Finanzas para todos

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-Finanzas para todos
-Pasos serios y compromisos
-Banca extranjera, apostar

Cada uno de los 30 países miembros de  la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) llevan a cabo diversas actividades para sentar las bases del impulso a la educación financiera en sus respectivos países. México no es ajeno.
    En estos días de nubarrones económicos y tempestades financieras donde los gobiernos están saliendo a respaldar la liquidez y solvencia de instituciones financieras y cuando el ciudadano está más intranquilo temiendo ser arrastrado por la situación, ahora es cuando la difusión de la educación financiera puede convertirse en una tabla de salvación para personas en edad productiva.
    Es cierto, cada país ejerce potestades en la materia, unos más inclinados a favor de que la iniciativa privada ejerza su papel de liderazgo dentro de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y provea de la información, capital y capital humano.
    Otros países deciden hacer un esfuerzo compartido entre gobierno e iniciativa privada; y algunos más, como México, le dan un mayor peso específico al rol del gobierno y de sus instituciones públicas para ejercer de motores de cambio.
    Cada cual avanza a su manera y respondiendo a las propias circunstancias y complejidades en países miembros de la OCDE    entre los que figuran los de mayor renta per capita en el mundo (Luxemburgo con 60 mil 228 dólares per cápita, Estados Unidos con 41 mil 890 dólares per cápita y Noruega con 41 mil 420 dólares per cápita) y los de mayor índice de Desarrollo Humano y menor desigualdad en  la distribución del ingreso.
    El milagro: en la lista figura México, miembro del selecto club desde 1994, con una economía con el reto de impulsar la educación financiera con vicisitudes y rezagos como los niveles de pobreza, la mala distribución del ingreso, el componente de la Población Económicamente Activa (PEA) en su mayoría gente en la informalidad; la deserción escolar en primarias y secundarias de educación pública; la falta de accesos de la población con escasos recursos a los servicios  bancarios y la exclusión de buena parte de la población de los servicios financieros formales.
    Demasiados desafíos por resolver para que, en un futuro inmediato, todo lo que se abone en la actualidad en pro de la educación financiera rinda frutos con personas mejor preparadas para tomar decisiones que tienen que ver con la economía y las finanzas, porque todos, independientemente de la profesión elegida tienen que vérselas con el mundo de las tasas de interés, el crédito, la inflación, la hipoteca; el crédito automotriz, pagar la colegiatura con una beca crédito, etc.
A COLACIÓN
    La subbancarización en México tiene que atenderse y corregirse, en realidad se corre grave riesgo de que la educación financiera no funcione del todo si la mayoría de la población carece de infraestructura y de instrumentos financieros a su alcance.
Actualmente, en nuestro país existen 260 millones de contratos emitidos por instituciones financieras. Hay 88 millones de pólizas de seguros, 25 millones de tarjetas de crédito, 50 millones de tarjetas de débito; es decir, que dos terceras partes de trabajadores formales reciben sus salarios a través de una tarjeta de débito.
Fundamentalmente debemos reflexionar que sin los servicios financieros necesarios, de oficina y de banca en línea, por Internet o telefonía celular, de qué serviría entonces darles clases a niños, adolescentes y jóvenes sobre de la importancia del ahorro, la cultura del seguro; cultura de pago y la relevancia de la inversión y las edades del dinero de las que tanto hemos escrito en esta columna.
Por tomar un ejemplo, de qué serviría si en la escuela pública de San Lorenzo Texmelucan, en Oaxaca, enseñan a los niños el valor del ahorro, crédito, prevención de los seguros y el fondo de pensiones, en un lugar ignorado por los  bancos porque precisamente allí existen profundos problemas de pobreza y las instituciones no  tienen interés en invertir más de un millón de pesos en una sucursal bancaria.
    Entonces hay un círculo vicioso, porque los  bancos descartan lugares donde la pobreza es más alta para ofrecer servicios financieros, desdeñan zonas rurales y concentran en cabeceras urbanas primordialmente aquellas ligadas con la mayor actividad empresarial, industrial y de servicios del país.
    De alguna forma esa subbancarización tiene que corregirse porque los pobres también tienen necesidades de crédito, algunos logran dejar de vivir al día y por lo menos guardan 50 o 70 pesos a la semana para la tanda de la comadre; muchos tienen necesidades de comprar un refrigerador aprovechando que por fin su colonia cuenta con luz eléctrica.
    Otros piden prestado a sus amigos y familiares cercanos pagando muy alto por el dinero obtenido sea para comprar insumos para las labores del campo o manuales que les ayudan a obtener sus escasos ingresos.
    Así es que la educación financiera en México tiene grandes escollos que salvar para rendir éxitos y se sabe que la gran banca en manos de extranjeros no quiere seguir invirtiendo en abrir sucursales porque la apuesta desde sus matrices es orientarse a aplicar una banca “low cost” con las menores oficinas posibles, el menor personal destinado a la atención directa al cliente y más bien decantado por impulsar la banca telefónica tanto por línea fija como por  celular y los servicios on line.
    Precisamente para  mi tesis de investigación del doctorado escribí que si bien en México la cobertura  per cápita mejoró al pasar en 1994 de una disponibilidad de una sucursal bancaria por cada 17 mil 962 habitantes a 10 mil 771.54 en junio de 2008, el 86% de los hogares en México tienen deficiencias en cobertura bancaria.
Si se compara respecto de España,  según el Anuario Económico de España 2008, en dicho país, en números absolutos entre 2003 y 2008 fueron abiertas mil 470 oficinas bancarias y 4 mil 265 cajas de ahorro
Así España tiene 15 mil 542 sucursales  y las cajas de ahorro un total de 24 mil 592 oficinas.
En total el país ibérico tiene a disposición de su población, 44 millones de habitantes, 40 mil 134 oficinas de servicios financieros, una disponibilidad per cápita de una sucursal por cada mil 096 habitantes.
GALIMATÍAS
    Desde este lunes 6 de octubre arrancó la Semana Nacional de Educación Financiera auspiciada por una serie de actores tanto del sector público como de la iniciativa privada. En este caso el rol de la Secretaría de Educación Pública resulta fundamental.
    La SEP ha comenzado a realizar una serie de sondeos y encuestas en distintas entidades del país con una muestra de escuelas públicas con niños de 11 y 12 años preguntando una serie de reactivos en torno al ahorro, el presupuesto personal, el crédito, la inversión; etc.

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