Ahora puedes fotografiarte junto a una réplica coloreada de la Coyolxauhqui, la diosa lunar mexica

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La idea de exhibir una
réplica de la Coyolxauhqui
a color, nos ofrece la posibilidad
de imaginar la magnificencia
que tuvieron las
edificaciones mexicas
Foto: Cortesía INAH
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Ciudad de México.- 14 de Febrero del 2008.- (CONACULTA) A partir de abril y en coincidencia con la exposición temporal Coyolxauhqui y el Templo Mayor: 30 años reconstruyendo el pasado, los visitantes que acudan a esta zona arqueológica podrán tomarse la fotografía del recuerdo con una réplica exacta y coloreada del monolito de la diosa lunar mexica.
La idea de “colorear” una réplica de la Coyolxauhqui y exhibirla, nos ofrece la posibilidad de imaginar el escenario y la magnificencia que tuvieron en su momento las edificaciones prehispánicas, aseguraron los investigadores Lourdes Cué y Fernando Carrizosa.
De acuerdo con un estudio de los especialistas sobre la posible policromía del monolito, los estudios sistemáticos surgidos a partir de la instauración del Proyecto Templo Mayor han develado, poco a poco, el colorido que tuvo este espacio.
El análisis que los expertos iniciaron en 2007 y continuará este año, se ha reforzado con instrumentos ópticos de amplificación e iluminación especial, que han permitido conocer casi toda la gama original de colores aplicada en el monolito.
Pocas son las zonas donde queda alguna duda sobre el color, y en esos casos, usaremos "otro tipo de tecnología y también corroboraremos con segmentos de otras representaciones de la diosa, encontradas en Templo Mayor. Pero lo increíble es que la pieza habla por sí misma”, expresó la historiadora Lourdes Cué.
La primicia sobre la policromía original de Coyolxauhqui se dará a conocer el sábado 16 de febrero a las 10:00 horas, en el Auditorio “Eduardo Matos Moctezuma” del Museo del Templo Mayor, dentro del ciclo de conferencias conmemorativo por los 30 años de su descubrimiento.
Según recuerda el maestro Raúl Arana —quien estuvo a cargo del rescate del monolito—, los colores que observó “como flotando en el fango” eran ocre, rojo, amarillo, y un poco de azul y blanco. Y aunque con el paso del tiempo se han difuminado notablemente, si se observa con detenimiento, de acuerdo con Cué, es posible detectarlos con más de un 80 por ciento de certeza.
A diferencia de la primera interpretación sobre la gama cromática de Coyolxauhqui —realizada a fines de la década de los 70 por la doctora Carmen Aguilera—, el arqueólogo Fernando Carrizosa, experto en la policromía de la pintura mural y la escultura del recinto ceremonial tenochca, destacó que esta segunda reconstrucción parte de los datos contenidos en el propio monolito.
“Además del poco color que podía apreciarse en la pieza, la doctora Aguilera consultó otras fuentes documentales, tanto escritas como pictográficas, para llevar a cabo una primera interpretación”..
De esa manera, por ejemplo, en el volumen 36 de la revista Estudios de Cultura Náhuatl (IIE-UNAM), se publicó el artículo: Línea y color en Tenochtitlan. Escultura policromada y pintura mural en el recinto sagrado de la capital mexica, de los arqueólogos Leonardo López Luján, Giacomo Chiari, Alfredo López Austin y el propio Carrizosa.
Asimismo, en la publicación El Calendario Azteca y otros monumentos solares (2004), de los doctores Eduardo Matos Moctezuma y Felipe Solís, se dieron a conocer los colores originales: rojo, ocre y amarillo, de la también llamada Piedra del Sol. Dicho estudio derribó la teoría —basada en una propuesta pictórica de Roberto Sieck Flandes, de los años 30— de una cromática extensa.
Los especialistas adelantaron que en la conferencia que dictarán el próximo sábado 16, sólo se expondrán aspectos que pueden favorecer estudios posteriores. “No sabemos qué tanto pueda variar la concepción iconográfica de Coyolxauhqui, con colores o sin colores", en lo que no hay variante es en que la escultura refleja el mito del nacimiento de Huitzilopochtli.
Lo cierto es que, luego de 30 años de investigación en el Templo Mayor, ya no es válido hacer reconstrucciones a partir de lenguajes distintos. Los códices, por ejemplo, presentan una gama cromática mucho más amplia en comparación con lo que se ha detectado físicamente en la escultura y en la pintura mural del recinto ceremonial mexica, concluyeron.