La presión global
POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia
-La presión global
-Momentos de crispación
-De nuevo los Balcanes
El mundo experimenta un ímpetu crítico capaz de hacer historia. Recordemos que, en las horas más bajas, suceden chispas capaces de emprender una vorágine de cambios deseables o indeseables.
Estamos en una dinámica caracterizada por una celeridad de movimientos disconformes en lo social, económico, político, ideológico, cultural, religioso, filosófico, ético y moral.
Parece que todos los demonios comenzaron a escaparse de la caja de Pandora poniendo en entredicho los pequeños espacios de equilibrio y diálogo.
Por un lado, Kosovo y su declaración de independencia de Serbia con el aval de la Casa Blanca, enfrenta a algunos miembros de la Unión Europea con Estados Unidos en el reconocimiento de lo que sería el país número 193 del mundo y que emanaría precisamente de una región considerada como un polvorín capaz de desatar conflagraciones mundiales como ya sucedió en 1914 con Serbia de por medio como catapulta para la Primera Guerra Mundial.
Los Balcanes guardan una posición geoestratégica en Europa y es puerta hacia Asia limitando además con el Mar Negro y el Mar Egeo.
Otra vez el epicentro de la tensión tiene que ver con esa región como un aderezo a las tensas relaciones con Medio Oriente en particular con el Islam como pretexto en contra para reafirmar la vocación Cristiana incluida en el texto de la Constitución Europea que pretende relanzar Nicolás Sarkozy, presidente de Francia.
Una delgada línea franquea al mundo carente de tolerancia: no inmigrantes, no homosexuales, no al aborto, no a la injerencia extranjera, no a los derechos humanos, no a la libertad de expresión; no al velo, no a todo lo que no sea propio de origen y exacerbadamente puro.
En esa marisma política, cultural, ideológica, ética y religiosa, la contracara económica tampoco es nada buena, digamos que el pesimismo va apoderándose de los pronósticos al tiempo que los bolsillos quedan vaciados de nueva cuenta.
En Japón, los analistas observan cambios en el comportamiento de la gente para prever que el ritmo de la economía en los próximos meses será más negativo de lo que incluso el gobierno nipón estima.
En Europa, España con un ciclo electoral en marzo para elegir presidente, arrancó el año con datos desalentadores: más inflación, menor crecimiento, caída en las ventas de casas nuevas y usadas; menor ritmo en las ventas de autos nuevos y usados; contracción en la demanda por bienes de consumo en las tiendas departamentales y nuevamente la amenaza de paro en la masa de jóvenes.
En España, la confianza de los consumidores descendió en enero, por noveno mes consecutivo, debido, sobre todo, a la situación económica actual y las expectativas de empleo.
El Indicador de Confianza del Consumidor (ICC-ICO) retrocedió 1.4 puntos respecto a diciembre y se situó en 70.9 puntos, el nivel más bajo desde el cuarto trimestre del 2004.
En esa tónica va más o menos Estados Unidos, en año electoral para renovar al inquilino de la Casa Blanca.
En la Unión Americana, durante la primera quincena de febrero, la confianza de los consumidores estadounidenses registró su nivel más alicaído en ese mismo periodo desde 1992, cuando la Universidad de Michigan comenzó a elaborar el sondeo.
El Índice de Confianza se situó en 69.6 puntos, frente a los 78.4 puntos que tenía en enero, y quedó en el nivel más bajo registrado por la Universidad de Michigan durante la primera mitad de febrero de los últimos 16 años.
En la percepción de los consumidores pesa las dificultades para el pago de las hipotecas, el incremento en el precio de los energéticos y la menor disponibilidad laboral en el mercado.
Por su parte, dentro del entorno de América, en México, el Banco de México y el INEGI, difundieron que en enero el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) disminuyó 0.8% respecto a enero del año pasado al ubicarse en 103.5 unidades.
Los consumidores mexicanos opinan que la situación económica actual y esperada del país empeoró respecto a la de hace doce meses.
SERPIENTE Y ESCALERAS
El Fondo Monetario Internacional (FMI) difundió recientemente que es necesario que los países industriales y los países emergentes contribuyan mediante políticas macroeconómicas y financieras al esfuerzo por mitigar el impacto de la crisis actual de los mercados financieros, que está provocando una desaceleración económica mundial.
Interesante: hace tres meses todavía se descartaba el efecto contagio en el ámbito global y los organismos internacionales diferenciaban al epicentro de la crisis, del resto primordialmente de los menos desarrollados destacando la confianza y el buen desempeño de emergentes como el caso de México.
Tres meses después ya no se minimiza el efecto contagio, de hecho Dominique Strauss-Khan, director Gerente del FMI, advirtió hace unos días que “la economía mundial ha entrado en una fase difícil, en que la crisis financiera se está propagando a la economía real. Esta crisis se ha convertido en un problema mundial y exige una solución de alcance mundial”.
Según las proyecciones, bajo el efecto adverso de la turbulencia reciente en los mercados financieros y un debilitado desempeño económico en Estados unidos, el crecimiento mundial se desacelerará al 4.1% en 2008, con respecto a una tasa estimada del 4.9% el año pasado, según afirma el FMI en su actualización trimestral de las perspectivas de la economía mundial publicada en enero.
Strauss-Kahn, quien asumió como titular del FMI en noviembre pasado, visitó India y China después de asistir en Tokio a la reunión celebrada durante el fin de semana por el Grupo de los Siete (G-7 ). Ahí dijo: “Es cada vez más claro que los efectos macroeconómicos de la crisis de los mercados financieros serán graves y que ninguna región saldrá totalmente ilesa”.
Estados Unidos es el centro de la desestabilización, además de los golpes económicos que está provocando la crisis de las hipotecas subprime, el presidente George W. Bush sigue sumando puntos para dejar al mundo más enconado de lo que estaba antes de que él dividiera la manzana global en el “eje del bien” y “eje del mal”.
Ahora Bush mete las manos en los Balcanes, nuevamente el cisma fundamental recae en la Unión Europea (UE) como sino tuviera demasiado con resolver los problemas de unificar a 25 países.
El presidente Bush no ha dejado de golear en la portería de la UE, con la finalidad de fragmentar lo que se ha construido con tanta delicadeza. Primero, los enfrentó con el tema de Irak y su invasión. Va de nuevo, con la fibra de los Balcanes.