TLCAN y factor trabajo

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-TLCAN y factor trabajo
-Inmigrantes, perseguidos
-Demasiadas pruebas

Sentimiento antiinmigrante, xenofobia, discriminación, muros, persecuciones con perros entrenados, cazadores “Minuteman”, gas lacrimógeno y balas de verdad, a ello se enfrentan los cientos de mexicanos y latinos que osan perseguir el sueño americano. El país más incivilizado es Estados Unidos.
        Hace cuatro décadas la gente de color era la principal sospechosa de todo lo malo que acontecía en la Unión Americana, en el siglo XXI lo siguen siendo aunque ya no están solos, los acompaña la minoría hispana, los chicanos e invasores indeseables como les llaman.
        A la gente de fuera le preocupa el hecho del trato al inmigrante en  los países más desarrollados, los receptores de esa oleada humana atraída por necesidades económicas.
        A la gente de dentro poco le importa el impacto económico favorable y más que pugnar por una inmigración ordenada y regulada con plenitud en derechos humanos, persiste un sentimiento de indiferencia, acaso de ostracismo, y en sentido real de rechazo aunque el inmigrante (López, Pérez, Jiménez, etc) es quien más está luchando en el Ejército de Estados Unidos, por un país que no es el suyo de origen.  
¿Acaso puede haber mayor prueba de lealtad que estar dispuesto a morir por un país ajeno?  Supera indiscutiblemente a la famosa “prueba del Críquet” que alguna vez narró Amartya Sen, premio Nobel de origen hindú, afincado en Gran Bretaña,  que los ingleses utilizan para probar si los indios y pakistaníes inmigrantes pueden desarrollar realmente un sentimiento británico. Una forma de palpar los ánimos es un partido de Críquet Inglaterra versus India o Pakistán.
En Estados Unidos la prueba es mayor: enrolarse en el Ejército para realizar las tareas más difíciles, pesadas y salir casi de inmediato a la acción en Irak, Afganistán o en otras zonas en conflicto donde las barras y las estrellas desempeñan un rol activo injerencista.
Hay que morirse primero para ser ciudadano americano, aunque sea post mortem.
En Estados Unidos, los derechos humanos de millones de inmigrantes son atropellados y México es un testigo incapacitado para solicitar una reunión  trilateral a fin de proponer dentro del texto del TLCAN-NAFTA una liberalización ordenada de la mano de obra entre los tres países: México, Estados Unidos y Canadá. Podemos aprender de la experiencia de la Unión Europea en ese sentido.
En año electoral en Estados Unidos, el tema de la inmigración es de calado, para la derecha recalcitrante hablar de derechos, dar papeles, concederles la ciudadanía es inadmisible quisieran más bien escuchar la palabra Guetto y expulsión masiva.
Ninguno de los precandidatos oficiales, ni del Partido Republicano, ni del Demócrata  se atreven a deslizar la posibilidad de ampliar el TLCAN-NAFTA e incluir un apartado exclusivo para el factor trabajo y la mano de obra. Temen  enfrentarse con el descontento de los electores.
Tampoco el presidente Felipe Calderón lo propuso durante su visita la semana pasada a la Unión Americana, el mandatario se limitó únicamente a hablar públicamente de que tiene conocimiento de la violación de los derechos humanos en los inmigrantes mexicanos; sabe de las redadas constantes en empresas para solicitar documentos,  los mexicanos sin papeles son retornados en 48 horas a México; también conoce los roces diarios en la frontera entre la patrulla fronteriza y los ilegales aventureros.
Vamos, no hay nada que no se sepa, ni siquiera los casos de mexicanos en cárceles estadounidenses acusados y sentenciados por delitos que no cometieron.
El presidente Calderón habla de defenderlos, no obstante, no emergen las propuestas reales y una reforma migratoria integral es insuficiente sino se construye un andamiaje legal extraterritorial y supranacional vía el TLCAN-NAFTA.
A COLACIÓN
    El Banco Mundial estima que las  remesas de dinero registradas hacia los países en desarrollo llegarán en 2007 a los 240 mil millones de dólares. “Si se incluyen los flujos no registrados, la verdadera magnitud de las remesas es todavía mayor”.
    Sin embargo, en algunos países primordialmente latinoamericanos entre éstos México se aprecia una desaceleración en el ritmo de crecimiento de  las remesas como resultado de una combinación de factores: 1) Una mano más dura en el control migratorio por parte de las autoridades estadounidenses. 2) Controles y revisiones en empresas para expulsar del país a los sin papeles. 3) La desaceleración de la economía estadounidense sobre todo en el sector construcción que es uno de los que más emplean a inmigrantes. 4) Dificultades económicas en la Unión Americana.
    El Banco Mundial señala que el  sector de las remesas está experimentando algunos cambios estructurales positivos con el advenimiento de la telefonía móvil y de los instrumentos para el envío de dinero a través del Internet.
De los costos de las  remesas, el organismo indica que han disminuido, pero no lo suficiente, sobre todo en los corredores dentro del hemisferio sur.
        Así es que, el Banco Mundial considera que los  flujos mundiales de remesas llegarán a 318 mil millones de dólares en 2007 y de esta cifra las remesas de los migrantes de países en desarrollo sobrepasarán los 240 mil  millones de dólares en 2007, en comparación con los 221 mil  millones de dólares en 2006 y más del doble del nivel alcanzado en 2002.
Esta cifra representa solamente las transferencias registradas oficialmente; se estima que el volumen efectivo, incluidas remesas no registradas enviadas a través de los conductos formales e informales, será considerablemente mayor.
 Las remesas registradas equivalen a más del doble de la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) y casi dos tercios de los flujos de Inversión Extranjera Directa a  los países en desarrollo. Las remesas son la principal fuente de financiamiento externo en muchos países pobres y han sido menos volátiles que otras fuentes de divisas en los países.
En México, de acuerdo con el Banco de México, las cifras preliminares indican flujos de remesas por 23 mil 978.99 millones de dólares casi un 1% superior a los recibidos en 2006.
En 2007, las entidades que más recibieron remesas son: 1) Michoacán 2 mil 263.5 millones de dólares. 2) Guanajuato 2 mil 143.0 millones de dólares. 3) Estado de México 2 mil 023.2 millones de dólares. 4) Jalisco 1 mil 937.8 millones de dólares. 5) Puebla 1 mil 495.8 millones de dólares. 6) Veracruz 1 mil 473.9 millones de dólares. 7) Distrito Federal 1 mil 372.0 millones de dólares. 8) Oaxaca 1 mil 272.3 millones de dólares. 9) Guerrero 1 mil 239.6 millones de dólares. 10) Hidalgo 952.5 millones de dólares.

Redacción Azteca 21

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