“Compañía Nacional de Danza” traduce al lenguaje del movimiento canciones más populares de “Cri Cri”

 “Compañía Nacional de Danza” traduce al lenguaje del movimiento canciones más populares de “Cri Cri”
Los personajes de Francisco
Gabilondo Soler dejan la
partitura y suben al
escenario para dejar
constancia de su simpatía
Foto: Cortesía
Fco. Segura/CONACULTA

Ciudad de México.- 11 de Febrero del 2008.- (Héctor Campio/CONACULTA) Una propuesta dancística celebra el centenario del natalicio de Francisco Gabilondo Soler, Cri Crí, en el Palacio de Bellas Artes. Es el reciente espectáculo de la Compañía Nacional de Danza que traduce al lenguaje del movimiento las canciones más populares de ese demiurgo infantil que alimenta los sueños de las nuevas generaciones de niños y alegra con su recuerdo a los adultos.

 

Un ratón vaquero, un gato carpintero, una muñeca fea, un grupo de mosquitos trompeteros y otros seres provenientes de una imaginación sin diques, la de Gabilondo Soler, dejan la partitura y suben al escenario para dejar constancia de su simpatía. Cuentan sus historias a través de la danza. Asombran, generan emociones y reproducen las melodías de su creador con la misma naturalidad de los cuentos de hadas.

 

El drama del pequeño roedor empistolado, primer número coreográfico del espectáculo, se reviste con un ensamble de vaqueros que ejecuta al compás del violín los giros de un baile de cuadrillas. No así ocurre cuando un par de niños hace preguntas a la dulce abuelita o al momento en que un discreto gato trabaja cadencioso en su taller de carpintería.

 

Son visualmente atractivos los números donde interviene un mayor número de bailarines. El caso de Llueve, en el que las integrantes de la compañía ejecutan coquetos movimientos para emular a las gotitas de agua, o el de La marcha de las canicas, donde se llegan a realizar algunas acrobacias.

 

Lucen, por otra parte, algunos efectos teatrales para dar la ilusión de una alfombra voladora en Jorobita, la niebla en la Canción de las brujas, o bien un simpático dragón a la usanza de los carnavales chinos, el cual serpentea muy cerca del público antes de comenzar la canción de Chong-Ki-Fú.

 

La afinidad de algunos personajes de Cri Crí permite crear en el espectáculo escenas insólitas. Figuran aquí el baile triple entre el Negrito Sandía, el Negrito Bailarín y la Negrita Cucurumbé, o la feroz cacería que emprende Misifuz, el gato de la abuelita, en contra del Ratón Vaquero.

 

El trabajo escénico luce redondo por todos sus ángulos. A la genialidad de Cri-Crí se suma el talento del coreógrafo José Luis González, quien trasladó al escenario casi una veintena de canciones; la destreza de los solistas y el cuerpo de baile de la Compañía Nacional de Danza y la imaginación plástica de Jerildy Bosh, quien confeccionó un vestuario que hizo lucir al Ratón Vaquero y a los mosquitos como modelos de Jean Paul Gaultier.

 

En otro rubro cabe resaltar la serie de arreglos musicales de Eugenio Toussaint a las partituras originales para hacer de los temas una versión instrumental. Las canciones interpretadas por las voces de Lourdes Ambríz, Encarnación Vázquez, Verónica Alexanderson, José Luis Ordóñez y Jorge Lagunes crean atmósferas distintas a las propuestas por el autor, y a la vez, apropiadas para su escenificación en un foro teatral.

 

La Compañía Nacional de Danza, que este año festeja su 45 aniversario, presentará nuevamente funciones de Cri Crí el domingo 23 de febrero a las 12:00 y 17:00 horas en el Palacio de Bellas Artes.

Redacción Azteca 21

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