Los básicos en la cultura financiera
POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia
-Los básicos en la cultura financiera
-Corresponsabilidad: la suma de todos
-Transparencia y estructura legal
Una cultura se forma a base de conocimiento, adquirir hábitos, estructurar valores que educan, de la práctica de usos, adopción de costumbres transmitidas de generación en generación gracias a lo que se inculca de persona a persona.
Sin una definición precisa, ni claramente estructurada hasta la fecha, la cultura financiera se asemeja a todo un océano de posibilidades, sin embargo, hay que ponerle linderos.
Por cultura financiera entendemos el conocimiento económico y financiero puesto en lenguaje asequible (información) para un público no financiero que además dispone de las estructuras y herramientas necesarias para ejercer sus derechos y obligaciones como homo economicus y tomador de decisiones de ahorro, inversión, formación de patrimonio hipotecario o empresarial.
Otras contribuciones, la de José Manuel González Páramo, miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) si bien no hablan como tal de la cultura financiera, lo hacen de la cultura económica indicando que: “La cultura económica mejora las decisiones de inversión, gasto, endeudamiento, etc. y reduce el riesgo de ser víctima del fraude”.
James Tobin, premio Nobel de Economía 1986, destaca “la importancia de la educación económica es obvia. Las personas toman decisiones económicas durante toda su vida, como trabajadores y como consumidores, como ciudadanos y como votantes. Son bombardeados permanentemente con información y desinformación económica. Necesitan, por tanto, capacidad de juicio crítico.”
En todo caso sea para formar la cultura financiera y la cultura económica, la información y la educación son indispensables.
Al mismo tiempo deben fomentarse los derechos y obligaciones en un campo altamente sensible y fundamental como es todo lo que atañe con la economía y las finanzas. Yo le pregunto a usted, amigo lector: ¿Recibe información económica y financiera de forma explícita, puntual, en un lenguaje entendible para usted de parte de las instituciones sean públicas o privadas?.
Le hago otra pregunta: ¿Conoce bien a bien todos sus derechos como usuario de los servicios financieros? ¿Y las obligaciones? De entrada sabe que tiene que pagar si debe un crédito, pero no sabe todo lo que alrededor de este crédito va sumándose y añadiendo para hacer cada vez más abultado su pago.
Desde mi punto de vista, en la cultura financiera, tiene que existir un alto sentido de responsabilidad y de corresponsabilidad, esto es, oferentes y demandantes sabedores de sus derechos, sus obligaciones, quienes se encuentran en un marco jurídico perfectamente claro, en un Estado de Derecho capaz de poner en su sitio al que se pasa de vivo.
Estas líneas que para mí son piedra angular para cimentar una cultura financiera no las encontramos en México, ni hay paraíso en otros países, todos tienen sus bemoles. En Estados Unidos se quejan de que no hay cultura financiera y digamos que allá los juicios están a la orden del día; por otra parte, en España, destacan las deficiencias.
Empero, siempre hay oportunidades para ir a mejor, por eso me parece muy destacable, bastante encomiable el esfuerzo de la Asociación de Bancos de México (ABM) junto con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para promover la cultura financiera.
El 22 de febrero pasado, Enrique Castillo, presidente de la ABM y José Narro, rector de la UNAM firmaron un convenio marco de colaboración para fortalecer los lazos de colaboración entre el club de bancos e instituciones como la UNAM.
Trabajarán de forma conjunta primero para recabar información entre la gente, saber su opinión sobre la operación de los bancos, desmenuzar el conocimiento que tienen acerca de los instrumentos financieros; para después, llevar a cabo campañas de información para orientar a la gente, al usuario de la banca y al potencial; difundir el conocimiento propio en torno al sistema financiero.
Es muy importante que no se les olvide que la cultura financiera requiere de la cultura de pago, de la responsabilidad de las personas como usuarios de los servicios bancarios y fundamentalmente de la corresponsabilidad al incluir a los propios bancos, a su personal, sus ejecutivos y directivos para que estén dispuestos en maneras amables, un lenguaje entendible y con sentido de honestidad para informar, ayudar y orientar al usuario de la institución.
Una cultura financiera en el sentido más puro del idealismo debe descansar en clientes responsables para ahorrar y para pagar sus deudas, que gracias al conocimiento adquirido sobre del mercado, han aprendido en qué momento es mejor desendeudarse y en cuáles pedir un crédito; cuando tomar una decisión de ahorro y otra de inversión. Para lograr esto, en una cultura financiera óptima, usted debería ir acompañado de la corresponsabilidad de la que es partícipe su ejecutivo de cuenta del banco donde está usted como cliente.
En una cultura financiera plena usted tiene derecho a ser un educando permanente, a recibir información clara y precisa, asimilarla, estudiarla para entonces tomar la decisión más acertada.
A COLACIÓN
No hay un indicador que mida el nivel de cultura financiera de un país respecto de otro, tendremos algunos indicios interesantes si sacamos relaciones entre el grado de bancarización de un país respecto de otro; la permeabilidad de las actividades financieras informales en comparación con las actividades financieras formales en dos rubros: ahorro tradicional enfrentando al pagaré respecto de la tanda; y en los créditos personales disponibles en la banca frente a los empeños y los préstamos concedidos de forma informal; así como la disponibilidad de personal entre la población; y de personal bancario entre los clientes existentes.
Asimismo observar las estadísticas mes con mes para determinar el comportamiento del cliente en cuanto a su nivel de ahorro o bien demoras en el pago del crédito o los créditos que tenga. ¿Por qué unos meses son más difíciles y otros puede cumplir con regularidad?.
También pedir los datos de la CONDUSEF, el ombudsman financiero, debe tener archivos de las principales quejas de los clientes hacia el sistema financiero. ¿Cómo mejorar la eficiencia de la banca y su personal?.
Y sobre todo recordar que, una cultura financiera, no debe soslayar el ingrediente mágico de la confianza. Si una persona cliente de un banco siente que éste le roba su dinero (en vez de protegerlo) su desencanto mina la credibilidad y entonces todos querremos pasarnos de vivos. Esto no es sano para nadie. Tiene que hacerse mucho esfuerzo de ambas partes.