
Rinde tributo Plácido Domingo a música mexicana en Chichén Itzá
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Como una sola voz miles de
gargantas entonaron 'Paloma
Querida', 'Ella' y 'El Rey',
con el tenor enfundado en
el tradicional traje de charro
Foto: Cortesía poresto.net
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Ciudad de México.- 5 de Octubre del 2008.- (CONACULTA) El poderío de las deidades mayas sucumbió esta noche ante la inigualable voz del tenor Plácido Domingo, quien rindió a los pies de El Castillo de Kukulcán tributo a la música mora, española y mexicana.
Un homenaje a Armando Manzanero llenó de emotividad la segunda parte del concierto de "Las Mil Columnas", igual que los acordes del mariachi que permitieron al artista cantar "Paloma Querida" y "Ella", con lo que hizo vibrar a los cerca de cuatro mil asistentes al espectáculo.
Superado el reto que impuso Chaac -dios de la lluvia-, la diminuta figura del "Señor Amor" apareció en el escenario, y así Manzanero abrió la segunda parte del espectáculo con su tema "Somos novios".
Con sus virtuosas manos al frente del piano, le siguieron "Mía", a dúo con el tenor, al igual que "Adoro", pieza en la que maestro yucateco evocó su pasado maya a lado de su abuela y sus diálogos en este idioma, ya que ella nunca logró hablar español.
El amor de Manzanero por su tierra provocó una aparente enorme sorpresa en Plácido Domingo, quien miró al maestro con ternura, surgieron las bromas y al final lo llevó al centro del escenario, donde el público ovacionó a ambos de pie.
La zarzuela también estuvo presente, con "De España vengo", "Mis horas felices", "En mi tierra extremeña", "Amor de mi vida", "Las carceleras" y "No puede ser", que junto con la soprano Ana María Martínez lograron llevar al público a la madre patria.
Ricardo Palmerín y Guty Cárdenas también estuvieron presentes con canciones como "Peregrina" y "Golondrinas yucatecas", así como María Grever y Agustín Lara, de quienes el tenor entonó "Te quiero dijiste" y "Granada".
Transcurrido casi tres horas de concierto, el escenario se iluminó y la figura musical de José Alfredo Jiménez se apareció, con "Paloma Querida", "Ella" y "El Rey", cantada a un sola voz por miles de gargantas y un tenor enfundado en el tradicional traje de charro.
Tras estas interpretaciones y pese a la insistencia del público, el tenor dio por terminado su espectáculo, tras pedir un enorme tributo para el director invitado de la Orquesta Sinfónica de Yucatán, Eugene Kohn, y el Coro Monumental del Mayab.