Habitantes de Burgos, Tamaulipas descubren pinturas rupestres en el “Cañón Santa Olaya”

Los trazos fueron hechos
con aplicación directa de
pigmento con los dedos,
así como con pincel de
fibras o cabellos y con
alguna especie de tiza
Foto: Cortesía Mauricio Marat/INAH

Ciudad de México.- 20 de Junio del 2008.- (CONACULTA) Gracias al reporte de habitantes del municipio de Burgos, en el estado de Tamaulipas, investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se dieron a la tarea de realizar una exploración en el Cañón Santa Olaya, al noroeste de la entidad, donde lograron identificar grandes cantidades de pinturas rupestres.

 

Concentradas en varias caras del cañón llamadas abrigos, las expresiones pictóricas están sujetas a estudio por parte de especialistas, quienes esperan sea este año cuando puedan definir tanto el contexto cultural al que pertenecieron como su temporalidad, influencias e interpretaciones.

 

Según palabras de Diana Paulina Radillo Rolón, arqueóloga responsable del proyecto, se procedió a inspeccionar el lugar y, curiosamente, identificaron uno diferente al indicado por los pobladores; sin embargo, esta casualidad permitió detectar dos sitios más que agrupan grandes cantidades de expresiones pictóricas.

 

“En total fueron tres abrigos rocosos con pigmentos los que encontramos y decidimos nombrarlos como Santa Olaya I, Santa Olaya II y Santa Olaya III, para su fácil identificación; este último es el más grande ya que aglutina 300 conjuntos de pintura, mismos que ya fueron registrados”, precisó.

 

Entre las formas que se presentan existen elementos antropomorfos, esquemáticos o abstractos, realistas y simbólicos; representaciones geométricas y lineales. En la tercia de sitios, las pinturas se encuentran plasmadas en grupos, los cuales, según Radillo Rolón, coexisten  y estructuran un diálogo en su totalidad.

 

De manera paralela, se detectaron también representaciones aisladas, generalmente, en zonas altas y bajas del cañón, lugares de difícil acceso en su mayoría. Aunque en menor cantidad, se pueden observar pinturas sobrepuestas, característica que le da al sitio un significado cultural y ritual específico, declaró la investigadora.

 

La mayoría de las imágenes son monocromas, en color rojo, aunque también existen en amarillo, negro y, particularmente, una policroma que presenta tonalidades de blanco, negro y rojo con evidencias de desgaste.

 

A partir de los rasgos que presentan tanto en trazos como en formas, los especialistas pudieron afirmar que las pinturas pertenecen al estilo conocido como Chiquihuitillos, el cual se define por una iconografía basada en diseños geométricos. También se logró identificar el estilo Canasta, denominado así por las formas que asemejan canastas o tambores.

 

El primero de estos estilos se relaciona directamente con sitios como La Morita I y Las Brujas, en el estado de Nuevo León, donde se concentran grandes cantidades de arte rupestre con características similares. Se representa también por morfologías de líneas en zigzag, triángulos invertidos, puntos, círculos, peines y combinaciones lineales.

 

Las técnicas que se pudieron identificar en los trazos son aplicación directa de pigmento con los dedos así como con pincel de fibras o cabellos, y con alguna especie de tiza, de uso similar al gis, que permitió realizar trazos muy finos.

 

En Tamaulipas existen otros municipios que concentran conjuntos de arte rupestre entre los que destacan las cuevas de La Peñita, en el municipio de Gómez Farías; el Mural de Manos, en Victoria y La Cueva del Sauz, en el municipio de Guerrero.

 

A partir de estos hallazgos, especialistas del Centro INAH Tamaulipas desarrollan investigaciones en torno al tema para recopilar la información que permita determinar todos los datos referentes a los contextos en que se plasmaron las pinturas rupestres. Calculan, según Radillo Rolón, que sea este 2008 cuando se terminen de diseñar los proyectos para lograrlo.

 

El patrimonio cultural de Tamaulipas no sólo se compone de monumentos históricos, vestigios arqueológicos y recursos intangibles, también, expresiones como el arte rupestre complementan dicha riqueza y al mismo tiempo, contribuyen para definir la identidad que ha distinguido por años al estado y a la región.

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