¿Adicto al celular?

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-¿Adicto al celular?
-Tecnología a favor
-Cuidado con facturas

        Sin duda la telefonía móvil es  producto de un parteaguas tecnológico capaz de revolucionar los esquemas más tradicionales de comunicación y acceso a la información, alterando nuestra cotidianeidad  con la finalidad de  hacerla más fácil. Sin embargo, millones de personas se han vuelto casi esclavas de su teléfono celular.
        Amigo lector, deténgase un momento, ¿podría imaginar su vida  sin el celular? Le parecerá imposible y es como si siempre hubiera existido, no obstante que, en la década de los ochenta era rarísimo y formaba parte de un sector muy exclusivo.
        Los noventa implicaron la masificación del celular. Por ejemplo, en México, en 1990 había  64 mil usuarios de telefonía móvil, ni forma de compararlo con los 65 millones 582 mil usuarios de celulares registrados al mes de noviembre pasado por la Comisión Federal de Telecomunicaciones (COFETEL).
        El celular amanece en los albores del siglo XXI como una herramienta súper útil, un artilugio de las comunicaciones imprescindible y cada vez más masificado.
        Su penetración es del magnitud que en el Mobile World Congress celebrado en Barcelona, España se revelan cifras como los un mil 200 millones de celulares vendidos el año pasado en el mundo.
    Y al ritmo en que va la tecnología, cada año se presentan novedades en el teléfono celular y los estudios indican de la televisión en el móvil, el cine por celular; la banca online por celular; además del bluetooth vendrá la comunicación pantalla a pantalla con visualización de imágenes entre las personas; aumentará el almacenamiento de datos y el uso de códigos de seguridad. El móvil va camino a convertirse en un todo, un resumen de vida, un codificador que recoja lo más importante del usuario, a caso una especie de caja de seguridad donde se guarden mensajes, fotos, información, videos, imágenes, música, datos bancarios, médicos, etc.
    Es por ello que ante los grandes beneficios que debe aportar a nuestras vidas debemos reparar en preguntarnos: ¿Hasta dónde estamos verdaderamente optimizando sus ventajas sin convertirnos en una especie de autómatas que lo único que saben hacer es vivir pegado al móvil?.
A COLACIÓN
    En México, de acuerdo con la Cofetel, en noviembre pasado había 4 millones 946 mil usuarios de teléfonos celulares utilizando un sistema de pospago, el resto, esto es, un amplísimo universo de personas usan el sistema de prepago en su teléfono.
    Para mucha gente, el prepago les permite tener un celular sobre todo si carecen de tarjeta de crédito o tienen problemas en el Buró de Crédito.
    Básicamente, sin el mecanismo del prepago, la proliferación del celular hubiera avanzado de forma muy lenta, empero, debemos señalar que no es el sistema de pago más económico.
    A continuación exponemos una serie de recomendaciones para nuestros amigos lectores y el uso de su celular.
    1) Primeramente, sume cuántas horas al día habla por el móvil. A estas alturas podemos estructurar una nueva especie de “adictos al celular”. Le pregunto, ¿es usted un adicto al celular?.
    2) Segundo, medite ¿con qué personas utiliza el celular? Si usted tiene un sistema de prepago y el 80% de las llamadas que usted realiza, digamos un promedio de 10 al día, las dedica a familiares, amigos, el novio o la novia, entonces usted mal utiliza su teléfono y termina pagando al mes más de mil pesos en recargar el teléfono con tarjetas de 100 o 200 pesos que le rinden el 70% de lo que usted paga.
    3) Tercero, si el 80% de sus llamadas son relacionadas con su trabajo o actividad profesional y usted se encuentra en sistema prepago, quizá le convenga cambiar a un sistema de pospago donde puede encontrar planes tarifarios con  distintos servicios para adquirir teléfonos celulares de nueva vanguardia.  Algunos planes incluyen determinados minutos tiempo aire libre,  mensajes gratuitos, etc. En cambio, en prepago el minuto es más caro y la tarjeta bloquea en automático determinada cantidad obligando al usuario a comprar otra tarjeta, por no decir de las desventajas de perder el saldo a favor si caduca el tiempo.
    4) Cuarto, una disyuntiva en el uso del teléfono celular  es si éste es mejor de prepago o de pospago, mi respuesta es que ello depende de la recurrencia en el uso del celular.  Por ejemplo, para un estudiante que tiene un móvil para estar en contacto con su familia, reportarse a su casa, pedir permisos, hacer comentarios cortos o bien avisar de retrasos, en su caso, un móvil de prepago está bien, sobre todo porque la finalidad es estar localizable para su familia.  Pero, si estamos hablando de un profesional que requiere del celular para desarrollar buena parte de su actividad y recibe y hace llamadas relacionadas con su negocio, entonces le conviene un plan pospago.
    5) En todo caso lo peor que puede suceder, sea en prepago o pospago, es depender del celular; hacer llamadas inútiles casi siempre a amigos, personas queridas y familiares para platicar chismes, pasar recetas, platicar la última aventura, discutir e incluso hablar con la muchacha del aseo para darle tal o cual regaño o explicación.  Al fin de mes, la mayoría de los usuarios del teléfono celular lamentan todo lo que gastaron en adquirir una tarjeta tras otra para  recargar el móvil. Son unos adictos al celular, no obstante, no se dan ni cuenta.
    6) Quinto, recuerde que el celular está aquí para ayudarnos, no invadirnos. Con el móvil la gente está al ciento por ciento localizable, parece que no hay pretexto para no reportarse. De hecho, se ha perdido la intimidad las 24 horas del día. Por tanto, le invito a mejorar el uso de su teléfono, no soltar tan fácilmente el número; apagar el teléfono celular si está en una reunión de trabajo o en una cena familiar.
    7) Sexto, aprenda a respetar su tiempo y el de los demás. Lo más personal es el número del celular, no llame a deshoras, ni mucho menos en días de descanso. Lo ideal es que el teléfono sirva para una emergencia, una llamada de reporte, dar avisos, poder acceder a la cuenta de Internet en caso de estar fuera de la oficina por asuntos de viaje. Toda está filosofía original se olvidó y la gente vive pegada al celular llamando, enviando mensajes, jugando juegos, chateando,  escuchando música, desarrollando todo el ocio posible aunque atente contra su propio bolsillo.
    8) Séptimo y último, si usted amigo lector,  es de los que llega a fin de mes rasguñando las paredes porque la mayor parte de su dinero lo destina al celular y otro tanto al pago del recibo telefónico, le aconsejo que tome una decisión: el móvil o el fijo. Si pasa más tiempo fuera de casa, entonces tiene que cancelar el fijo.

   

Leave a Reply