Un mundo negro

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-Un mundo negro
-Cumbre de petróleo
-Panorama inestable

    Brasil, Rusia, Arabia Saudita e Irak son los cuatros países que participarán como productores de petróleo con una mayor determinación en el mercado del energético mundial en las  próximas décadas.
    A lo largo de estos días en Madrid, España se ha dado cita la crema y nata de la energía, azorada por la escalada histórica del precio del petróleo que ante cada nuevo record deja una estela de teóricos boquiabiertos que jamás creyeron que el mundo económico seguiría su marcha con tales niveles de cotización del crudo.
    Y aunque el mundo no se ha acabado,  pese a las sorpresas actuales, todavía  algunas instituciones como el Banco de España recurren a las similitudes con la crisis de los setenta.
    Pero, entre que son peras o son manzanas, la macroeconomía da tumbos y la microeconomía recibe múltiples efectos so pena de advertir que los bochornos durarán por lo menos hasta el 2013 según vaticinios emanados del XIX Congreso Mundial del Petróleo.
    Después de dicho año podría estabilizarse de nueva cuenta el mercado petrolero para, entrar de nueva cuenta en una vorágine  de mayor tensión en  2030.
    Si  actualmente el mercado del crudo está “patas para arriba”, los augurios no son nada halagüeños, según opiniones de expertos externadas en el congreso celebrado en Madrid.
    El desequilibrio entre oferta y demanda, la especulación, la economía de guerra aplicada por Estados Unidos, la competencia por la exploración, las presiones en las economías como México que no logran abrir totalmente su campo energético a la iniciativa privada aunado al rol de presión por parte del cártel de la OPEP tienen las cosas muy mal.

    Además persiste demasiada tibieza nadie se atreve a pedir abiertamente una negociación con la OPEP,  de alguna forma reducir la presión en los niveles de cotización. Se discute más bien del mundo sostenible, un punto verdaderamente importante aunque todavía no existe ninguna energía verde capaz de sustituir al oro negro lo que impide quitar la dependencia al petróleo.  
    Llegamos al círculo vicioso  y las economías no saben cómo salir de él,  ni siquiera incluso hay un consenso acerca de cuál factor es preponderantemente el culpable del desastre actual.
Entre los más de  4 mil delegados de distintas partes del mundo que asistieron al foro internacional para discutir del tema, estuvo ausente la capacidad de ponerse de acuerdo, lo mismo se señaló a la expansión de China y de India como presión para la demanda del suministro petrolero; que a la tensión global por Irak; la especulación y un largo etcétera.
    Por cierto que a nadie se le ocurrió abiertamente señalar el papel de la OPEP, pedir una reunión de emergencia con los dirigentes de la organización, lo que desde luego tiene un significado muy alto porque ya sabemos bien quien tiene el mando.
    Arabia Saudita y Kuwait, países que se dicen aliados de Estados Unidos, no se muestran nada accesibles e interesados por  incrementar la producción de barriles de petróleo, en parte  reciben un alto beneficio debido a la transferencia de riqueza que les llega desde Occidente.
    Lo mismo sucede con los otros miembros de la OPEP pero que no están alineados con Estados Unidos, como son Irán y Venezuela, ambos más preocupados en seguir fincando su política dictatorial encima del cofre de los recursos petroleros que en ser magnánimos con la macroeconomía global.  
    A la fecha, estos países productores sostienen que no es necesario incrementar la producción de barriles sino amainar la especulación.
A COLACIÓN
    Si algo quedó flotando en el aire dentro del XIX Congreso Mundial del Petróleo es que el bolsillo de los consumidores seguirá pagando un mayor precio por su adicción a las energías fósiles.
    Para todos más dolores de cabeza, para los que formulan las políticas públicas nuevos desafíos contra una inflación amenazante. Queda pedir a los empresarios más productos a base de energías alternativas.
    En tanto no suceda que se detone el uso de la energía nuclear o se vuelva al carbón,  las esperanzas de acortar los petroprecios descansan en el potencial futuro de Brasil como productor de crudo y en Rusia con un nuevo liderazgo en el tema siempre y cuando ambos países logren explotar debidamente los nuevos yacimientos descubiertos.
    Asimismo, Arabia Saudita juega un rol esencial como principal país productor de petróleo, desligarse del cártel suena a imposible si bien Estados Unidos podría convencerle con alguna alianza militar o geoestratégica.
    También está el caso de Irak con tantos problemas primero por la invasión del ejército estadounidense, la deposición del régimen de Hussein, el nuevo gobierno de ocupación, la separación del país en dos zonas y su división en distintos departamentos de control estadounidense o británico, más el terrorismo de resistencia, han dejado a este importantísimo productor a la vera del camino.
    Al mundo le hace falta el petróleo iraquí, la pregunta del día para la Agencia Internacional de Energía (AIE) es qué ha pasado con las refinerías y petroquímicas iraquíes, ¿a dónde está yendo a parar el petróleo, mucho o poco, que se extraiga de dicho país? Desde luego que a los canales del mercado mundial no está entrando, a lo mejor lo hace de forma silenciosa para formar parte de las reservas de Estados Unidos y de Gran Bretaña.
    Y mientras se hace mutis, la prensa ventila que el gobierno iraquí aceptara  negociar con más de 25 empresas multinacionales para poner a ritmo la producción petrolera hasta  alcanzar una explotación diaria de 6 millones de barriles.
    No es de extrañar que la lista de favoritos la encabecen grandes petroleras americanas, británicas, españolas…
SERPIENTES Y ESCALERAS
    ¿Qué hará México y sus estrategas para aminorar las presiones derivadas del mercado energético, satisfacer el suministro interno e impedir que, de exportador pase a la bochornosa situación de importador petrolero?
    En otras palabras se le preguntó a Jesús Reyes Heroles, director de Petróleos Mexicanos (PEMEX) durante su participación en el foro de Madrid y lo único que sabe responder es que todas las esperanzas están cifradas en la iniciativa de reforma del presidente Felipe Calderón.
    En México no hay un Plan B ni para la reforma petrolera, ni para muchos otros temas, así es que todas las apuestas de viabilidad futura del país descansan en la privatización. Así de simple: no hay más o dentro de unos años PEMEX dejará de producir 1.2 millones de barriles diarios y tendremos que comprarlos a la OPEP o  Estados Unidos vía el NAFTA.  ¿Usted amigo lector qué elige?

Leave a Reply