
Las culturas populares e indígenas de México, van tres pasos delante de todos: Marta Turok
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Turok asegura que hay
expresiones de la cultura
popular mexicana que van
a contracorriente, porque
los medios y las instituciones
no le dan el lugar debido
Foto: Cortesía CONACULTA
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Ciudad de México.- 28 de Febrero del 2008.- (Ángel Trejo/CONACULTA) Aún no cabalmente evaluadas, las culturas populares de México van a veces tres pasos delante de un importante segmento de la sociedad, de los medios de comunicación, las instituciones y los investigadores, dijo Marta Turok, directora del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart).
La primera mujer en encabezar en 1986-88 la Dirección General de Culturas Populares (DGCP) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) y su tercer titular después de Rodolfo Stavenhagen y Leonel Durán, la prestigiada antropóloga aseveró que la creación de la DGCP hace 30 años tuvo el mérito de hacer visible en medios oficiales la existencia de las culturas populares.
“Para la generalidad de población nacional las culturas populares siempre han estado y están ahí, a veces tres pasos delante de todos, igual que las culturas indígenas. Pero este hecho no se había planteado desde el Estado ni asumido como un reto de las instituciones estatales para evaluarlas con objetividad y apoyarlas”, agregó.
La ex directora de la DGCP dijo que a tres décadas de emprendida la revaluación de las culturas populares desde el Estado, aún falta mucho por hacer ya que la proporción de recursos destinados a éstas y a la cultura de élite o de las bellas artes continúa siendo del 80-20, pese a que el 80% de la población vive y se recrea en aquéllas y sólo el 20% disfruta de éstas.
“Los presupuestos están al revés y es necesario emparejarlos para que podamos conocer a plenitud la enorme creatividad que existe en las culturas populares”, insistió Marta Turok, en cuya gestión como titular de la DGPC se lograron establecer 15 coordinaciones regionales o estatales de Culturas Populares en las entidades federativas.
La especialista dijo lo que todavía falta por conocer de nuestras culturas populares depende también de que el importante segmento de población que disfruta de la cultura de élite u occidental, acceda a una concepción integral de lo que es la cultura y que se abra enteramente a la interculturidad.
“Es indispensable que muchas personas entiendan que deben estar abiertas a los conocimientos y expresiones artísticas que existen en otras culturas del país y que no se puede ser universal en la asimetría, pues si desconocemos y no valoramos lo nuestro corremos el riesgo de negarlo”, apuntó la antropóloga.
Marta Turok aseguró que hay expresiones de la culturas popular mexicana que van a contracorriente de lo establecido, cuyos contenidos se descubren tarde porque ese segmento de población privilegiado, los medios de comunicación y las instituciones del estado no le dan el lugar debido.
“¿Cuántos años debieron pasar para que el rock en español fuera evaluado objetivamente como expresión de nuestras culturas populares en comunidades urbanas de barrio y se advirtiera que estaba compartiendo su voz con las comunidades indígenas de diferentes etnias de la República?”.
“Estoy segura que en este momento hay cientos de procesos creativos de cultura popular que están fuera de la ley y de la grey oficial, que están enriqueciendo la cultura nacional y que sin embargo desconocemos”, enfatizó.
La directora del Fonart dijo que siempre existe el riesgo de una reversión en los avances en el reconocimiento de las culturas populares por la magra asignación de recursos estatales para apoyarlas pero, sobre todo, por la idea prevaleciente en el sector social privilegiado de que ser “moderno y mejor” depende exclusivamente de compartir las expresiones artística de elite o provenientes del extranjero.
“Esta actitud tiende a negar nuestras raíces, lo indígena, lo rural y toda manifestación creativa que por sus particularidades nos hacen universales”, añadió la doctora Turok, cuya presencia en las trincheras de la cultura popular mexicana data de 1971-73 cuando realizó investigaciones de artesanías tzotziles en los Altos de Chiapas.
“Estar la trinchera de la cultura popular es obra de un enamoramiento que dura toda la vida, y un acto heroico que hay que repetir a cada momento porque siempre está latente el riesgo de revertir lo poco o mucho que se ha ganado en la defensa y reivindicación de las culturas populares”.
“Es un reto de lucha permanente porque todos los días hay que enfrentar trabas burocráticas, pelear cada espacio y cada quinto en apoyo de los proyectos culturales y el reclamo de los trabajadores de las instituciones”, añadió Marta Turok.