“One Long Night”, humor negro en el cine mexicano

Escena de la cinta que
cuenta con momentos
de buen humor,
pero que no pasará
a la historia
Foto: Cortesía FICA

Por Benjamín Solís
Reportero Azteca 21

Ciudad de México. 20 de mayo de 2008. En el marco del IV Festival Internacional de Cine Acapulco, se presentó “One Long Night”, del realizador David Siqueiros, una cinta con buenos momentos de humor, un reparto relevante que conforma las distintas situaciones de la película donde predominan la diversidad de secuencias, varias de ellas bien dirigidas pero que no logran darle una estructura narrativa sólida, dando como resultado un trabajo modestamente aceptable y destinado al baúl del olvido de nuestra cinematografía, y que pasará sin pena ni gloria en nuestro cine, tan urgido de buenas realizaciones.

Richard Mazedo, un joven y arrogante ejecutivo mexicano-estadounidense de 30 años, toda su vida la ha hecho en los Estados Unidos, no habla español y siempre ha estado bajo el dominio de su madre posesiva; desde muy pequeño, apenas tiene vagos recuerdos de su padre, y ha crecido como un típico estadounidense clasemediero exitoso, pronto a casarse con una linda y acomodada rubia. Para el protagonista, como para varios hijos de inmigrantes que han llegado a triunfar en el sueño americano, nunca ha estado en sus planes conocer México, al cual ven como cuando se mira a algo lejano en las posibilidades y en el interés, cuyo destino no tiene nada que ver con uno ni con su futuro.

Sin embargo, la vida tiene otros planes para él, y un buen día, por motivos de trabajo tendrá que viajar a la ciudad de México, todo para caer en una efímera, pero intensa noche de violencia, peligro y persecución que se irán generando en torno de Mazedo; el personaje verá trastocados su mundo y pasado en una historia con telón del México oscuro y absurdo que se genera en las calles aledañas al Primer Cuadro, el submundo nocturno de la ciudad.

“One Long Night”, cine comedia de ficción, hace honor a la historia donde basta una noche para vivir las mejores y peores horas en la vida; Richard de pronto se ve sólo e inmerso en medio de los barrios bajos del Centro, como La Obrera, pues en una salida de lo que sería una parranda en un cabaret, su anfitrión lo abandona al comienzo de la juerga, y sólo alcanza a pasarle tres reglas esenciales para sobrevivir en el Distrito Federal: nunca dejar de vigilar el trago que uno se tome, dondequiera que nos encontremos; segundo, ante cualquier peligro, hay dos opciones, enfrentarlo o pedir ayuda a la policía, habrá que optar por lo primero, y tercero, las cosas nunca son lo que aparentan.

Estas simples reglas serán las armas de Richard en una ciudad que literalmente se lo empieza a devorar, ante su condición de extranjero, de no entender el español y de ser un turista adinerado que lo hacen fácil presa de los malandros que pululan por las noches. Y la historia inicia, cuando un grupo de mafiosos de segunda, pero muy violentos, lo persigue toda la noche por las calles y vecindades del centro; Richard sólo contará con la ayuda de una bella mujer de la farándula de los bajos fondos, que sólo le traerá mayores problemas, y todo transcurre en varias situaciones de enredos que irán complicando más las cosas para el protagonista.

Este cine de tragicomedia desafortunadamente no logra crear una estructura de toda la película, volviéndose muy predecible, aunque goza de dignos momentos de humor; y al final, el director opta por una salida con miras a ser final inesperado, pero es nuevamente fácil de adivinar. El resultado es la realización de una película más catártica que propositiva; ingeniosa en varias partes; más del terreno televisivo que del cine; no obstante, la cinta casi milagrosamente se salva, o la salvan, el excelente trabajo de los actores, que lleva a la realización de una divertida película de entretenimiento.

“One Long Night” (México, 2007), dirección y guión: David Siqueiros; fotografía: Reynaldo Villalobos; música: Gustavo Farias; producción, Mazedo Films; reparto, Itatí Cantoral, Alexander-Katz, Adrián Alonso, Víctor Hugo Arana, Pedro Armendáriz Jr., Raúl Barcelo, Ed Begley Jr., Héctor Suárez Gomis, Carlos Espejel, Miguel Galván, Sharon Sundel, Pedro Weber “Chatanuga” y Adrián Alonso.

Comentarios a esta nota: benjamín.solis@azteca21.com

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