Muestra “Rebozos, color y sueños de México”, estará en exhibición en septiembre y octubre en el DF

El rebozo mexicano fusiona
el mantón español y el coguchi
de algodón o de ixtle que
usaron las mujeres de diversas
culturas prehispánicas
Foto: Cortesía CONACULTA/ R.M.

Ciudad de México.- 4 de Septiembre del 2008.- (CONACULTA) “Un rebozo sin empuntado no vale, no es rebozo, es una tela más por muy bonita que sea”, afirmó Fidelina Bragado Urbina, artesana textil de Tenancingo, Estado de México, en la inauguración de la muestra Rebozos, color y sueños de México.

 

Doña Fidelina, quien se dedica exclusivamente a empuntar rebozos, no dijo lo anterior para demeritar el trabajo de los tejedores, sino para resaltar la importancia de este elemento de la tradicional prenda femenina mexicana.

 

“El empuntado es lo que le da lujo al rebozo. Sin puntas éste no vale, no luce igual”, insistió la artesana, quien dio una muestra de sus habilidades en la primera jornada de exhibición en la galería Arte Mexicano para el Mundo.

 

La artista popular hace puntas de rebozo desde los 10 años de edad, lleva un cuarto de siglo en esta labor y en ese lapso ha diseñado alrededor de 100 empuntados diferentes con diseño de su propia autoría.

 

“Entre más hace uno puntas nuevas, siempre salen más. Eso es lo que me gusta de mi trabajo”, dijo doña Fidelina.

 

Rebozos, color y sueños de México fue inaugurada durante una ceremonia en la que participaron Ana María Gómez, coordinadora del Programa Nacional de Arte Popular de la Dirección General de Culturas Populares del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y Silvia Mancilla, directora de la galería Arte Mexicano para el Mundo.

 

También asistieron María de la Luz Morales Herrera, promotora de arte popular en Tenancingo, doña Fidelina y don Adolfo García Díaz, quien conoce el proceso integral de artesanado del rebozo “desde el tinte hasta el tejido”.

 

La muestra está integrada con dos colecciones excepcionales: una conformada con piezas pertenecientes al Instituto Mexiquense de la Cultura (IMC), en comodato con el Museo Nacional de Culturas Populares (MNCP), y otra con rebozos de Santa María del Río, San Luis Potosí.

 

Estas piezas forman parte de una colección de la Casa del Artesano de la Secretaría de Desarrollo Económico de San Luis Potosí y tienen la particularidad de haber ganado diversos lugares en los tres certámenes de rebozo organizados en esa población.

 

La colección reúne piezas de artesanos de San Luis Potosí, Oaxaca, Puebla, Guanajuato, Estado de México y otras entidades.

 

Rebozos, color y sueños de México, en exhibición durante septiembre y octubre, incluye una expoventa con piezas de varios estados de la República y un video que reseña el proceso de creación artesanal de un rebozo elaborado por Jorge Álvarez, de Uriangato, Guanajuato.

 

Las prendas de concurso de Santa María del Río, donde el artesanado del rebozo estuvo a punto de desaparecer en la primera mitad del siglo XX y hubo necesidad de crear una Escuela de Rebozo, recogen siete diseños tradicionales:

 

Bolita, caramelo (porque se enrolla con el mismo grosor de este dulce), grecas, pinto abierto, espadas y flechas, pájaros encontrados y greca ancha.

 

La colección de Tenancingo acopia los diseños: punta greca, rosas, esqueletos y cocoles; venados, flores y mariposas; arco picado, arco de nopal, arco de nopal y cacahuate; arco sencillo, petatillo, media azteca, gato blanco y gato negro, mirasoles y grecas, y liras, entre otros.

 

El rebozo mexicano fusiona dos tradiciones de prendas femeninas: el mantón español y el coguchi de algodón o de ixtle que usaron las mujeres de diversas culturas prehispánicas. Su nombre viene del verbo rebozar, que significa cubrir o tapar.

 

La galería Arte Mexicano para el Mundo está ubicada en la calle Monte de Piedad 11, en la Plaza de la Constitución (Zócalo), a un costado de la Catedral Metropolitana. La entrada es libre.

 

(ATR)

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