“El Calón”, una pirámide “sui generis” localizada en Escuinapa y construida con conchas de molusco

Se ha podido calcular que para
su levantamiento se
utilizaron casi 300 millones
de moluscos de concha
Foto: Cortesía INAH

Ciudad de México.- 30 de Mayo del 2008.- Conforme se avanza por los terrenos pantanosos y centrales del sistema de esteros Marismas Nacionales, en Sinaloa, se percibe lo que parece un monte cubierto de maleza y árboles; lo sorprendente es descubrir una pirámide construida enteramente con conchas de molusco, de más de 20 metros de altura y 80 por 80 metros, de base.

 

El Calón, como se denomina a este monumento, se localiza en las inmediaciones de las marismas (llanura húmeda próxima al mar) de la ciudad de Escuinapa, a 12 kilómetros aproximadamente en línea recta, y a orillas de la Laguna Agua Grande. Y como se mencionó es parte de la zona de marismas más grande de México, que va del río Presidio, en Sinaloa, al río Santiago, en Nayarit.

 

De acuerdo con el arqueólogo Alfonso Grave Tirado, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), “se trata de un edificio único en el mundo pues es una auténtica pirámide de 20.70 metros de altura, construida con conchas de molusco, en particular de pata de mula y en menor medida, ostión, muchas de las cuales están todavía cerradas.”

 

“Es decir, fueron extraídas específicamente para ser usadas como material constructivo y no son desecho de alimentación. Se ha podido calcular que para su levantamiento se utilizaron casi 300 millones de moluscos de concha (275, 746, 791.5 para ser exactos), su forma fue planeada así desde un principio y es evidente su carácter sagrado, es decir, funcionó como templo”.

 

El hecho de que El Calón fuera edificado con conchas se explica fácilmente si se considera que en esta área no hay piedras sino hasta tres semanas de camino. En los principales esteros de las marismas se pueden contar con más de 2 mil montículos realizados con este material.

 

Conforme a las observaciones del arqueólogo Stuart D. Scott (el primero en concluir que fue un adoratorio prehispánico) muestra una desviación de 15 grados con respecto al eje norte-sur, misma que caracteriza a todos los templos de Mesoamérica.

 

Sin embargo, una de las principales dificultades en torno a esta pirámide sui generis, es su datación, pues se ha encontrado poco material arqueológico asociado, básicamente obsidiana, elementos de lítica pulida: manos de metate, machacadores, algunos pulidores y  dos figurillas antropomorfas.

 

“Estos materiales ubicados en dos temporadas de excavación, en 2001 y 2005, respectivamente, sitúan el uso de El Calón como centro ceremonial después del 750 d.C y quizá hasta el 1000 d.C., y estaría relacionado con el auge del desarrollo político del sur de Sinaloa, a lo que se denomina como horizonte Aztatlán.”

 

“Al parecer, formaba parte de los mecanismos de control religioso y es probable que El Calón haya servido como un templo donde se llevarían a cabo ceremonias relacionadas con una buena pesca, más que con ceremonias de fertilidad agrícola”, detalló Alfonso Grave, adscrito al Centro INAH de Sinaloa.

 

Las divergencias en torno a la antigüedad de El Calón se deben a que los fechamientos de carbono 14 realizados específicamente a sus materiales de construcción han arrojado una temporalidad de 4 mil años. Sin embargo, no hay otra evidencia de ocupación de esa época (2000 a.C) ni en el sur de Sinaloa ni en el norte de Nayarit.

 

“La explicación más probable es que el material constructivo es el que tiene esa antigüedad y que fueron recolectadas conchas de moluscos ya muertos para construir El Calón, pues varias de las conchas, sobre todo, de pata de mula están cerradas. También se determinó que fue construido en un sólo momento”, anotó el especialista.

 

La incógnita sobre la datación de la pirámide quedará probablemente despejada gracias a los procesos de fechamiento que se aplicarán a la obsidiana encontrada, así como a los otros elementos de lítica pulida, descubiertos.

 

Otro aspecto interesante es que no hay evidencias de un asentamiento habitacional cercano; alrededor todo es mangle y pese a que existe un pequeño sitio a unos 800 metros de distancia, también posee pocos materiales arqueológicos (lasca de obsidiana y tepalcates).

 

Fue entre los años 750 y 1200 de nuestra era cuando se habitó prácticamente todo el sur de Sinaloa, los sitios no sólo se encontraban en las orillas de los ríos sino también en los esteros. Entre otras, se pueden mencionar las zonas El rancho, La loma y La limonera, en el río Presidio, y Loma Ramírez, en las cercanías de Chametla.

 

Había algunos asentamientos de gran tamaño que contaban con pirámides de tierra de hasta 10 metros de altura e, incluso, canchas para el juego de pelota formando plazas, lo que indica la importancia que tenían las ceremonias religiosas para mantener el orden del mundo.

 

“Después del 1200 d.C., pareciera que hay una especie de retraimiento, ya no se explotan tan intensivamente los recursos del estero. No obstante, permanece estable la situación política y los sitios principales siguen estando en la orilla de los ríos y es el panorama que encuentran los españoles cuando llegan a Sinaloa en 1531”, concluyó Alfonso Grave Tirado.

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