Reconoce INAH el libro ilustrado “La casa de Poctli”, del historiador Alejandro Alcántara Gallegos

El libro muestra cómo eran
las casas de una ciudad mexica,
donde además de cuartos y patio,
podían encontrarse solares,
chinampas y lugares
para almacenamiento
Foto: Cortesía INAH

Ciudad de México.- 27 de Febrero del 2008.- (/CONACULTA) Poctli, un pequeño habitante de México-Tenochtitlan, viaja al presente en diez  páginas para mostrar a los niños de hoy, cómo eran las casas de su ciudad en la época prehispánica, espacios donde además de cuartos y patio, podían encontrarse solares, chinampas y lugares para almacenamiento.

 

Alejandro Alcántara Gallegos, autor de La casa de Poctli —publicación ilustrada por Guillermo Ángel De Gante Hernández—, recibió por la obra una mención honorífica en la pasada entrega de Premios del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a trabajo publicado en la categoría de Divulgación.

 

Esta edición es la primera de la colección Nuestra casa, mediante la cual los niños mexicanos pueden conocer la evolución de las habitaciones en el país. La serie comprende otros volúmenes como La casa de Rosario de Anel Pérez, y La casa de Gregorio de Álvaro Vázquez (todavía en proceso), que abordan, respectivamente, los hogares de una novicia durante la Colonia y de un obrero en la época porfirista.

 

La casa de Poctli (editorial Yolihue) fue seleccionado para los programas de biblioteca de Aula y Escolares de la Secretaría de Educación Pública (SEP), destinados a niños que comienzan el aprendizaje de la lecto-escritura, es decir, entre 5 y 6 años.

 

El historiador Alejandro Alcántara, docente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comentó que junto con el ilustrador Guillermo De Gante, se dio a la tarea de plasmar los escenarios de la metrópoli de México-Tenochtitlan, y las características de una casa común de los barrios dispuestos en las parcialidades de la ciudad: Atzacoalco, Cuepopan, Teopan y Moyotlan.

 

Así, Poctli (palabra náhuatl que significa “humo”), señala en su recorrido los diferentes espacios de una casa mexica, en este caso la suya. Este niño mexica nos enseña a su familia y tres viviendas dentro del predio en las que habitan los abuelos, un hermano y los tíos con sus hijos.

 

"La casa de Poctli es una historia corta que permite mostrar chinampas domésticas, interiores; el cihuacalli o cuarto de las mujeres —quizá el lugar destinado también a la preparación de los alimentos—, el patio, e incluso, el callejón externo al predio.”

 

“En la casa de Poctli moran su mamá, su hermano mayor y su hermana. El papá regresa luego de andar cargando cosas para un comerciante, para ello hacen un recibimiento especial, esto permite poner cuestiones de vida cotidiana, costumbres y hasta detalles de tecnología como el calzado, asientos, comida, entre otros aspectos”, explicó Alcántara Gallegos.

El investigador, quien además obtuvo el premio “Francisco Javier Clavijero”, de Historia y Etnohistoria, por su tesis de licenciatura: Las zonas residenciales de Tenochtitlan según las fuentes coloniales, explicó que en esa urbe prehispánica
la asociación del área edificada, el patio, la chinampa y el solar agrícola conformaban una unidad consistente a la que se le puede denominar unidad habitacional.

 

La asociación constante de solares y chinampas agrícolas a la casa; aunado a canales de riego y circulación de canoas, también indicaba la estrecha relación de las actividades domésticas con las de producción agrícola en predios predominantemente urbanos.

De esa manera, concluyó, en la unidad habitacional de tradición mexica se tenían básicamente los siguientes espacios: cuartos, entre los que destacaba el cihuacalli; el patio, generalmente rodeado por edificaciones en dos y hasta en tres de sus lados; los solares cultivados y no cultivados, las chinampas para agricultura intensiva, y lugares para almacenamiento, que eran de dimensiones muy pequeñas.

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