Cumple 40 años una hazaña imborrable del automovilismo, el triunfo de Pedro Rodríguez en Le Mans

Pedro aparece de pie y de blanco
tras el Ford GT40 al hacer
el cambio de piloto, dejando
a Bianchi con una ventaja considerable
Foto: Cortesía motorsport.com

Ciudad de México.- 26 de Septiembre del 2008.- El de 1968 fue un año convulsivo, lleno de conflictos sociales y políticos alrededor de un mundo que terminó cambiando radicalmente para siempre.

Técnicamente, en este 2008 se conmemora el 40 aniversario de 1968, es decir, de todo lo que sucedió en ese año clave para el mundo moderno. Como aquellos movimientos, el triunfo del mexicano Pedro Rodríguez en las 24 Horas de Le Mans también cumple cuatro décadas.

Con la Francia paralizada por los movimientos estudiantiles y las huelgas de la clase trabajadora francesa, la mítica carrera de Le Mans tuvo que moverse de mediados de año hasta fines de septiembre.

La tradicional competencia arrancó el sábado 27 de septiembre y concluyó el domingo 28. Pedro corrió en el auto marcado con número nueve, un Ford GT 40 del equipo Wyer, en el que tuvo al belga Lucien Bianchi como coequipero.

Un sonriente Pedro, pues comenzó a llover minutos antes de las tres de la tarde, la hora de arranque, y las pistas mojadas eran su especialidad, ocupó el cuarto sitio en la parrilla de salida.

La primera parte de la competencia se disputó bajo una lluvia que a cada hora aumentaba su intensidad. Pedro tomó un primer turno de dos horas y hacia la noche, cuando ya era tormenta lo que caía en Le Mans, seguía ganando posiciones.

De acuerdo con información de la Scudería Rodríguez que preside el periodista Carlos Jalife, Pedro tomó dos turnos seguidos pese a Unolas adversas condiciones.

A las dos y media de la mañana, el mexicano se detuvo para cambiar a llantas de lluvia completamente, sólo que en el equipo surgió el pánico porque no tenían la herramienta idónea para cambiar las pastillas de los frenos, así que tuvieron que improvisar para regresar a Pedro lo más pronto posible a la pista.

A media carrera, sumaba 177 vueltas, cuatro más que el Matra de Johnny Servoz-Gavin y Henri Pescarolo, y siete más que el Alfa Romero de Giunti y Galli, y para las cinco de la mañana ya completaba 200 giros.

"La presión de aceite está en 85, la temperatura no llega a 70, y no usamos más de 5 mil 500 revoluciones. Es un poco como manejar sentado en una mecedora, muy aburrido" , dijo Pedro a los periodistas al terminar su turno hacia al amanecer, ante la orden del equipo de administrar la ventaja entre tanta lluvia.

A Bianchi lo recibió la luz del sol dando vueltas por debajo de los cuatro minutos. Luego de tres cuartas parte de carrera, hacia las nueve de la mañana, Pedro había completado 247 giros, ya con sólo 22 autos en la pista.

Cuenta Jalife en su libro de los Hermanos Rodríguez: "Cerca de la una de la tarde, Pedro pasa frente a los fosos y muestra el pulgar hacia arriba indicando que todo está bajo control y poco después se detiene para entregar el volante a Lucien.

" La gente de Wyer pregunta si Lucien está en condiciones y como Pedro ha manejado gran parte de la carrera con turnos dobles le preguntan si puede seguir. Pedro dice que sí, que quiere seguir. pero el belga no se perdería su turno final por nada del mundo y empuja a Pedro y se mete al GT40 mientras Yorke (jefe del equipo) le dice: 'No, tú arrancaste, Lucien terminará'.

Pedro simplemente se quita el casco, pero la molestia es evidente en su cara, y Lucien se va a conservar el primer sitio ".

A dos horas del final, Pedro se dio el lujo de llamar a México para avisar de su inminente triunfo. La familia, también segura de cantar la victoria antes de tiempo, no tuvo duda en comunicar la noticia a amigos y periodistas. Cerca de las tres de la tarde, Bianchi estaba cerca del final, mientras el capitalino lo aguardaba esos últimos minutos para celebrar.

Con el apoyo sentimental de los franceses, que se había quedado sin pilotos durante la extenuante prueba, Rodríguez y Bianchi se proclaman triunfadores de las 24 Horas de Le Mans, tras cubrir casi 331 vueltas para un recorrido de 4 mil 452.88 kilómetros, a una velocidad promedio de 185.536 kilómetros por hora, Spoerry y Steinemann llegan en segundo sitio, cinco vueltas atrás.

Pedro, conocido en Francia como " L'enfant Rodríguez " (el Niño Rodríguez), fue cargado en hombros por la gente que ya tenía rato vitoreándolo. Con su triunfo, en su undécima participación en Le Mans, de paso le dio el título a Ford sobre Porsche en el Campeonato Mundial de Autos Sports Prototipos.

"La victoria es por Ricardo", declaró Pedro, quien dejó escapar el llanto al recordar a su hermano fallecido cinco años atrás.

En México, la prensa alabó la victoria. La tensión que se vivía en la capital fue aliviada un poco con el triunfo de Pedro, pues se tomó, acertadamente, como una gran demostración mexicana que habría de repetirse en los Juegos Olímpicos que arrancarían dos semanas más tarde.

(Notimex)

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