El debate de las migraciones, tema del IV Simposio Internacional “El Hombre Temprano en América”

![]() |
El encuentro se llevará a
cabo del 18 al 22 de
agosto del presente año,
en el Museo Nacional
de Antropología
Foto: Cortesía INAH/H.M.
|
Ciudad de México.- 24 de Julio del 2008.- (CONACULTA) Cuando el hombre llegó a América ya era homo sapiens; el proceso evolutivo se dio en África. Esta es la hipótesis aceptada por la ciencia a nivel mundial respecto a los orígenes del hombre americano.
Sin embargo, ¿cuándo fue su entrada al continente?, ¿viajó por el estrecho de Bering?, ¿atravesó el Océano Pacífico brincando sobre sus islas?, ¿cruzó el mar en barcas?, ¿entró por la parte sur, por el norte o el centro?, ¿su origen es de ascendencia europea, asiática o de Oceanía?.
Aún cuando no hay acuerdos en torno a estas respuestas, la migración, es el tema que actualmente despierta mayor debate entre los estudiosos de la prehistoria americana. Por tal motivo, el IV Simposio Internacional El Hombre Temprano en América, que realiza el Instituto Nacional de Antropología e Historia y la Dirección de Antropología Física, a través del proyecto El Hombre Temprano en México, desde el año 2000, se dedicará a las migraciones.
Adelantó el antropólogo Concepción Jiménez, quien es uno de los fundadores y coordinador del evento académico. Cabe destacar que en estos simposios han participado destacados especialistas en evolución, origen, afinidad y antigüedad del hombre americano.
El encuentro se llevará a cabo del 18 al 22 de agosto del presente año, en el Museo Nacional de Antropología (MNA), entre los asistentes estará el doctor Carlos Lorenzo, quien forma parte del equipo de trabajo del doctor Eudald Carbonell, en Atapuerca, España, uno de los sitios arqueológicos más importantes del mundo donde está presente la evolución humana.
También compartirá sus conocimientos en este simposio el doctor José Luís Lanata, investigador argentino que ha trabajado sobre la llegada del hombre a América; él hace una simulación y ubica el arribo de los primeros grupos humanos entre 20 a 18 mil años.
Otro de los participantes es James Chatters, investigador norteamericano que ha estudiado al hombre de Kenewik, uno de los esqueletos que ha despertado polémica en cuanto a su afiliación poblacional.
En tanto que Jiménez presentará un trabajo comparativo empleando los cráneos más antiguos de México y una muestra de cráneos de Australia y Nueva Guinea, que pertenecen al acervo osteológico de la Universidad de Cambridge, Inglaterra. El antropólogo explica que los cráneos se midieron y fueron analizadas sus características físicas para determinar si hay semejanzas entre las tres muestras estudiadas.
Jiménez explica que su estudio parte de las hipótesis respecto a los antepasados del hombre americano, una de ellas afirma que pudieron haber llegado de Australia o brincando sobre las islas que se encuentran en el océano Pacífico o por el estrecho de Bering.
De acuerdo con Jiménez, hoy día no existe diferencia entre las hipótesis planteadas sobre la antigüedad desde la entrada del hombre al continente americano, debido a que las reportadas en los últimos años se ubican entre 20 mil y 25 mil años antes del Presente (a.P.). Lo que tenemos que decir es que al inicio de las investigaciones sobre el hombre americano, las hipótesis que se planteaban diferían por miles de años.
Las preguntas que siguen por resolver son: por dónde viajaron, cuál fue el corredor por donde ingresaron, si entraron por el Pacífico, por la parte sur o por el norte y, en este sentido, resaltó que la información que aporte México es muy importante porque de cualquier manera tuvieron que pasar por aquí debido a la ubicación geográfica del país, por eso los resultados de sus investigaciones son de relevancia para entender la prehistoria de América, advierte el investigador.
Cabe recordar que los restos humanos más antiguos en América fueron localizados en México y es la Mujer del Peñón III, que fue fechada por el método de Carbono 14 (C14) en el año 2000 y tiene 12 mil 700 años. Este esqueleto fue descubierto accidentalmente en 1959, cuando el señor Tereso Hernández cavaba un pozo en el patio de su casa, en las calles de Emiliano Zapata y Bolívar, en la colonia Peñón de los Baños, muy cerca del Aeropuerto Internacional Benito Juárez, en la ciudad de México.
Los restos fueron entregados al entonces Departamento de Prehistoria del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y al lugar de los hallazgos acudió el arqueólogo Francisco González Rul, quien realizó pozos de sondeo para analizar el sitio. Los estudios de entonces concluyeron que se trata de un espécimen precerámico, es decir que pertenecía a un grupo humano anterior a las culturas cerámicas, con una antigüedad de 6 mil años.
Cuarenta y un años después, al iniciar el siglo XXI, los adelantos tecnológicos permitieron verificar la antigüedad de La mujer del Peñón III, el estudio se realizó en uno de los laboratorios más importantes en fechamientos, “Research Laboratory for Archaeology and de History of Art, Oxford University Radiocarbon Accelerator Unit”, .UK.
Los resultados de la datación fueron publicados por revistas internacionales, con lo cual entraron al debate científico, con este trabajo México hace quizá una de las aportaciones más importantes para las investigaciones de la prehistoria en América, explica Jiménez.
En 2000, se fecharon un número importante de esqueletos humanos, sin embargo, solo de siete se obtuvieron fechas; cinco fue por método directo de C14 (tomando una muestra del colágeno del hueso): La mujer del Peñón III, El hombre de Tlapacoya, El Hombre de Chicoloapan, El hombre de la Cueva de Texcal y El hombre de Tepexpan; y dos de manera indirecta (a través de la tierra que conservaba el cráneo): El hombre de Balderas y El hombre de Chimalhuacan.
Las antigüedades que se obtuvieron se encuentran entre los 4500 a 12700 años a.P., en ese momento se consideró necesario presentarlos en un evento académico y de esta forma se organizó el primer simposio. En términos muy generales así es como nace el primer Simposio internacional El Hombre Temprano en América, donde se propició la discusión y reflexión colectiva del tema medular en las investigaciones sobre el poblamiento en América.
El laboratorio determinó la antigüedad de La mujer del Peñón III en 12 mil 700 años con una confiabilidad de 95 por ciento. El hallazgo cronológico, hasta el momento el fechamiento más antiguo para un espécimen humano en el continente americano.
Con esta labor, México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia, entró al debate científico sobre la prehistoria americana, llevando a la mesa de discusiones sus aportaciones en la materia.
El proyecto de investigación del hombre temprano en México tiene varias vertientes. Además de los fechamientos, se hicieron estudios morfológicos, genéticos y de alimentación, algunos de éstos ya están concluidos.
Las próximas tareas del proyecto son recorridos a nivel nacional por lugares, ya ubicados, con posible presencia prehistórica, para detectar los sitios precerámicos; y hacer el mapeo, levantamiento y registro de tales sitios y posteriormente su trabajo de excavación.
Jiménez destaca que las colecciones osteológicas permiten reconstruir parte de la historia biológica y cultural del hombre ya que los huesos son archivos biológicos y culturales, a través de ellos podemos conocer algunas de las huellas de lo que hizo y fue un hombre. En el próximo simposio, el público podrá conocer algo más de esas huellas que de manera única conserva el tiempo.