus cuerpos completamente bañados en sangre avientan objetos, gritan su desgracia y manchan la pared que absorbe el color rojo de la vida.

La escenografía de Olaf Altmann consiste en una inmensa pared de madera clara, con dos inmensos escalones que dan perspectivas de altura al escenario, por los cuales entran y salen los actores.

Además, en una parte de la zona de butacas, se acondicionaron dos espacios especiales. El primero para un músico, quien toca una guitarra eléctrica para crear una atmósfera de tranquilidad o caos en las partes climáticas de la obra. El otro espacio es para un narrador que asume las voces del coro, las cuales previenen y alientan a los personajes a hacer cualquier acción.

Con su montaje, el director escénico Michael Thalheimer plantea los dilemas existenciales que surgen a los personajes, y cómo la sangre se impregna de una manera indeleble que “ni toda el agua del mundo puede lavar”.

Con la muerte de su madre, Orestes busca dar un equilibrio al reino devastado, a través de “aprender por la vía del sufrimiento” y la desdicha, el hombre abandona su tierra y decide esperar el juicio de los dioses sobre sus acciones.

Para este montaje –que cuenta con subtítulos en español– se utilizan alrededor de 80 litros de sangre artificial y de polvo blanco.

El Deutsches Theater Berlin –considerado en 2004 por la crítica como el mejor grupo teatral de Alemania– presentará La Orestíada los días 10 y 11, en el Teatro Principal de Guanajuato, como parte de la programación del 36 Festival Internacional Cervantino.

(UOG)

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