El temido “aquí no pasa nada”

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-El temido “aquí no pasa nada”
-Variables de peso en México
-EUA: información negativa

Tenemos más de lo mismo en la clásica preocupación dolor nuestro de cada día: “Cuando Estados Unidos estornuda, México padece un resfriado”.
La dependencia de México es un caso digno para el psicoanálisis primordialmente por lo malsano de una relación desventajosa para el país azteca con el NAFTA o TLCAN. Hemos caído en una fase de humillación, un masoquismo por el muro, el trato a los inmigrantes, las largas filas diarias que los mexicanos realizan para gestionar una visa o bien para cruzar  algún punto de revisión aduanal. Es el masoquismo en ciernes, nos tratan mal pero insistimos, ponemos la cara.
Esta relación tan desventajosa debería llevarnos a replantearnos qué tan buena o mala es una simbiosis basada en un modelo con orientación hacia el mercado exterior, que no es plural, más bien monofásica, de entrada nos lleva de la mano a fungir como el eslabón más débil porque únicamente somos los maquiladores del traspatio de Estados Unidos.
Me parece que pegarnos al gigante herido de muerte y convertirnos en analfabetos del ciclo estadounidense es condenarnos a una fase de menos tiempo para el crecimiento sostenido y mayor vulnerabilidad para las recesiones.
Tarde o temprano las diferencias subyacen: México no es una economía de guerra, ni un socio de primer nivel para la Unión Americana, aunque tengamos un tratado de por medio somos usados a conveniencia en una relación históricamente desventajosa.
¿Cuándo aprenderemos que el mercado externo tiene sus bondades y sus costos y que la diversificación nos permite reducir los riesgos y ampliar los horizontes? Mantener una apuesta y pensar que solamente la Unión Americana es un as bajo la manga es apostarle a un futuro muy limitado y peligrosamente cíclico.
Comencemos a realizarnos cuestionamientos, a conducirnos al autoanálisis de lo que significativamente Estados Unidos es para México vía el NAFTA o TLCAN, a catorce años de distancia de la entrada en vigor del tratado no hemos mejorado nuestros niveles de ingreso, inversión y formación de bruta de capital, comparado con los estadounidenses o canadienses.
En cambio aconteció una segmentación de la economía mexicana hacia los nichos, unos rentables si participan en la industria maquiladora aunque endebles a las altas y bajas, de acuerdo al sostenimiento del mercado con Estados Unidos.
De todo, lo más real, es que el crecimiento descansado en un modelo exportador monofásico (simbiótico al más fuerte, en este caso la Unión Americana) no elimina las asimetrías en muchos casos las agudiza como lo demuestra el sector primario de la producción en México.
A COLACIÓN
Problemas del crecimiento cuyo acelerador cuantitativo encuentra iguales problemas en el desarrollo, la parte cualitativa tampoco logra manifestaciones exitosas bajo la actual fórmula del mercado.
México tiene problemas para planear el futuro con una serie de variables atadas a cuestiones cíclicas: 1) El crecimiento de Estados Unidos impacta a  las exportaciones mexicanas sea en sus altas o bajas. 2) El petróleo cuyas exportaciones y el retorno de los ingresos dependen de las altas o las bajas de este insumo energético en el mercado internacional. 3) La inversión extranjera directa cuya presencia requiere de una serie de privatizaciones y concesiones en las que México lleva años empantanado por una serie de decisiones internas. Para captar flujos de inversión extranjera directa enfrenta,  además, una gran competencia global con otros países emergentes.
¿Qué le pasaría al crecimiento de México, su viabilidad inmediata, si le quitamos estas tres variables, en las que Estados Unidos juega un papel fundamental?
El reto para los economistas mexicanos es formular tácticas de crecimiento donde la variable Estados Unidos tenga un menor peso, lo mismo que el petróleo.
Hagamos cálculos para poder favorecer la renta per cápita. Por muchos años diversos analistas han intentado realizar una serie de paralelismos entre el México de la dictadura del partido priísta y la salida de España de la dictadura franquista hacia el mercado integrador primero de la Comunidad Económica Europea (CCE), después en la Unión Europea (UE), y con el euro en la Unión Monetaria (UME). No soy una analista que concuerda con tales comparaciones, ni en lo político, ni en lo económico. Lo que si es una realidad es que España ha tenido grandes saltos con la integración al bloque europeo, en cambio, en México el TLCAN ha dejado resultados magros y asimétricos.
A estas alturas, México y Polonia tienen algunas coincidencias por lo que refiere a la parte del ingreso per cápita, venir de una plutocracia partidista y un sistema central cuyo gasto público también llenó las manos de la corrupción con el pago de prebendas y lealtades. Polonia ha sido aceptada en la UE (al bloque de los 25) ya veremos en diez años cuál de los dos países, México o Polonia, lograron un verdadero despegue e incrementaron la renta per cápita.
En tanto, en México siguen las correcciones de los cálculos del PIB sobre de la marcha porque cualquiera de sus tres variables fundamentales arriba explicadas tienen su dinámica; así es que, de crecer 3% anual de manera sostenida en los próximos años necesitaremos, según cálculos propios, 23.33 años para duplicar la renta per cápita actual.
En cambio, de crecer sostenidamente al 5% en los próximos años, tendríamos que en 14 años duplicaríamos la renta per cápita; empero, de hacerlo en 2% anual demoraríamos 35 años para duplicar el ingreso per cápita so pena de varias generaciones de mexicanos.
El optimismo del gobierno por un rumbo económico de presunción internacional, siempre boyante, creador de empleos, repartidor de beneficios, no es más que economía ficción.
GALIMATÍAS
    Siguen sumándose los datos negativos de Estados Unidos: las  ventas al menudeo bajaron 0.6% en febrero, ante el menor gasto en autos, gasolina y equipo de construcción.
    Adicionalmente  el  balance fiscal registró un saldo deficitario récord por 175 mil 600 millones de dólares en febrero. La  contracción en ingresos y el incremento en gastos indujeron tal resultado; así el déficit acumulado en los primeros cinco meses del año fiscal del 2008 fue de 263 mil 300 millones de dólares un 62.3% superior al de un año antes.
 Por el lado de las tasas, el repunte en las hipotecas volvió a dar la noticia: la tasa fija de 30 años subió de 5.98% a  6.37%, la más alta desde octubre.
Si el primer trimestre ha sido negativo y el segundo anticipadamente malo, el tercero se espera peor con un PIB en tablas sino es que con un signo negativo.

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