Hispanos en pobreza

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-Hispanos en pobreza
-EUA, el sube y baja
-¿Sueño o pesadilla?

    En los últimos dos años, tres millones de inmigrantes hispanos asentados en Estados Unidos, dejaron de enviar remesas a sus respectivos familiares en el lugar de origen, se desprende de una encuesta reciente elaborada por el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) adscrito al Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
    No obstante, la encuesta sobre remesas indica que este año el  volumen de dólares enviado desde Estados Unidos hacia América Latina alcanzará  un nivel similar al de los años 2007 y 2006.
De esta manera, el FOMIN anticipa un volumen de remesas en la región de aproximadamente 45 mil 900 millones de dólares acompañando dicha proyección con una posdata en tono de advertencia: “Aunque el monto de remesas se mantenga estable, si millones de inmigrantes dejan de enviar dinero regularmente, sus familias pasarán mayor estreches en América Latina, especialmente en países donde las remesas son una fuente clave de ingresos”.
Valga el señalamiento para países como México y todas las naciones de Centroamérica dado que en más de una década las remesas pasaron al renglón de fuente económica relevante para millones de personas.
De forma drástica, la encuesta de ingreso-gasto de las familias comenzó a mostrar avances importantes, así en México, la Encuesta Nacional de Ingreso-Gasto de los Hogares  (ENIGH) reflejó una mejoría en la situación de pobreza de las familias debido a un factor combinado: las transferencias, entre éstas los subsidios gubernamentales en forma de transferencias monetarias condicionadas y las remesas.
 Sin una mejora salarial, estos dos estímulos permitieron aliviar la tensión de pobreza en distintos componentes humanos urbanos y rurales.
Al respecto, Eduardo Torres, analista de BBVA Bancomer, explica en Economic Watch al respecto del análisis de la ENIGH 2005 que “la principal contribución al incremento en el ingreso provino por la parte de transferencias, que pasaron de 5% a casi 9% del ingreso total. A partir de aquí puede argumentarse que la recuperación del ingreso de los primeros deciles no ha obedecido a una mayor productividad reflejada en mejores condiciones de salarios o empleo, sino en una política de subsidios que, eso sí, ha mostrado mejores resultados que en el pasado”.
Torres argumenta que dentro del renglón de transferencias también han sido importantes las remesas, que a lo largo de la década prácticamente triplicaron su importancia relativa en el ingreso de los hogares, de 0.5 a 1.3 por ciento.
    En lo que concierne a las remesas, éstas contribuyeron a dar poder adquisitivo a una población antes ignorada por bancos y almacenes.
Debido al surgimiento de una masa de nuevos consumidores, distintos oferentes colocaron productos a la medida de mucha gente que antes no podía comprar aparatos eléctricos aunque su poblado ya contara con alumbrado.
    Grupo Elektra es el mejor ejemplo de captación de las familias receptoras de remesas, los productos para comprar “con abonos chiquitos” más las ventanillas para recibir los envíos de dólares “al minuto” fincaron buena parte de las ganancias para impulsar el surgimiento de Banco Azteca.
    A su vez, poco a poco, comenzaron  a aterrizar otros programas en los consumidores sostenidos a base de remesas, hubo empresas pioneras como Su Casita Hipotecaria para buscar en Estados Unidos al mexicano trabajador promedio con posibilidades de adquirir un crédito para comprar, remodelar, ampliar, o terminar la obra de una casa en México.
    Se pensó que la mejor forma de utilizar el dinero, además del ahorro, era crear programas para impulsar a los emigrantes para tener un patrimonio en el país que dejaron atrás.
    Por instantes se creyó que el  boom continuaría y que migrantes más remesas seguirían dando para mucho más, por eso el estancamiento va tomando por sorpresa so pena de decir lo que para millones de familias significa y el reto de forma implícita para las políticas públicas y sociales.
    El punto es que además de la persecución fascista a los trabajadores ilegales e irregulares en Estados Unidos y las presiones a empresarios para evitar su contratación, la miseria se alza como realidad en el país de los sueños y lo hace, entre otros, en los hispanos legales, ilegales e irregulares.
    Hispanos con papeles y sin éstos, resienten la crisis económica, una minoría que supone el 15% de la población total de Estados Unidos y que podría duplicarse -30%- en el 2050, de acuerdo con estimaciones del Pew Hispanic Center.
    Y el problema es que, en la actualidad, la tasa de miseria entre la población hispana en Estados Unidos es del 20.6%, de acuerdo con un artículo difundido por el periódico ABC con información del Centro para el Progreso Americano.
SERPIENTES Y ESCALERAS
La encuesta elaborada en febrero pasado por el FOMIN indica que entre 5 mil latinoamericanos en los 50 estados y el Distrito de Columbia  sólo 50% de los sondeados aún envían dinero periódicamente a sus familias, contra 73% en una encuesta similar hecha en  2006.
Las  principales causas de la caída, según los encuestados, son la desaceleración económica y un ambiente más hostil hacia los inmigrantes en Estados Unidos.
Una mayoría de los inmigrantes (81%) afirmó que cada vez es más difícil encontrar  buenos empleos. De los encuestados, 40% dijeron que están ganando menos dinero que en 2007.
En contraste con los resultados del primer sondeo estado por estado sobre remesas realizado en 2001, cuando sólo 37% de los encuestados respondió que consideraban que la discriminación contra los inmigrantes era un problema, en la nueva encuesta 68% afirmaron que es una gran preocupación.
De hecho, a los retornos obligados por las autoridades migratorias en su “cacería de inmigrantes” se añade el retorno voluntario de personas que consideran que estarán mejor en su país de origen con su familia.
“Esta encuesta muestra claramente que millones de inmigrantes latinoamericanos ahora tienen temor sobre su futuro en Estados Unidos y sienten que ya no pueden mandarle dinero a sus familias,” aseguró Sergio Bendixen, encuestador del FOMIN.
Según los resultados,  las remesas de algunos estados de Estados Unidos a América Latina caerán este año mientras que los envíos de dinero desde otros estados aumentarán con respecto a años previos.
Las mayores bajas, en porcentajes, tendrán lugar en Pennsylvania, Texas, Georgia, Maryland y Virginia. Los estados con los mayores aumentos serán Nevada, Colorado, Washington, Massachussets y California.
 

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