Inauguran “De Paisajes y Sueños” para rendir homenaje al artista Luis Nishizawa por sus 90 años

Nishizawa sonriente y contento
con el homenaje no concibe
la vida sin la pintura.
Si volviera a nacer, sin duda
sería nuevamente pintor, afirmó
Foto:
Cortesía Jorge Vargas/CONACULTA

Ciudad de México.- 8 de Abril del 2008.- ( Alfredo Camacho/CONACULTA).- “Luis Nishizawa ha llegado a los noventa años y, como pocos creadores, puede preciarse de haber recorrido el largo camino de la plástica mexicana, por los estilos y preocupaciones que han dominado el siglo”, afirmó María Teresa Franco, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), al inaugurar la exposición De paisajes y sueños-Luis Nishizawa 1918-2008.

 

En la ceremonia, que tuvo lugar en el patio central del Museo Nacional de San Carlos, también estuvieron presentes Louise Noelle Grass, académica secretaria de la Academia de Artes; Ricardo Calderón Figueroa, subdirector general del INBA; Guadalupe Monter, representante de la secretaría de Educación del Estado de México; Margarita García Luna, directora del Museo-Taller Nishizawa de Toluca, quien también llevó la representación del Instituto Mexiquense de Cultura, y Fernanda Matos, titular del museo anfitrión.

 

En ese marco, Teresa Franco subrayó que la rica y vasta experiencia plástica del maestro Nishizawa lo convirtió “en un creador de soluciones estéticas únicas, que abrevaron en el fervor nacionalista de la Escuela Mexicana de Pintura, y que se consolidaron con la absoluta libertad formal del abstraccionismo”.

 

Aseveró que la fusión de sus raíces mexicanas y japonesas, el contacto temprano y permanente con la naturaleza y el horizonte mexicanos, y su pasión explorada de formas y colores, han sido el territorio idóneo para erigir, a lo largo de los años, un conjunto de obras marcado por la poesía.

     

La titular del INBA agregó: “En esta ocasión la Academia de Artes y el Museo Nacional de San Carlos, con el apoyo del Museo-Taller Nishizawa de Toluca, celebran los 90 años del maestro con una exhibición que recoge, de su amplia producción y de los diversos géneros que ha trabajado, una muestra curada por Louise Noelle Gras y Jesús Martínez”.

 

Por último, Teresa Franco puntualizó que la muestra De paisajes y sueños… nos aproxima a una veta introspectiva y poco conocida de su trayectoria, al tiempo que nos confirma la maestría con que Nishizawa ha interpretado el paisaje mexicano y ha fundido orígenes y tradiciones diversas en una mirada que, sin duda, nos ayuda a comprender mejor la pluralidad artística del siglo XX.

 

Por su parte, Louise Noelle comentó que una larga y productiva existencia, con numerosas exposiciones nacionales e internacionales, avala los múltiples reconocimientos que ha recibido Nishizawa entre los que destacan el Premio Universidad Nacional Autónoma de México (1988) y el Premio Nacional de Artes (1996).

 

La también curadora de la exposición aclaró que la primera parte de la muestra exhibe ampliamente su faceta de paisajista, ya que existe una colección de dibujos y grabados de paisajes mexicanos. La segunda parte, dijo, consta de una serie de dibujos en tinta de gran formato que elaboró entre 1970 y 1972, titulados Las vacas flacas y los sueños rotos; un grupo de diseños impresionistas de gran fuerza que ofrecen una vena introspectiva y, de cierta manera, sombría.

 

“Como corolario hemos incluido un magnífico autorretrato que nos abre, así sea de manera fugaz, las puertas de su magnífica habilidad en el manejo del pincel y los colores, así como su maestría en el campo del retrato contemporáneo en México”, finalizó Noelle Grass.   

 

Entrevistado por separado, el maestro Nishizawa expresó: “Estoy más que feliz y agradecido por este homenaje. Con ganas de cumplir otros noventa años, pero en las mismas facultades en que estoy ahora para poder seguir trabajando”.

 

El artista mexiquense comentó que se levanta a las 7:30 de la mañana y apenas desayuna se pone a pintar. “Luego de comer a mediodía, reposo media hora y vuelvo a los pinceles. No concibo la vida sin la pintura. Si volviera a nacer, sin duda sería nuevamente pintor”.

 

Finalmente, evocó una bella anécdota de su juventud. “Con una torta de frijoles y un refresco bajo el brazo visité La Villa y miré a un señor que llevaba un cuadro al hombro y subía el cerro del Tepeyac. En un instante lo alcancé y era nada menos que el Dr. Atl. Sin más, al llegar a la cima le pregunté: Maestro, ¿qué va a hacer desde aquí? Y sin chistar me respondió: ¡Voy a corregir a José María Velasco!”

 

Luis Nishizawa se ríe con el grato recuerdo y se muestra verdaderamente contento con el homenaje. Se despide de los reporteros no sin antes confesar que su color predilecto es el amarillo. “Próximamente voy a inaugurar un mural en la Suprema Corte de Justicia, espero verlos por allá”.

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