“Guevarianas”, de Vicente Feliú, o las odas a un héroe latinoamericano

Cada canción tiene una
historia, de reflexión o
estallido, directamente
vinculada al 'Che' o
derivada de su legado
Foto: Cortesía
'Ediciones Pentagrama'

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 3 de abril de 2008. Vicente Feliú es un cantautor cubano, miembro prominente de lo que se conoce –o conoció– como el Movimiento de la Nueva Trova Cubana junto a nombres y hombres como los emblemáticos Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, así como Lázaro García, Augusto Blanca, entre otros. Esto aplica, hay que señalarlo, a muchos que no somos cubanos en el exilio; es decir, a muchos de los latinoamericanos, españoles y seres de otras latitudes distintas a la cubana. O: no es lo mismo estar afuera que adentro… O todo depende del cristal con que se mire. O…

En 1997, treinta años después de la muerte de Ernesto “Che” Guevara de la Serna, quizás el único y más auténtico héroe latinoamericano –a pesar de todos los peros que todo personaje histórico (quiero decir humano) relevante suscita–, sacó un disco en recuerdo de ese argentino universal que, por cierto, tuvo un hermano escritor, argentino para más señas y también universal e inolvidable, quien, aunque nunca se vieron, lo inmortalizó más aún con un poema. Ese disco de Feliú se llamó “Guevarianas”.

Diez años después, “Guevarianas” (Ediciones Pentagrama, México, 2007) levanta el vuelo en nuestro país en busca de esa pléyade de adolescentes que crecieron o estudiaron la preparatoria o la universidad en un ambiente en el que aún se creía en la “educación crítica, científica y popular”.

Claro, los que se identificaron con ese eslogan y buscaron su camino vital a partir de lo que éste les arrojó de verdad, porque la universidad (que en una acepción incluye a la humanidad) también albergaba y educaba a muchos otros que no comulgaban ni comulgaron con esas ideas libertarias que, al final, se volvieron o vuelven los antípodas de sí mismas. Viva el oxímoron: hoy priva el relativo absoluto.

En fin, como dice Feliú en un texto que acompaña el disco: “Éste era una deuda pendiente, especialmente conmigo y con mis hijos. Cada canción tiene una historia, de reflexión o estallido, directamente vinculada a Che o derivada de su legado. […] Y no es un homenaje, porque los verdaderos héroes están en nuestro corazón, bombeándonos cada latido de esperanza”. Vaya que tiene razón, amén de corazón, pues el Che le inspiró quince de las dieciséis canciones del disco.

Inevitablemente, aun en contra de lo que pudiera pensar el trovador, éste es un material lírico teñido de nostalgia, que quizás pudiera ser o no una revelación para un joven estudiante, para un joven a secas que busca apartarse del universo sonoro uniforme que nos rodea en el rubro de la canción.

Pero para esos muchos hombres y mujeres que, como dije antes, estudiaron hace 30 años, más o menos, será un guiño y una alusión a una época que, como todo, ya pasó y dejó recuerdos en la memoria. Y algo más, como todo, según como a cada quien le haya ido en la feria.

Acompañan a Feliú en este, a pesar suyo, homenaje al Che Guevara, músicos y cantantes como Carlos Lage Feged, Sara Losada, Paula Ferré, Aurora de los Andes Feliú, Lázaro García, Roberto Novo, Santiago Feliú y Kare García.

Comentarios a esta nota: gregorio.martinez@azteca21.com

Leave a Reply