“Fábulas para mis niños mixtecos”, un fantástico viaje por el mundo mágico de la Mixteca Oaxaqueña

Muchos pequeños de la
mixteca oaxaqueña tienen
pensamientos mágicos,
como que la Luna y las
estrellas danzan con la
música de un viejo reloj colonial
Foto: Cortesía CONACULTA

Ciudad de México.- 30 de Abril del 2008.- (CONACULTA) Fábulas para mis niños mixtecos, la obra literaria de Carlos Yucudani, no sólo es un fantástico viaje por el mundo mágico de la Mixteca oaxaqueña, sino también un llamado de alerta para evitar que se pierdan las lenguas maternas, tradiciones y costumbres de nuestros antepasados y, ante todo, hacer conciencia sobre la preservación del medio ambiente.

 

El libro que recopila diecisiete divertidas fábulas describe de manera atractiva y con un lenguaje propio de las comunidades, no sólo las vivencias de los animales, sino la esplendorosa naturaleza de la región que se extingue lentamente ante la depredación del propio hombre.

 

La mención de las calles empedradas de Huajuapan de León, Oaxaca, camino hacia el zócalo, que hoy han sido sustituidas por la cultura del cemento del mal llamado progreso, es un claro ejemplo del objetivo que el autor busca para preservar la autenticidad y tradiciones de comunidades y habitantes.

 

En las páginas de Fábulas para mis niños mixtecos, Carlos Yucudani narra que muchos pequeños de la mixteca oaxaqueña tienen pensamientos mágicos y se preguntan: ¿de quién son las estrellas y la Luna? Tienen la idea de que la Luna y las estrellas danzan con la música de un viejo reloj colonial o que la Tierra tiene un enorme corazón que palpita cuando tiembla en esa región de la mixteca oaxaqueña.

 

El autor de la obra asevera que los medios de comunicación hacen que estos niños conozcan y recreen estas fantasías con animales como la jirafa, el elefante o el rey león, “pero no deben olvidarse de nuestra fauna y flora como el tlacuache, la iguana, la luciérnaga o la grana cochinilla; de la cacalozuchitl o la hermosa y casi extinta itayata”.

 

Carlos Yucudani subraya que las fábulas seleccionadas para el libro recuperan en parte los pensamientos y la creatividad de los niños mixtecos, los conceptos que tienen algunos pueblos sobre la amistad, la libertad, la lealtad, la sabiduría, la ecología y la propia vida.

 

El escritor lamenta que a pesar de que la Mixteca se ubica en un área geográfica y cultural, “nos entendemos poco, casi no conocemos a los niños de Ayuquila, Chazumba de Salas, Juxtlahuaca, Huajuapan de León, Mariscala de Juárez, Tamazulapam de Progreso, Putla de Guerrero, Nochixtlán o Tlaxiaco”.

 

En este su segundo libro, Yucudani nos sumerge en las moralejas, propias de las fábulas, motivándonos a reflexionar sobre nuestra conducta, reflejada en sus personajes. Todas nos dan lecciones y su escritura parece decirnos que ¡no equivoquemos el camino! Que valoremos lo nuestro, la armonía con la naturaleza y sobre todo lo mixteco, mensaje que está implícito desde la portada, con animales elaborados de palma, obra del artista Héctor Noé Moctezuma González.

 

Es importante mencionar que al leer esta obra, seguramente muchas de las palabras ya perdidas volverán a vivir y, si las enseñanzas de sus personajes son retomadas por una sociedad que vive tiempos difíciles, Carlos Yucudani habrá cumplido su propósito: revivir saberes y pensamientos de la gente sabia, noble y buena de la Mixteca.

 
Hacemos votos para que la imaginación no se extinga como la itayata y tampoco se vaya a esconder en un rincón de la Luna. Fábulas para mis niños mixtecos es una espléndida moraleja (lección) para reflexionar y actuar en consecuencia.

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