“Espejo de piedra, memoria de luz. El arte rupestre en Chihuahua”, libro galardonado por el INAH

 “Espejo de piedra, memoria de luz. El arte rupestre en Chihuahua”, libro galardonado por el INAH
Cabe destacar las más de
100 fotografías de Carlos
Lazcano Sahagún que
ilustran el libro
Foto: Cortesía Mauricio Marat/INAH
Textos y fotos, para transportarnos a un mundo con siglos de antigüedad

Ciudad de México.- 8 de Febrero del 2007.- (CONACULTA) Observar las pinturas rupestres del estado de Chihuahua implica realizar un viaje en el tiempo así como poseer la libertad de interpretar los mensajes que, en su momento, plasmaron los grupos indígenas, mediante pinturas, para la posteridad. Este es el tema central del libro titulado Espejo de Piedra, memoria de luz. El arte rupestre en Chihuahua, de Francisco Mendiola Galván, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

 

Dicha publicación obtuvo el galardón de Divulgación en la categoría de Trabajo Inédito en la pasada entrega de los premios INAH 2007 y, en palabras del autor, posee un enfrentamiento entre la parte literaria y metafórica con la científica mismas que, al final, terminan por complementarse una a otra.

 

"Este trabajo es resultado de casi 15 años de investigación que he realizado sobre arte rupestre en distintas zonas al norte del país; en este caso, lo enfoqué al estado de Chihuahua y utilicé un lenguaje sencillo y lejano del científico que se usa en la mayoría de las publicaciones sobre el tema", mencionó Mendiola Galván.

 

Basado en la descripción de los 25 lugares más emblemáticos del estado, entre los que destacan la Cueva del Padre Glandorf y el sitio de San Antonio en la sierra, la Cueva de las Monas y la piedra de Bella Vista en la parte meridional, así como Candelaria y Caña del Café en la zona del desierto, el texto se enriquece con una serie de fotografías.

 

"El arte rupestre se presta mucho para tratarlo de manera coloquial y poder transmitirlo de manera fácil para su buen entendimiento e interpretación ya que es una expresión cultural cálida e intensa, al mismo tiempo he descubierto a esta serie de representaciones arqueológicas como motivo para reflexionar de dónde venimos", agregó el especialista.

 

Sin descuidar los datos arqueológicos, Galván ofrece un recorrido por la historia que encierra cada trazo de las pinturas rupestres plasmadas en las superficies rocosas de bloques, frentes y cuevas.

 

Otro de los objetivos de la obra es transmitir una serie de emociones que produce el desierto luminoso al recorrerlo por las veredas en que los grupos nómadas tatuaron durante el periodo arcaico (8 mil a. de C.), piedras con figuras antropomorfas, conejos, borregos cimarrones y utensilios de caza.

 

Además, existen también representaciones geométricas abstractas relacionadas con el peyote, actos de purificación y disociación de la conciencia entre los grupos étnicos de la época.

 

“En ese tiempo, el ser humano plasmó lo que veía y lo que necesitaba, es decir, las formas que actualmente se pueden apreciar en el estado de Chihuahua fueron las más constantes en la vida indígena a través de los años", afirmó el autor.

 

Cabe destacar las más de 100 fotografías de Carlos Lazcano Sahagún que ilustran el libro, en las que se plasman todas y cada una de las imágenes que sirvieron de inspiración para el autor.

 

Con la participación de Grupo Cementos de Chihuahua el texto fue editado y producido por la editorial México Desconocido.

Redacción Azteca 21

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