Restauran “Templo de los Guerreros” y el “Tzompantli” en la zona arqueológica de Chichén Itzá

 Restauran “Templo de los Guerreros” y el “Tzompantli” en la zona arqueológica de Chichén Itzá
Con estas tareas de
conservación las
edificaciones presentan
una imagen renovada
Foto: Cortesía INAH Yucatán

Ciudad de México.- 3 de Marzo del 2008.- (CONACULTA) Diversas estructuras prehispánicas de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, cuya antigüedad se remonta al Posclásico Temprano (1000 d.C.), muestran una imagen renovada, luego de los trabajos de conservación preventiva, mantenimiento y restauración que realizaron especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Las edificaciones intervenidas corresponden al área conocida como la Gran Nivelación, —ubicada frente a la Pirámide de Kukulkán o El Castillo—, entre las que destaca la impermeabilización del Templo de los Guerreros y la restauración de los relieves de las plataformas conocidas como Venus y Águilas y Jaguares.

Claudia García Solís, restauradora encargada de la conservación de este sitio del área maya, informó que las labores de conservación forman parte de la tercera temporada de trabajo durante la cual también se intervinieron las estructuras del Tzompantli, el Edificio Superior de Jaguares y el Templo Sur del Juego de Pelota.

“Fue una temporada intensa en la que se logró dar atención a los edificios de esta área, en varios de los cuales su intervención se remonta desde los años treinta y requerían de acciones integrales”, comentó la especialista al destacar que uno de los trabajos más relevantes fue la conclusión de la impermeabilización del Templo de los Guerreros.

“Una vez que se protegieron los pisos y aplanados originales se aplicó a modo de sello y con una pendiente, un recubrimiento creado con diversas mezclas, lo que permite que el agua no se estanque y por lo tanto no se filtre al interior de la subestructura” detalló.

García Solís detalló que otras estructuras intervenidas de la Gran Nivelación, que es una de las áreas más visitadas de la zona arqueológica, son las Plataformas Águilas y Jaguares, y Venus. Aquí además de estabilizar materiales constitutivos, nos enfocamos a la imagen de los relieves que presentaban resanes defectuosos realizados en décadas pasadas y que impedían su correcta lectura.

Este fue un trabajo minucioso porque se tuvieron que eliminar esas intervenciones voluminosas hechas con cemento, que además de ser dañinas no permitían una buena visibilidad del discurso que ahí plasmaron los antiguos habitantes mayas, explicó la también coordinadora de la Sección de Conservación del Centro INAH-Yucatán.

 

El proyecto de intervención de los relieves de estas dos plataformas, formulado conjuntamente con la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, incluyó desde un principio la atención de tales elementos como parte integral de ambos edificios, y no como elementos aislados.

“En Chichén Iztá no hay grecas decorativas, porque en realidad forman parte de todo un discurso ideológico y esto es evidente en la arquitectura”, por lo que además de la limpieza de microorganismos de los grabados y la eliminación de resanes, se efectuó un proceso de reintegración volumétrica y de color para darle continuidad a la lectura.

 

En el grabado de la plataforma de Águilas y Jaguares se observa la representación de un jaguar devorando corazones y aves rapaces a los lados, y en la parte superior un personaje con anteojeras. Por su parte en el relativo a Venus se pueden ver diversos simbolismos alusivos a esa estrella, así como un águila con forma de serpiente que alude a Kukulkán.

 

Sobre los restos de color que aún se pueden apreciar en los relieves, la restauradora abundó que en el caso del primero destacan el anaranjado en el cuerpo del jaguar, restos de tonos café en las águilas, fondos rojos y vírgulas verdes. Mientras que en el segundo sobresalen el verde en las plumas del ave-serpiente y franjas azules.

 

Al igual que en los trabajos hechos en las edificaciones prehispánicas, en el caso de los grabados también se contó con la participación de un equipo interdisciplinario conformado por arqueólogos, dibujantes, restauradores de la Escuela Nacional de Conservación Restauración y Museografía (ENCRyM), así como mujeres del poblado de Pisté quienes fungieron como auxiliares de conservación.

           

De igual forma —añadió García Solís—, se contó con la asesoría del Dr. Peter Schmidt para la restauración del Tzompantli, al que se le reintegraron y se le estabilizaron diversos elementos constitutivos. Asimismo se reforzó la impermeabilización del Edificio Superior de Jaguares, y se consolidó el Templo Sur del Juego de Pelota.

           

Durante estas tareas, que iniciaron en octubre del 2007 y concluyeron en el primer bimestre del año en curso, también se restauraron esculturas exentas de la Gran Nivelación que estaban fragmentadas.

 

La responsable de la conservación de la zona arqueológica, comentó que para la próxima temporada de trabajo se tiene proyectado atender la parte sur del sitio, donde destacan varios relieves del anexo del conjunto llamado Monjas o La Iglesia.

                       

De igual manera, se pretende dar seguimiento a líneas de investigación en conservación que derivaron de esta última temporada de trabajo. “Están encaminadas a definir métodos que en un futuro nos permitan tener un adecuado control de microorganismos que generan velos negros en los relieves. Se trata de un proyecto piloto que se impulsa con la Universidad de Campeche y la Unidad Mérida del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados”. concluyó.

Redacción Azteca 21

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