
La sabia téenek María Josefa García es uno de los atractivos del XIII Festival de la Huasteca
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María Josefa tiene
reconocimiento oficial
como partera y médica
tradicional en Huehuetlán
Foto: Internet
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Xilitla, San Luis Potosí.- 31 de Agosto del 2008.- (CONACULTA) “Yo soy partera y médica tradicional porque así lo quiso Dios. Él me lo hizo saber y yo acaté su orden”, dice plenamente convencida doña María Josefa García.
¿Y cómo se lo hizo saber?, se le pregunta. Relata la respuesta:
“Un día estaba yo en mi casa cuando llegó un vecino urgiendo la presencia de una partera, porque su mujer acababa de dar luz y tenía atorada la placenta. Ella se desangraba y el niño se moría de frío.
“Nadie de quienes estábamos allí sabía de partos. Ni mi madre, ni mi padre ni yo. Pero el hombre me agarró a mí y me dijo: Ven, tu ayudarás a mi mujer y me jaló a su casa.
“Yo apenas tenía siete años. Estaba asombrada, confundida, pero llegando con la parturienta tapé al niño, me lavé las manos, pedí que calentaran agua con comino y me puse a sobarle la pancita a la señora.
“Al rato jalé y cayó la placenta, corté el ombligo con un hilo, lavé al niño y los dos lograron salvarse. Por eso digo que fue Dios quien me mandó a hacer eso, porque ¿cómo podía haberlo hecho sin su guía y su ayuda?”, se pregunta doña Chepa.
A 53 años de esa hazaña, doña Chepa –como la conocen en Tzununtzen, Huehuetlán, San Luis Potosí– ha “ayudado a traer a la luz” a unos 150 niños de esa región téenek y, además de partera, hace curas de medicina tradicional como herbolaria y maga o chamana.
Prácticas que tampoco aprendió de nadie, sino que empezó a ejercer por intuición e incluso “ocurrencia”, como fue el caso de su descubrimiento de las plantas curativas, las cuales halló al azar, incluso jugando.
Sus dotes de herbolaria le aparecieron un día cuando jugaba con una de sus hermanitas y para curarla, según el cuento del juego, tomó una “yerba de oreja de burro” y se la dio en la boca para que la masticara.
Esa fue la primera de la treintena de plantas medicinales que ahora utiliza como cuadro básico para la cura de prácticamente todos los males. Todas las ha descubierto sin que nadie le haya dicho para qué sirven.
Entre ellas figuras la ruda, la albahaca, la verdolaga blanca, mohuite morado y blanco, el toronjil, la menta, la sábila, el barrón, la golondrinilla y el comino. La menta debe dársele a las recién paridas para que no se les agüe la sangre, como ocurre cuando toman agua sola o cruda.
Algunas de estas plantas son usadas por doña Chepa para fabricar ungüentos y jabones de uso médico. Uno de estos medicamentos, elaborado con sábila, sirve para evitar la caída del cabello e incluso para reponerlo en casos extremos de calvicie.
También elabora artesanalmente un ungüento contra la reuma, golpes contusos y los dolores musculares. Está hecho con ruda, albahaca, toronjil, epazote y menta. “Hay que sobar la parte afectada hasta que se relaje y halle alivio”, dice.
Doña Chepa también hace “limpias” con ramas de epazote y albahaca y rociados de aguardiente con ruda sobre la cabeza y el cuerpo del paciente. Con estos pasajes cura aires malos y males de ojo, además de espantos, escupitinas y envidias.
María Josefa tiene reconocimiento oficial como partera y médica tradicional en Huehuetlán. Está casada con Celestino Espinosa Flores, con quien procreó 12 hijos, que nacieron de “su propia mano” y sin la ayuda de nadie.
La sabia téenek (huasteca) tiene actualmente 60 años y atiende un tenderete de medicina tradicional en el Tianguis Artesanal del XIII Festival de la Huasteca, donde también vende blusas, huipiles, enaguas y quexquémeles bordados por ellas.
Fabrica petobs, el atuendo femenil más famoso de las damas huastecas: una hermosa corona de estambre con los siete colores del arcoiris y que tiene la función mágica de proteger a las mujeres de mal de ojos, malos aires y envidias.
El Festival de la Huasteca es organizado por el Programa para el Desarrollo Cultural de la Huasteca, integrado con las secretarías, consejos e instituto de cultura de los estados de Hidalgo, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas y Veracruz y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través de su Dirección General de Vinculación Cultural.
(ATR)