
Cine mexicano arranca comentarios halagadores tanto de críticos como de cineastas en Cannes
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La tradición de las famosas
callejoneadas cervantinas
fue contagiada por
cineastas aztecas a sus
colegas de otros países
Foto: Cortesía CONACULTA
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Cannes, Francia.- 23 de Mayo del 2008.- Las noches en la Rivera francesa no tienen patria. La tradición de las famosas callejoneadas cervantinas fue contagiada por cineastas mexicanos a sus colegas franceses, españoles y alemanes, quienes han recorrido durante algunas noches la tradicional avenida de La Crosette y la Plage des Palmes al son de Cielito lindo y de Nos dieron las diez y las once, las doce y la una y las dos y las tres.
A dos días de finalizar el festival, la presencia del cine mexicano ha desbordado los comentarios tanto de críticos como de cineastas de otros países. La directora inglesa Jane Bane, afirmó estar gratamente sorprendida por el filme Siete instantes, de Diana Cardozo, producido por el CNCA a través del Centro de Capacitación Cinematográfica y el Instituto Mexicano de Cinematografía.
“Es una historia que da un giro a la idea de lo femenino y nos presenta a mujeres guerrilleras que tomaron las armas para defender sus ideales. Creo que la directora logra un ambiente muy introspectivo y desentraña todas las pasiones y los obstáculos a los que tuvieron que enfrentarse las mujeres en América Latina durante los años setenta”.
Por su parte, las cineastas españolas Lucía Ramos y Francisca Rodarte coincidieron en que la cinta El viaje de Teo, de Walter Doehner, producida por IMCINE, representa una metáfora sobre la migración desde el punto de vista de quienes menos saben de fronteras o divisiones políticas: los niños.
“Es un filme poderoso, lleno de situaciones conmovedoras que nos hacen pensar en quienes sólo buscan la dignidad a través del trabajo, así como el reencuentro con los seres queridos. En España ya somos muchos los seguidores del magnífico actor Damián Alcazar”, afirmó Francisca Rodarte.
El grupo de cineastas francesas de la región de Clermon Ferrand, encabezadas por Claire Dubois, Amelia Tintoure y Florence Musseau, coincidieron en que el cortometraje Señas particulares, de Kenya Márquez, producido por el CNCA, a través de Imcine, es un desagarrador documento sobre la desaparición de niños en América Latina, así como una metáfora sobre la pérdida de un ser amado y el luto inmediato que produce su ausencia.
Además de las callejoneadas nocturnas, cineastas mexicanos como Deborah Salcido, Eduardo Waisman, Roberto Moreno y Cristina Rochín se han unido a los realizadores extranjeros en las visitas a la ciudad de Niza y los viajes en ferry por la soleada rivera de Cannes, donde el tema recurrente ha sido la importante presencia del cine mexicano y latinoamericano en el festival.
“Cannes representa el mejor lugar para entablar relaciones e intercambios, así como para conocer los apoyos que existen para el cine en cada país. Nos sorprendió la amplia presencia que tiene el Instituto Mexicano de Cinematografía en los festivales internacionales, así como los estudiantes del Centro de Capacitación Cinematográfica, quienes incluso han sido seleccionados y premiados sin haber concluido sus estudios. Esto nos habla de una nueva generación que seguramente va a escribir párrafos muy importantes en la historia del cine en los próximos años”, concluyó Claire Dubois.