Proyecto arqueológico del sitio maya Ek’ Balam revela poco a poco los misterios del “Lucero jaguar”

En la próxima temporada de
campo continuarán los trabajos
arqueológicos y de restauración en el
edificio denominado 'Las Gemelas'
Foto: Cortesía INAH

Ciudad de México.- 7 de Octubre del 2008.- (CONACULTA) La exploración de un templo miniatura y la conservación de otras dos estructuras constituían, hasta 1994, los únicos trabajos arqueológicos realizados en Ek’ Balam, Yucatán, de ahí que fuera considerado por mucho tiempo como un sitio “menor” en comparación con la magnitud de otras zonas del área norte maya como Cobá y Chichén Itzá.

Lo ignoto de este lugar ubicado en la parte centro-oriental del estado, ha permitido al Proyecto Arqueológico Ek’ Balam descubrir poco a poco los misterios del “Lucero jaguar” (en lengua maya), un reino que vivió su época de apogeo incluso antes que Chichén Itzá alcanzara su cumbre como centro rector.

“Ha sido posible determinar –mediante inscripciones de uno y otro sitio– que hubo contacto entre ambas urbes, algunos gobernantes de Ek’ Balam estuvieron presentes en algunos eventos efectuados en Chichén Itzá. Sin embargo, todavía es temprano determinar si fue o no una relación de sujeción”, explicó el arqueólogo Víctor Castillo Borges.

Leticia Vargas de la Peña y Castillo Borges, codirectores de esta iniciativa del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Yucatán, consideran que entre los descubrimientos dados en los últimos 14 años de labores arqueológicas, destaca la localización de un glifo emblema, en el cual se hace referencia al Estado de Talol.

A pesar de que ahora se conoce el nombre del antiguo reino: Talol, no se descarta que Ek’ Balam haya sido la denominación para su capital, pues en otros vestigios se han encontrado citas sobre este último. Lo que se conoce con certeza es la grandeza que alcanzó este espacio bajo el mando de Ukit Kan Lek Tok, entre el 770 y el 801 d.C., en el Clásico Tardío.

Tan significativo fue el esplendor alcanzado por Ukit Kan Lek Tok –quien además fundó todo un linaje–, que sus predecesores hacían diversas menciones sobre su reinado. El ejemplo más palpable de esta reverencia es el Sac Xoc Naj o “Casa blanca de la lectura o el aprendizaje”, aposento donde fueron destinados los restos del gobernante maya.

La fachada del Sac Xoc Naj representa la portada con relieves de estuco más conservada de las descubiertas hasta ahora en sitios mayas de Yucatán. La blancura de este frente –que semeja las fauces del monstruo de la tierra y está custodiado por distintos personajes– sobresalía entre los frontispicios de gran policromía de la Acrópolis.

Este elemento, de acuerdo con Castillo Borges, constituye otro de los grandes hallazgos dentro del Proyecto Arqueológico Ek’ Balam. Su estado de conservación se debe principalmente a que durante la época prehispánica se cubrió de manera intencional, inclusive fue desconocido para algunas generaciones mayas.

Como se mencionó, esta portada forma parte de la Acrópolis, un edificio que contó originalmente con seis niveles (el último desapareció), en cada uno de los cuales se distribuyen diversas construcciones como cuartos y plazas. La última etapa constructiva que es la visible, se realizó en un periodo no mayor de 100 años durante el Clásico Tardío.

Por sus dimensiones (168 metros de largo por 1.75 de ancho, más 32 metros de altura), detalló la arqueóloga Leticia Vargas, hasta el momento se ha explorado la mitad de la Acrópolis, específicamente sus áreas sur y oeste. Se trata de un trabajo sistemático de excavación y consolidación, que va de la mano con labores de conservación y restauración.

En ese sentido, las especialistas Patricia Meehan Hermanson y Alejandra Alonso Olvera, adscritas a la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH, son las responsables del Proyecto de Conservación Integral de Ek’ Balam, dentro del cual han homologado criterios para la realización de este tipo de trabajos.

Estas tareas que contemplan la intervención de los elementos decorativos y recubrimientos de las estructuras distribuidas en las plazas Sur y Norte del sitio, se llevan a cabo desde 2001, y han incluido hasta el momento la atención no sólo del Sac Xoc Naj sino también de otras áreas de la Acrópolis y de la zona arqueológica en general.

Limpieza superficial general, remoción de polímeros (adhesivos sintéticos) que se usaron en el pasado, reposición de materiales perdidos en las juntas, tratamiento de sales en superficie y restitución de resanes (en un nivel más bajo para diferenciar la intervención del original), son, entre otras, algunas de estas acciones.

En Ek’ Balam, el principal factor de deterioro lo representa el agua en sus distintos estados, por lo que la humedad es uno de los problemas a abatir. Para ello, en ciertas áreas de las edificaciones –sobre todo de la Acrópolis– se han dispuesto drenes de ventilación para fomentar la migración de sales y que no afecten el estuco.

En casos más complejos, por ejemplo, se ha decidido ocultar nuevamente elementos decorativos (esculturas, murales) y recubrimientos (aplanados), hasta que el avance del trabajo arqueológico garantice su estabilidad.

Así mismo –concuerdan las restauradoras–, un aspecto importante ha sido la aplicación de morteros compuestos con materiales compatibles a los originales, básicamente cal, polvo de piedra y diferentes variedades de sascab (tierra calcárea).

Además de recuperar parte del conocimiento sobre los materiales constructivos utilizados en Ek’ Balam, como parte de la relación establecida con gente de las comunidades aledañas, Patricia Meehan y Alejandra Alonso han levantado entrevistas sobre su percepción acerca del sitio, diálogos que formarán parte de una producción audiovisual.

En la próxima temporada de campo que dará inicio en los últimos meses de este año –y en coordinación con la excavación y la consolidación arqueológica–, la restauración continuará en la Estructura 17 también conocida como “Las gemelas”, donde se trabajarán los aplanados de sus cuartos interiores.

También se intervendrán las estelas I y II de la Plaza Sur, las banquetas del Palacio Oval y del Juego de Pelota; y diversos elementos (paramentos, banquetas, aplanados) correspondientes a los cuartos 29, 33, 44, 11 y 38 de la Acrópolis.

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