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Por la Espiral - August 22, 2008

Cemex: translatina afectada

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-Cemex: translatina afectada
-Neoizquierda vs. IED
-¿Chavización de A.L?

    Hugo Chávez, presidente de Venezuela, en una antítesis del libre mercado y de la concurrencia de las leyes económicas y del sentir de la iniciativa privada dicta conferencia con su postura “del Estado soy yo” y tergiversa la economía para su propia conveniencia.
    Esta vez le pasa factura a una translatina de la envergadura de Cementos Mexicanos (CEMEX) una compañía histórica fundada en 1906 de profunda raigambre nacional, a la que esta semana decidió expropiarle su filial en Venezuela.
    La noticia dio la vuelta al mundo: Chávez está acabando con la iniciativa privada socavando, principalmente, al capital extranjero. La presencia de multinacionales y transnacionales foráneas son un estorbo para el dictador de la boina verde.
    Así se van cumpliendo las amenazas  de nacionalización y renacionalización no sólo tocando a las empresas europeas sino afectando por igual a empresas latinoamericanas que ejercen de fuente de inversión extranjera directa en otros países,  son las llamadas “translatinas” de acuerdo con la nomenclatura de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
    Cemex es una translatina esto es una “empresa transnacional latinoamericana proveniente de un país emergente que ha realizado inversiones directas fuera de su país de origen”.
    De acuerdo con las estadísticas disponibles, las inversiones directas en el exterior procedentes de empresas translatinas de América Latina y el Caribe saltan de un promedio anual de unos 52 millones de dólares entre 1970 y 1974 a 1 mil 700 millones de dólares en el periodo 1985-1989, hasta alcanzar los 24 mil 500 millones de dólares entre 2000 y 2004.
    La cementera mexicana cumple a rajatabla con su internacionalización, con mayor auge desde mediados de los noventa, cuando decide probar suerte fuera de las fronteras, impulsada en buena medida por el ímpetu del TLCAN o NAFTA.
    De esta manera, en 2003, en la clasificación en países en desarrollo de las 50 mayores empresas transnacionales no financieras, Cemex ocupó el quinto lugar, según la siguiente tabla: 1) Hutchison Whampoa Limited, de Hong Kong, con activos externos valorados en 59 mil 141 millones de dólares. 2) Singtel LTD, Singapur, dedicado a las telecomunicaciones con activos externos por 17 mil 911 millones de dólares. 3) Petroliam Nasional BHD (Petronas), Malasia, dedicado al petróleo, con 16 mil 114 millones de dólares de activos externos. 4) Samsung Electronics CO. LTD, República de Corea, electrónica, con activos por 12 mil 387 millones de dólares.  5) Cemex S.A, México, rubro cemento, con activos externos por 11 mil 054 millones de dólares.
    Aunque dichas cifras correspondieron al reporte de cinco años atrás, de todos modos, en datos más recientes de la Cepal, a 2006, Cemex siguió figurando como una de las grandes empresas translatinas de liderazgo en la región, colocándose como puntera de las empresas mexicanas que decidieron conquistar el mercado externo,  incluso sirviendo de ejemplo por sus posiciones en América del Norte, América Latina, Europa y Asia.
    En el listado de 2004- 2005 con Cemex a la cabeza, le siguen otras 18 empresas mexicanas consideradas como translatinas.
A COLACIÓN
    En España, le llamaron “la noche del terror” para narrar la desesperación de los funcionarios mexicanos que quisieron evitar que desde el lunes a medianoche su empresa pasara inevitablemente a manos del gobierno venezolano.
    El Decreto del presidente Chávez ordenaba la toma de control de todas las empresas cementeras en manos de extranjeros que operaban en Venezuela. Les obligaba a venderle al Estado sus activos valorados al precio de Hugo Chávez, no del mercado.
    La cementera suiza Holcim y la francesa Lafarge tuvieron que vender  hincadas por la presión de los ministros del régimen dictatorial.
    Holcim vendió  el 85% al gobierno por un precio de 267 millones de dólares y Lafarge hizo lo propio cediendo el 89% de las acciones a un precio de 552 millones de dólares.
    Cemex no lo hizo a tiempo, tuvo arduas negociaciones, intentó contar con el respaldo diplomático del gobierno del presidente Felipe Calderón pero no lo tuvo, no al menos como se imaginó y la empresa mexicana se fue quedando sola esperanzada de que el presidente Chávez se tentara el corazón e hiciera una excepción con los mexicanos, por aquello de los tiempos pasados.
    Cemex no quiso vender, no al precio ofertado. Y Chávez mandó a sus ministros y al ejército a cumplir con la toma de la empresa Cemex Venezuela que desde el lunes pasado es venezolana y administrada por Petróleos de Venezuela (PDVSA).
    Para Cemex, la empresa regia que preside y dirige Lorenzo  H. Zambrano Treviño, la maniobra sufrida llega en un mal momento justo cuando la empresa está vendiendo posiciones en distintos países (Austria, Hungría, Australia) para contar con recursos líquidos para amortizar deudas y hacer provisiones.
    Recordemos que la crisis del ladrillo, la ralentización de la economía estadounidense y a nivel mundial afecta primordialmente al sector construcción y con éste a las cementeras.
SERPIENTES Y ESCALERAS
    ¿Cómo se puede creer en el libre comercio, libre mercado y ventajas de la globalización con tipos como Chávez? ¿Qué garantías tiene la inversión extranjera directa en otros países? ¿Cómo afectará el espectro de Chávez a otros países de la región?
    Como sino existiera demasiada competencia por parte de los países asiáticos para que América Latina comience a ir como el cangrejo resucitando momios, viejos estereotipos y regímenes caducos con neoizquierdas de tintes dictatoriales.
    No basta con que la violencia y la inseguridad alejen la inversión, además hay que añadirle amenazas como Chávez y los temores de que su ejemplo cunda en otros países, con otros presidentes fácilmente seducidos por la imagen del individuo todopoderoso que se apropia del Estado.
    Me preocupan las consecuencias regionales de las maniobras del presidente Chávez, que vayan generalizándose en otros países la toma de control de empresas privadas y que la IED castigue a una América Latina tan necesitada de los recursos foráneos ante su incapacidad de eslabonar exitosas  cadenas de ahorro e inversión.
    Hace dos años escribimos en este espacio acerca de los temores fundados sobre del papel de los gobiernos de neoizquierda en América Latina y su relación con el capital extranjero multinacional, entre éste el de las translatinas, mencionamos la nocividad para la expansión de la región de darse fenómenos re-estatizadores, alertamos de su cercanía inminente como  punto de no retorno.

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