
Rescatarán centro histórico de Zacatecas, Tlacotalpan y el convento de San Francisco Javier, en BCS
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La Plaza Goytia, lugar cotidiano
de las manifestaciones
culturales, es parte de la
zona del centro histórico de
Zacatecas que será remozado
Foto: Cortesía
José Salvador Romo Gallardo
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Ciudad de México.- 9 de Marzo del 2008.- (CONACULTA) Como parte del III Congreso Internacional de Patrimonio Cultural y Cooperación al Desarrollo que se lleva a cabo en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, (MNA), los investigadores Salvador Aceves García y Francisco López Morales, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, (INAH), presentaron tres programas de rescate del patrimonio cultural del país.
En el evento organizado por el INAH y el Centro Cultural de España, los proyectos expuestos en el segundo día de actividades, arrojan también información referente a la revitalización y mejoras en monumentos históricos y espacios públicos del centro histórico de Zacatecas, Tlacotalpan y la Misión de San Francisco Javier, en Baja California Sur.
Tal como declaró Alfonso de Maria y Campos, director general del INAH, en la inauguración del congreso, “el desarrollo económico de cada país debe generar estrategias y mecanismos técnico- legales para comprender, de mejor manera, que el patrimonio cultural es un recurso no renovable y apegado a cierta normatividad.”
De ahí, la necesidad de enfocar la atención en estos tres lugares, que si bien mantienen notables diferencias arquitectónicas, orográficas, climáticas y sociales, están unidas por un hilo conductor que navega en los temas del rescate en sus monumentos, zonas al aire libre y revitalización de espacios.
Misión de San Francisco Javier en Baja California Sur
Fue fundada a caballo por la orden de los jesuitas entre los siglos XVII y XVIII, la segunda en el estado, para evangelizar a los llamados grupos de cultura más primitivos de Mesoamérica los cuales, paradójicamente, presentaban una excepcional producción de arte rupestre en la sierra de San Francisco Javier, considerada Patrimonio de la Humanidad.
En la década de los ochentas, el conjunto misional enclavado en la zona vegetal denominada oasis, enmarcada por el desierto de la entidad, fue objeto de una intervención “modernizadora” impulsada por la presidencia municipal de Loreto.
En dichos trabajos, se pavimentó un bulevar sobre la tradicional calzada procesional que daba acceso al templo además de dotarlo de arbotantes (estructuras de medio arco) y luminarias, a pesar de que no existe corriente eléctrica en el poblado, únicamente la poca que produce la planta del internado.
Posteriormente, se construyeron bloques de cemento en lugar de las cercas de carrizo que existían en el lugar, modificación que tuvo impacto en el clima. Después de protestas por parte de los lugareños y especialistas, instituciones gubernamentales retiraron tanto los pavimentos de concreto como los bloques.
Para entonces, la comunidad y asociaciones civiles, con apoyo del INAH y Semarnat, restituyeron las cercas de bajareque y piedra en seco y restauraron las acequías y canales destruidos. Además, se integraron al catálogo del Instituto el anfiteatro rocoso, el oasis con su sistema de riego y la presa del arroyo, elementos que integran el paisaje cultural.
Actualmente el INAH y Fonatur colaboran en un proyecto de ordenamiento y puesta en valor donde, explícitamente, no se contemplan más instalaciones turísticas y se busca mejorar las existentes (2 restaurantes y 6 complejos de alojamiento).
Con la participación de Semarnat, Sectur, Iniciativa Oasis y Adopte una obra de arte, A.C., el patrimonio cultural y ambiental de la misión se ha logrado encausar la evolución del sitio.
Tlacotalpan, Veracruz
Ciudad que contiene y guarda celosamente las más variadas expresiones del patrimonio intangible como la música, danza y gastronomía, mismas que sus pobladores han generado a través del tiempo, se pueden apreciar en fiestas como la Candelaria, motivo de la mayor atracción turística del Sotavento.
El lugar en su totalidad, es considerado un monumento con una traza singular que parte de un núcleo de origen prehispánico que se expande, según los especialistas, en un damero virreinal. Destaca su sistema de plazas interiores y aquella que apunta al río, evidencia de su tradición marinera.
Hace aproximadamente dos décadas, la Agencia Española de Cooperación Internacional, (AECI), se interesó en apoyar la revitalización y conservación de este lugar con instrumentos de ordenación urbana. Para 1997, realizó el proyecto y financió la obra de restauración del mercado Dehesa en colaboración con el gobierno de Veracruz y el INAH.
Hoy día, la Secretaría de Desarrollo Urbano del estado realiza un proyecto preliminar para rehabilitar el sector del malecón o fachada fluvial, el cual ha sido lastimado por la ocupación del comercio informal. Para esto, se dispone de un fondo que la Federación asignó a las autoridades municipales de ciudades consideradas Patrimonio de la Humanidad, como lo es Tlacotalpan.
Centro Histórico de Zacatecas
Situada al pie del Cerro de la Bufa, la ciudad de Zacatecas se funda en el año de 1549 donde los yacimientos de plata congregaron, en poco tiempo, a mineros, frailes, comerciantes y militares, grupos sociales que iniciaron el poblamiento del lugar.
La traza de la ciudad consiste, fundamentalmente, en una estructura de dos ejes longitudinales (norte- sur), y empinadas calles (oriente- poniente). Se distingue por sus monumentales arquitecturas vinculadas a las órdenes religiosas como Santo Domingo, San Francisco y San Agustín, además de la Catedral, la Casa de Moneda, el Teatro Calderón y el mercado.
Al finalizar el siglo XX, el crecimiento desenfrenado de la ciudad origina estructuras arquitectónicas excedidas en volumen, las cuales rompen con el perfil urbano y se suman a las zonas centrales en perjuicio de patrimonio compartido.
Por lo tanto, para ordenar el funcionamiento urbano y mejorar la calidad de vida de sus habitantes, así como el diálogo entre la ciudad y el paisaje natural, se dotó a la ciudad con instrumentos normativos y proyectos puntuales para reestablecer la armonía que existía entre el entorno y las construcciones.
Para el año de 1993, el Comité de Patrimonio Mundial incorporó a su lista de bienes la ciudad de Zacatecas, nombramiento con el que los tres órdenes de gobierno se comprometieron a observar, de manera permanente, la conservación del centro histórico bajo las directrices que marca la convención.
Posteriormente, en 2006, el municipio encomendó la elaboración del Programa Parcial del Centro Histórico de la Ciudad de Zacatecas en el que se definía una zona de transición entre la ciudad histórica delimitada y la ciudad contemporánea que proteja los valores ambientales y paisajes históricamente consolidados.
El área de estudio comprendió una zona A que abarcara la ciudad y sus barrios; una B, ampliaciones del siglo XX; y una C, de entorno paisajístico, en total, las tres zonas cubrían 970 hectáreas de territorio zacatecano.
Los problemas detectados son varios, desde concentración de usos comerciales, cambios en el uso de suelo, deterioro y abandono de viviendas, hasta la elevada afluencia de rutas de transporte, flujo excesivo que congestiona la vía pública y parque vehicular de baja calidad.
Se pretende que el programa en vigor desde el año pasado, bajo las directrices de Patrimonio Mundial, arroje soluciones inmediatas para contrarrestar los inconvenientes mencionados.
Sin duda, la cooperación entre diferentes sectores de la sociedad, como son gobierno, asociaciones civiles y las comunidades mismas, son la carta fuerte para una sana y óptima conservación del patrimonio cultural tanto en México como en cualquier parte del mundo.