Acciones inmediatas para frenar la desaparición de lenguas indígenas y sus variantes en México

Toda lengua representa un
logro supremo del intelecto
y desde esta perspectiva
la pérdida de cada una
de ellas es lamentable
Foto: Cortesía
Héctor Montaño/CONACULTA

Ciudad de México.- 23 de Febrero del 2008.- (Héctor Campio/CONACULTA) Kiliwa, cakchiquel, ixcateco, ayapaneco y el kikaapoa, son sólo algunas de las 20 lenguas indígenas y sus variantes en México en peligro inminente de extinción, de acuerdo con un recuento efectuado por la comunidad de lingüistas nacionales y extranjeros.

 

Ante esta situación, este 21 de febrero en el marco del Día Internacional de la Lengua Materna, se efectuó la instalación formal del Comité Consultivo para la Atención a las Lenguas Indígenas en Riesgo de Desaparición, que impulsará acciones inmediatas para atender el fenómeno.

 

El órgano consultivo, conformado en su mayoría por intelectuales indígenas, emprenderá las acciones tendientes a frenar la “mortandad” de las lenguas nativas, entre ellas, el inicio de su registro sistemático, el impulso de estrategias generacionales y el fomento de la oralidad.

 

Francisco Barriga Puente, titular de la Dirección de Lingüística del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), informó que las labores de dicho Comité comenzaron con una serie de Mesas de Trabajo que tuvieron lugar el 21 de febrero en el Museo Nacional de Antropología (MNA), y de las cuales se obtendrán las primeras acciones a poner en marcha para perpetuar este rubro del llamado patrimonio cultural inmaterial.

 

De acuerdo con el más reciente recuento en la materia, coordinado por el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), con la participación de la comunidad de lingüistas nacionales y extranjeros, en México existen un total de 364 lenguas y sus variantes, de las cuales alrededor de 20 presentan un inminente riesgo de extinción.

           

“Entre ellas podemos encontrar el kiliwa, cakchiquel, ixcateco, ayapaneco y el kikaapoa, entre otras, sin embargo hay otras como el cuitlateco que ya se perdió porque dejó de hablarse en la segunda mitad del sigo XX”, precisó el especialista del INAH, al referir que esta situación no es imperativa de México, toda vez que en el mundo anualmente desaparecen 16 lenguas.

 

Las proyecciones internacionales para este siglo, indican que se extinguirán la mitad de las 6 mil lenguas maternas del orbe. “Ante esta contingencia, la reacción del gremio ha sido un tanto coyuntural, inmediatista, pues cada lengua desaparecida constituye una pérdida irreparable para la humanidad”, sentenció Barriga Puente.

 

“Toda lengua representa un logro supremo del intelecto y desde esta perspectiva la pérdida de cada una de ellas es lamentable, porque no sólo contienen un retazo de cultura sino de toda una cosmovisión de las civilizaciones autóctonas”.

 

“Cuando se da este fenómeno, se dice que técnicamente la lengua está “deprimida”, en cuya situación va implícita además la pérdida del dato empírico y la fuente básica de información, para entender todos aquellos aspectos cognitivos y los involucrados en la producción del lenguaje”, comentó el investigador del INAH, al subrayar que la extinción lingüística es un problema que no se debe soslayar.

 

Explicó que el principal factor que ha detonado el fenómeno, radica en la migración de los indígenas a las ciudades y a otras naciones. En el caso de México se calcula que diariamente cerca de mil 500 compatriotas cruzan diariamente la frontera norte en busca de empleo.

 

“Dicho flujo migratorio, le está pasando la factura a las lenguas indígenas mexicanas, donde los hablantes de lenguas maternas enfrentan desventajas sociales y económicas que los orillan a adoptar un idioma y cultura ajenos”, por lo que es urgente emprender un proceso de registro y descripción de las lenguas cuya desaparición es inminente, añadió.

 

En este sentido, comentó que el Comité Consultivo para la Atención a las Lenguas Indígenas en Riesgo de Desaparición, que será presidido por el hablante del popoluca, Salomé Gutiérrez Morales, impulsará las acciones inmediatas para revertir esa tendencia.

 

Conformado por intelectuales indígenas e instancias como el Colegio de México, la UNAM, el INALI y el INAH, el Comité Consultivo implementará la repetición de fórmulas exitosas que en años anteriores se han aplicado, como el contacto generacional entre abuelos que aún hablan su lengua materna, con los nietos, ante el escaso uso de ésta por parte de los padres para comunicarse con sus hijos.

 

“También es importante sensibilizar a las propias comunidades indígenas en la importancia de preservar sus lenguas, así como el reforzamiento de políticas de alfabetización, porque el aspecto escrito también tiene su importancia”.

 

“Los lingüistas de las últimas generaciones estamos apostando a la oralidad, porque son lenguas que originalmente eran lenguas no escritas y por tanto tenían otros mecanismos para perpetuarse de una generación a otra. Esto implica, incluso, el uso de la lengua en medios masivos de comunicación, y en este caso recurrir al aprovechamiento de la tradición de radios indígenas que aún pervive”, consideró el experto.

 

Barriga Puente citó el proyecto de Televisión Indígena, impulsado por el INAH cuya primera experiencia se llevó a cabo en noviembre pasado con la producción y transmisión de siete programas monolingües en maya peninsular, titulado Jaaj T’aan.

 

“Son programas totalmente hablados en maya, donde el mismo conductor y los protagonistas cuentan experiencias en primera persona. Incluso las identificaciones de la transmisora y los mensajes de cada corte se hicieron en esta lengua”. Dicho esquema contó con el apoyo del Gobierno de Estado de Quintana Roo, y se buscará también aplicarlo en Guerrero y Michoacán, abundó.

 

Finalmente, agregó que para este año, el INAH y el INALI tienen prevista la reedición de cinco de los 15 tomos que conforman la obra del lingüista Francisco Belmar,  Importancia del Estudio de las Lenguas Indígenas de México, publicada en 1909, en la que se analizan dialectos y sus variantes de Oaxaca, algunos ya desaparecidos.

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