Rendirán solemne homenaje a Pedro Coronel en su natal Zacatecas a 23 años de su fallecimiento

Rendirán solemne
homenaje a Pedro
Coronel en su natal
Zacatecas a 23 años
de su fallecimiento
Foto: Cortesía
museoblaisten.com

Ciudad de México.- 22 de Mayo del 2008.- El pintor y escultor zacatecano Pedro Coronel, artista que vivió la consumación del Renacimiento mexicano, galardonado con el Premio Nacional de las Artes en 1984 y cuya obra es revalorada en la actualidad, murió el 23 de mayo de 1985 en la Ciudad de México.

En su natal Zacatecas serán premiados este sábado, en el museo que lleva su nombre, a los ganadores de la Primera Bienal "Pedro Coronel" convocada por el Gobierno del Estado, con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

A la misma respondieron más de 400 artistas, quienes con su participación rebasaron las mil obras, de las cuales fueron seleccionados tres ganadores y cinco menciones honoríficas.

Los reconocimientos serán entregados como parte del solemne homenaje que se le rendirá al ilustre zacatecano, para luego dar paso a una exposición que tendrá como sede el museo "Pedro Coronel", en la capital de ese estado.

Pedro Coronel nació en Zacatecas el 25 de marzo de 1923 y cursó estudios en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado "La Esmeralda", bajo la tutela de Juan Cruz, Francisco Zúñiga y Santos Balmori, entre otros. Posteriormente se dedicó a la docencia.

Entusiasta coleccionista de arte precolombino, primitivo, oriental, grecorromano y medieval, así como de arte gráfico, Coronel perteneció a la generación de artistas que vivieron la consumación del renacimiento mexicano con la pintura mural.

Se trasladó a París, Francia, donde frecuentó los talleres del pintor Bremer y el escultor Brancusi, autores que lo influyeron de forma trascendental en su producción.

Su obra está inspirada en los colores del arte prehispánico y primitivo y se ubica en el expresionismo, tratado con formas simplificadas.

Su primera exposición individual la realizó en 1954, y años después exhibió su obra en Francia, Italia, Japón, Estados Unidos y Brasil.

Ha sido considerado un innovador del arte mexicano porque su obra manifiesta una violencia semejante al portento mítico del arte antiguo mexicano y muestra un mundo lleno de hostilidad y lucha, pero también de sensualidad y erotismo.

Entre sus obras destacan "Toro mugiendo a la luna", "Los hombres huecos", "El sol es una flor", "Habitante de amaneceres", "Bodas solares", "Camino de soles" y "Poética lunar", en las que deja entrever la grandeza del universo comparado con la levedad y pequeñez del ser humano y su destino.

Algunos autores han coincidido en dividir la carrera de Coronel en las siguientes etapas: naturalista, estructuralista, lírica, cromática y la recuperación de la pintura nativa.

En 1947 viaja a Europa fijando su residencia en París, donde conoció a Marcel Breuer y Constantin Bracusi, con quienes tuvo una gran amistad que le permitió impregnarse de las experiencias de otras corrientes y de otros artistas.

En 1959 ganó un premio en el Salón Nacional de Pintura, con su obra "La lucha", y un año después fue galardonado con el Premio de Pintura y Grabado de la Bienal Interamericana.

Durante la década de los 60 fijó su residencia en México, la cual alternó con una serie de viajes por Europa, Asia y Norteamérica, logrando la plenitud en su actividad artística. Participó junto con Mathías Goeritz, Rufino Tamayo y Pedro Friedeberg en la decoración del Hotel Camino Real, en la Ciudad de México.

Su vasta trayectoria artística se puede dividir en dos etapas: en la primera predomina el arte figurativo y se caracteriza por crear, mediante planos lisos yuxtapuestos, imágenes ideales, donde convergen la realidad y la fantasía.

Mientras que en la segunda etapa, el pintor alcanza su madurez pictórica, pues encuentra su propio estilo, en el que se libera de la figura para pasar a la forma, construida por el color, la luminosidad y el brillo.

Su plástica tiene influencia prehispánica y se apoya en imágenes semi abstractas en las que deja entrever elementos del pasado mexicano, tal es el caso de la obra "El regreso de Quetzalcoátl". Sin embargo, en el ámbito de la escultura mantuvo su estilo formalista.

Su obra se caracteriza por mantener como constantes los colores rojo y amarillo, los cuales reflejan melancolía, pasión y soledad. Con frecuencia aborda temas que desnudan la intimidad del ser humano, mostrando sus miedos más profundos, como la angustia, el dolor y la muerte.

No obstante, su trabajo artístico también hace referencia a cuestiones sublimes como el amor, la sensualidad, el erotismo y el sentido de la vida. Tal es el caso de "Venus mexica" (1949), "La niña de la morena" (1940) y "La dama de las frutas" (1949).

Otras de sus obras son "Cabeza de mujer" (1955), "Epitalamio" (1956), "Naturaleza muerta" (1956) y "Erotismo" (1958), "La niña de los besos" (1959), "La amante dormida" (1961), "El sonámbulo de oro" (1963) y "Piedra de soledad" (1964).

"Año uno luna" (1969), "La mujer caracol" (1970), "México" (1975), "Cráneo" (1981), "Floración nocturna" (1982) y "Venus de Vaudreuil" (1984), entre otras obras que han sido expuestas en México, París, Tokio, Osaka, Estados Unidos, Italia, Brasil y Bélgica.

Entre los reconocimientos que Coronel obtuvo por su prolífica trayectoria destacan el Premio Nacional de Pintura en 1984 y el José Clemente Orozco de la I Bienal Interamericana de México en 1959.

En 1971 apareció el libro "Pedro Coronel, pintor y escultor" escrito por Justino Fernández y publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Una de sus últimas obras es el vitral para la Sala de Sesiones del Poder Legislativo de su estado natal, realizado en marzo de 1985.

Gran parte de su producción se puede apreciar en el Museo "Pedro Coronel", en la ciudad de Zacatecas, donde fue distinguido como Hijo predilecto del Congreso en 1977.

Pedro Coronel murió en la Ciudad de México el 23 de mayo de 1985 y sus restos se encuentran en el museo que lleva su nombre en la Ciudad de Zacatecas.

A 23 años de su muerte, la obra de Pedro Coronel continúa siendo motivo de importantes exposiciones, como la retrospectiva que se presentó hace tres años en la Sala Carlos Pellicer, del Museo de Arte Moderno, del Instituto Nacional de Bellas Artes.

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