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Buenas Noticias - July 24, 2008

Remozan “El Cerrito” importante centro ceremonial, de filiación tolteca, ubicado al sur de Querétaro

Entre las peculiaridades
de 'El Cerrito', está 'El Fortín',
un monumento histórico
del siglo XIX que remata
su basamento piramidal
Foto: Cortesía INAH/M.T.

Ciudad de México.- 24 de Julio del 2008.- (CONACULTA) Una zona arqueológica singular y profundamente ligada al devenir de Querétaro, es El Cerrito entre sus peculiaridades está El Fortín, un monumento histórico del siglo XIX que remata su basamento piramidal, caso único entre los sitios prehispánicos del país, eso sin contar con que fue el adoratorio original de la milagrosa Virgen de El Pueblito, durante poco más de un siglo.

 

A escasos minutos de la ciudad de Querétaro, en el municipio de Corregidora, El Cerrito se ha convertido en los últimos años en parte del corredor turístico del estado, así entre 2004 y 2008, mediante una inversión tripartita, entre los gobiernos federal, estatal y municipal, se le han destinado cerca de 23 millones de pesos.

 

Con la participación de la Secretaría de Turismo federal y de las administraciones de la entidad y del municipio de Corregidora, estos recursos han sido distribuidos tanto para su infraestructura (construcción de senderos, mobiliario, señalización al interior del sitio y en carreteras) como para la investigación.

 

Esther Carboney, secretaria de Turismo del gobierno de Querétaro, dio a conocer que en este 2008 se tiene considerado un presupuesto de 3.5 millones de pesos, los cuales estarán destinados a la ampliación del área de atención al turista, que se convertirá en un Centro de Interpretación (con museografía que no recurra a la exposición de materiales arqueológicos), así como a la primera etapa de iluminación de la zona arqueológica.

 

En el primer semestre de este año, El Cerrito, bajo la custodia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), recibió a 18 mil 500 visitantes, tan sólo durante el pasado equinoccio de primavera y Semana Santa, tuvo una afluencia de cerca de 8 mil 600 personas.

 

Este creciente interés, dijo Carboney, puede potenciar el recorrido hacia otros sitios del municipio, entre ellos, el santuario de la Virgen de El Pueblito (Patrona de Querétaro) en torno al cual se realizan numerosas peregrinaciones y fiestas populares como El paseo del buey, en febrero, en el que se rememora el traslado de la pequeña escultura (hecha con técnicas y materiales purépechas) al citado templo.

 

Daniel Valencia Cruz, arqueólogo encargado de la zona, comentó que los trabajos en el mismo, realizados de forma sistemática desde hace más de una década, han ido encaminados de manera simultánea al estudio de los vestigios, a la protección técnica y legal del sitio, además de la recuperación del entorno.

 

La declaratoria como Zona de Monumentos Arqueológicos en el año 2000, otorgó certeza jurídica a El Cerrito, en particular sobre su poligonal que cubre casi 16 hectáreas, 11 de ellas ya se encuentran bajo la custodia del INAH y la adquisición de las restantes es una gestión que está en marcha.

 

Respecto a la investigación en el sitio, el especialista comentó que gracias a dos grandes temporadas de campo se han podido definir los sistemas constructivos y la dimensión de las estructuras, a fin de establecer un primer orden cronológico.

 

Una conclusión importante acerca de la primera ocupación de El Cerrito, la cual parecía señalar vínculos con Teotihuacán, fue que “la gente de aquí sólo imitaba las formas de la cerámica teotihuacana, pues no hay restos arquitectónicos que demuestren una presencia mayor.”  

 

“En sí, El Cerrito fue un importante centro ceremonial, de filiación tolteca, ubicado en el sur del Valle de Querétaro y parte de una serie de asentamientos en esta zona del Altiplano que también estuvieron ligados con el Bajío. Tiene elementos, tanto arquitectónicos como bienes muebles, que muestran una ocupación hacia el Epiclásico y Posclásico Temprano (700-900 d.C./ 900-1200 d.C.).”

 

“Posteriormente, este espacio es conservado por grupos chichimecas, de filiación agrícola, no de cazadores-recolectores, hacia el año 1, 200 d.C., tras la caída de Tula. Lo interesante de esta ocupación chichimeca, que se prolongó hasta el siglo XVI, es que respetó los límites originales del centro ceremonial establecidos por las agrupaciones vinculadas con cultura tolteca”, explicó Daniel Valencia.

 

El Basamento Piramidal de El Cerrito, asentado en un afloramiento natural de roca, alcanza una altura de 30 metros —similar a la de la Pirámide de Luna en Teotihuacán— y en su base posee 118 metros por lado. A esta estructura se suman las plazas de la Danza y de las Esculturas, el Altar de Cráneos y el Palacio de los Cuatro Altares.

 

Una de los descubrimientos más importantes, recuperado a fines de 1998 en la parte sur de la pirámide principal (dentro de la Plaza de las Esculturas, cercano al Altar de Cráneos), fue un entierro infantil, el único completo localizado hasta el momento. Corresponde a un niño entre 5 y 7 años de edad, asociado con las últimas ocupaciones prehispánicas, entre 1200 y 1500 d.C.

 

Daniel Valencia, anotó que entre agosto y diciembre de 2008, se trabajará en mantenimiento mayor de El Cerrito, “y hacia enero iniciaremos con una nueva forma de aplicación de recursos para terminar de explorar, sobre todo, la sala con columnas y la cara sur del basamento piramidal”.

 

 

Un sitio sagrado hasta el día de hoy

 

El arqueólogo narró que El Cerrito “existe dentro de la memoria colectiva de la población. Tenemos referencia de que cuando se funda El Pueblito, sobre un asentamiento prehispánico, se hizo con el nombre de San Francisco Galileo, una población de habla otomí-chichimeca.”

 

 

“En la Relación geográfica de Querétaro, de fines del siglo XVI, se menciona un sitio llamado San Francisco Anbanicá (“En el templo alto”, en otomí), que muy probablemente era El Cerrito”.

 

Para el siglo XVIII el sitio fue explorado por Fray Juan Agustín de Morfi, sin embargo, previamente un sacerdote capuchino, Francisco Ajofrín, quien buscaba limosnas para mantener las misiones en el Tíbet, realizó en 1774 un dibujo del basamento piramidal en relación con el santuario de la Virgen de El Pueblito.

 

“La historia de la Virgen de El Pueblito tiene que ver mucho con el funcionamiento de la zona arqueológica, porque para 1632 todavía la población indígena ponía ofrendas en este lugar, entonces, lo franciscanos sustituyen ete culto colocan en el sitio una imagen de la virgen María en su advocación de la Purísima Concepción.”

 

“Por más de un siglo la Virgen de El Pueblito fue venerada en El Cerrito, hasta su cambio al santuario, en 1735. En la actualidad, todavía la escultura es llevada a la zona arqueológica, pero cada cinco años, en el mes de octubre, la gente del lugar le ora en la noche”.  

 
¿Por qué El Cerrito?

 
“Por dos razones —concluyó Daniel Valencia—, porque el sitio es vulnerable al saqueo y la erosión luego del traslado de la virgen. Debido a que el sistema constructivo es de piedra con tierra, mantenido sólo por un recubrimiento de estuco, su núcleo quedó expuesto y la vegetación creció sobre la estructura, dando la apariencia de un cerrito por más de dos siglos.”

 

“Así mismo, la zona arqueológica pertenecía a los terrenos de la Hacienda ‘El Cerrito’. La construcción que se encuentra en la cima del basamento piramidal es una casa habitación que mandó a construir en 1876, el entonces dueño de la hacienda, con un concepto arquitectónico ‘curioso’: planta de tipo militar, con puertas y ventanas neogóticas. Todo eso hace única a la zona arqueológica de El Cerrito”.

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