Organiza IPN una “vela oaxaqueña” en honor del escritor Andrés Henestrosa

El maestro Henestrosa
tuvo el poder redentor
de la palabra, cultivando
la poesía, el ensayo,
la biografía y el cuento
Foto: Internet

Ciudad de México.- 29 de Mayo del 2008.- Con la participación de grupos musicales y de danza folclórica, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) llevará a cabo este viernes una tradicional vela oaxaqueña, en honor del escritor Andrés Henestrosa, fallecido el 10 de enero pasado, a los 101 años de edad.

En el acto, a realizarse en el Centro de Educación Continua de la institución educativa, participarán la Compañía de Danza Folclórica del IPN, la Trova ESIME Zacatenco y un grupo musical folclórico oaxaqueño que interpretará sones istmeños; además, habrá una muestra artesanal y gastronómica del estado natal del escritor.

Andrés Henestrosa nació en San Francisco Ixhuatán, en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, el 30 de noviembre de 1906; sus primeros estudios los realizó en la ciudad de Juchitán y hasta los 15 años habló sólo zapoteco.

En su adolescencia se trasladó a la Ciudad de México para continuar con sus estudios e ingresó en la Escuela Normal de Maestros, donde permaneció un año, más trade, alentado por su profesor Alfonso Caso, inició su obra narrativa con "Los hombres que dispersó la danza", en 1929.

Poeta, narrador, ensayista e historiador, Andrés Henestrosa también destacó por sus aportaciones al indigenismo, una de sus grandes contribuciones fue la fonetización del idioma zapoteco y su transcripción al alfabeto latino.

La vela oaxaqueña es una fiesta tradicional en la que persiste el baile y la música, principalmente sones tradicionales como "La Sandunga", "La llorona, "La Petrona", "La tortuga" y "La tortolita", esta festividad termina generalmente hasta las primeras horas del día siguiente.

La que organiza el IPN en su honor se llevará a cabo en uno de sus edificios más significativos, que originalmente fue el Convento de San Lorenzo, cuando ocupaba una cuadra entre las calles de Allende, Belisario Domínguez y el actual Eje Central, en el Centro Histórico de la ciudad.

Este lugar fue, en 1856, por decreto del presidente Ignacio Comonfort, la Escuela de Artes y Oficios para Hombres, pero no prosperó debido a las dificultades que debió enfrentar el gobierno de esa época y dos años después fue clausurado.

En 1876, por decreto del presidente Benito Juárez, dicho plantel reanudó sus actividades docentes y se le asignó para tal efecto el edificio del Ex-convento de San Lorenzo, el plantel cambió de nombre en varias ocasiones y en 1916 se convirtió en la Escuela Práctica de Ingenieros Mecánicos y Electricistas (EPIME).

Para 1921 fue la Escuela de Ingenieros Mecánicos y Electricistas (EIME), pero en 1932, por un período muy corto, cambió a Escuela Superior de Mecánica y Electricidad (ESME), para adoptar en ese mismo año el nombre que hasta la fecha conserva como Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), una de las bases para fundar el IPN.  (Notimex)

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