Concluyó el “Festival Internacional de Jazz y Blues” en Zacatecas

Luis Alberto Díaz, uno de los
 mejores guitarristas y
compositores zacatecanos
Foto: Erik Asaf Guevara/Azteca 21

Por Erik Asaf Guevara
Especial para Azteca 21

Con la recreación de un ambiente propicio para la difusión de estos ritmos, el festival superó las expectativas y fue una oportunidad para músicos locales, nacionales y extranjeros y el público asistente.

Zacatecas, Zac. 31 de agosto de 2008. De nueva cuenta, el Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”, CONACULTA y el Museo de Arte Abstracto “Manuel Felguérez” ofrecieron al público local una agradable temporada de jazz y blues para deleite de conocedores y nuevos espectadores, quienes se daban cita todos los jueves, viernes y sábados de la segunda quincena de agosto en la Sala Mayor de dicho museo.

Por vez primera desde su creación, la temporada de jazz y blues se internacionalizó con el objetivo de aportar mayor calidad al evento, ahora en el mes de agosto, que además fue celebrado a la par del 80 aniversario del pintor y escultor que da nombre al museo, originario de Valparaíso, el maestro Manuel Felguérez, y del décimo aniversario del sitio.

Entre los participantes de este festival, que inició en los meses de octubre y noviembre de 2003, figuraron músicos como Héctor Infanzón, Agustín Bernal o Luis Alberto Díaz, este último uno de los mejores guitarristas y compositores zacatecanos, que basa sus canciones en problemáticas sociales y en medidas para el cuidado del ambiente.

El escenario fue compartido del 14 hasta el 30 de agosto por reconocidos intérpretes como The Coat Cooke Trío de Canadá, Sociedad Acústica de Capital Variable de México, Vieja Estación de Argentina y Mimi Fox de Nueva York. Por la ciudad de Zacatecas: Saudade, Q-Jazz y, quizás el más reconocido, con ocho producciones discográficas, Artista 5.

Así, el jazz y el blues encontraron un lugar en esta capital barroca para hacer sonar sus notas y ofrecer al público un ambiente agradable, ya que en la Sala Mayor del museo se recreó una atmósfera propicia tanto para el deleite de la música como para una reunión con los amigos, mientras se gozaba con el excelente servicio de bar puesto a las órdenes de los visitantes, de las composiciones, dedicatorias e improvisaciones de los músicos.

Comentarios a esta nota: reportero@azteca21.com

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