La oaxaqueña Lila Downs cautiva a colombianos en el “Festival Iberoamericano de Teatro”

Lila canta, baila, se
contorsiona y juega
con la voz, además
introduce poesía y
rompe con un popourrí
donde hace gala de
sus orígenes mexicanos
Foto: Internet

Bogotá, Colombia.- 14 de Marzo del 2008.- El concierto de la cantante mexicana Lila Downs hechizó anoche a más de cinco mil personas que se dieron cita en “Ciudad Teatro”, en el marco del XI Festival Iberoamericano de Teatro que tiene lugar en esta capital hasta el 23 de marzo.

Downs hizo su ingreso al escenario junto a los acordes de un violín que interpretaba “Jarabe tapatío” y de inmediato tronó al unísono el arpa, las tamboras, el acordeón, el saxo y el clarinete, mientras se escuchaba su fuerte voz y se apreciaban sus cadenciosos movimientos.

La mexicana, nominada al premio Oscar por su interpretación de “Burn it blue”, de la banda sonora de la película “Frida”, es una de las invitadas especiales del Festival Iberoamericano de Teatro 2008.

Downs canta, baila, se contorsiona, vibran sus hombros y juega con la voz, con un timbre vocal que llega sin problemas a los tonos más bajos y claros como a los más altos, y además introduce poesía y rompe con un popurrí donde hace gala de sus orígenes mexicanos.

Ella no interpreta la ranchera tradicional con mariachis, por el contrario, el público se encuentra con una deliciosa combinación de ritmos musicales que pasan rápido y donde se siente el flamenco, el son, la salsa, la cumbia, el jazz y el ritmo jíbaro.

La cantante mexicana deleitó al público colombiano haciendo gala de sus raíces con temas como “Entre copa y copa”, “La cantina”, “La cumbia del mole”, “La Tequilera”, “La noche de mi mal” y “Agua de rosas”.

También encantó con una interpretación desconocida y fascinante de “Quizás, quizás, quizás”, reconocida tonada que se hizo famosa bajo la interpretación del estadounidense Nat King Cole.

Mientras se mueve con gracia y tumbao, Downs toca la clave y suenan todos los instrumentos sin opacar la melodía, momento en el cual retumbaron los aplausos de los asistentes a la presentación en Colombia.

La mexicana no sólo emana sus raíces en todo su ser, en su piel cetrina, en su largo cabello trenzado y adornado con cintas, sino también tiene presente su patria en una versión moderna del vestido campesino, con flores multicolores y muy ajustado al cuerpo.

Al final del espectáculo, el público colombiano la despidió de pie, y luego coincidió en afirmar que esta mujer oriunda de Oaxaca presenta un gran espectáculo con mucha voz, ritmo, musicalidad y, sobre todo, mucho sabor. (Notimex)

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