Inflación y mil pesos

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-Inflación y mil pesos
-El efecto petróleo
-Alza en precio alimentos

    El precio del petróleo provoca estragos a golpe de contagio pasando de bolsillo a bolsillo y de banda ancha sin límites geográficos. El jinete de la inflación tiene a los países reajustando las perspectivas para fin de año, donde el mundo seguirá siendo más caro.
    Desde Estados Unidos hasta Chile, después del Océano Atlántico pasando por España hasta completar el globo terráqueo, el incremento en los precios marca la tónica de las mesas de análisis y los datos procesados de febrero y marzo reflejan que 2008 será más difícil de lo que se creía para la liquidez del consumidor, su poder adquisitivo y su relación salarial.
    El culpable es el petróleo, la dependencia de la industrialización en el oro negro pasa factura en el siglo XXI llevándonos a un dilema con el medio ambiente, los seres vivos y el proceso de producción cimentado en los insumos fósiles.
    Suben los energéticos, encarece la producción de alimentos, el precio del diesel en el sector primario se traslada en los canales de la economía hacia el consumidor; además hay que añadir la inestabilidad climática sembrando incertidumbre respecto al logro o no de las cosechas y la demanda por granos que va experimentando el sector del biodiesel y los biocombustibles.
    Debido al petróleo nos cuesta más caro alimentarnos e insisto, le pasa por igual al mexicano, que al estadounidense, al hermano chileno o a un español.
    Todos estamos metidos en los vaivenes del petróleo con esa racha de mayor prevalencia al incremento.
    Todo estamos importando la crisis del mercado exterior hacia nuestro bolsillo y si se fijan no hay una reacción en consenso de líderes, mandatarios y representantes de organismos, fundamentalmente la OPEP a favor de amainar la burbuja.
    En esta especie de “guerra sin balas” (mucho tiene que ver la actitud del cártel de la OPEP) no hay ganadores ni siquiera los países productores y exportadores de energéticos salen bien librados de la guerra petrolera, la ralentización de la economía global no conviene a nadie, ni el traslado de la inflación vía el comercio, ni mucho menos la incertidumbre.
A COLACIÓN
    Suben los precios en México: la inflación en la primera quincena de marzo del año en curso registró una variación de 0.48%. El índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) lleva carrera de fondo.
    La inflación está afectada por el costo de los productos agropecuarios, las semillas y granos; también suben las cotizaciones de los paquetes de servicios turísticos (por el precio de la gasolina, diesel, combustóleo,   gasóleo); suben el precio del transporte público en algunas ciudades: Guadalajara, Puebla, Torreón y Tampico; aumenta el gas y la bombona de butano.
En fin, que al consumidor no le beneficia que el precio del petróleo de la mezcla mexicana de exportación esté en 86 dólares por barril.
Y en general, a casi ningún sector. Incluso  los servicios ligados al turismo van encareciéndose.
Con el dato de la inflación de la primera quincena de marzo, la inflación anual asciende a 4.24 por ciento.
Al respecto de este comportamiento, estudios realizados por Scotiabank Inverlat, apuntan que “el  hecho de que la inflación anual haya continuado en ascenso, y que a ello se sumaran presiones alcistas originadas en el desempeño de los precios de los servicios, reduce la posibilidad de una flexibilización monetaria en el corto plazo, pese al riesgo latente de una mayor desaceleración económica”.
    Asimismo, en otras latitudes, comporten la presión sobre la cabeza por la inflación: en España el IPCA adelantado de marzo es del 4.6%, se anticipa que si se confirma dicha cifra cuando el 11 de abril próximo sea difundido el índice de Precios al Consumidor, será entonces el nivel más alto desde julio de 1995. Los economistas que asesoran al presidente José Luis Rodríguez Zapatero tendrán largos días para resolver una estrategia en consonancia con los lineamientos del Banco Central Europeo, para encontrar capacidad de acción sobre de los precios.
SERPIENTES Y ESCALERAS
    Inflación que por supuesto tiene que ver con el dinero. Si en la Europa de la Unión Monetaria los billetes de 50 euros es lo más común para el día a día porque los de a 20 no alcanzan para nada. En México los de mil pesos van generalizándose y al mismo tiempo reforzándose en medidas de seguridad.
    ¡Vaya un billete de mil pesos! ¡Qué cara está la vida! Si en el sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari le hubieran dejado los tres ceros a la moneda, en lugar de mil pesos tendríamos uno por ¡Un millón de pesos! Se entiende entonces el por qué quitarle ceros.  
    No es lo mismo pagar el alquiler con 5 billetes de mil pesos que con 5 billetes de un millón de pesos.
    Vamos sería histórico tener en México billetes de un millón de pesos, el de mil pesos ya  se utilizó en el país en las primeras décadas del siglo XX y fue rescatado  en 2004 en papel moneda y cambiado de formato  a partir del próximo 7 de abril en que el billete de mil pesos pasa a engrosar la fila de la nueva generación de polímeros.
    En este grupo tenemos: el billete de 50 pesos introducido desde 2006; el de 20 pesos en 2007; mil pesos este año; 500 pesos y 100 pesos, ambos en 2010.
    El billete de papel moneda de mil pesos seguirá utilizándose simultáneamente con el billete de mil pesos de polímero (Banco de México pretende, en un año, retirar todos los de papel y dejar sólo los plásticos).
    El polímero como lo hemos explicado en POR LA ESPIRAL tiene características de fiabilidad, es más seguro, menos vulnerable hacia la falsificación.
P.D
El Banco de México documenta que el primer papel moneda que circuló en el país fue en el año de 1813, en San Miguel el Grande, Guanajuato, ante la falta de numerario y de moneda que ocasionó la lucha por la Independencia.
Algunos años después surgió de manera oficial el billete del primer Imperio encabezado por Agustín de Iturbide, y de ahí para adelante el papel moneda empezó a ganarse un lugar como medio de cambio, de pago, de atesoramiento y acumulación de valor.
En cada billete se puede atestiguar determinada etapa de la Historia de México, la tendencia del momento y el reflejo de la inflación.
Como parte de la historia moderna del país, los primeros billetes del Banco de México fueron impresos por American Bank Note Company de Nueva York (ABNC), en un tamaño de 180 x 83 milímetros (mm). Esta primera serie del año 1925 al 1934 está compuesta por billetes de 5, 10, 20, 50, 100, 500 y 1000 pesos. Posteriormente, de 1936 a 1942, se emitió una segunda serie, transitoria, también fabricada por la casa neoyorquina, pero de un tamaño más reducido.

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