
Tradición “maracatu” gana popularidad en el carnaval brasileño
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Los antropólogos dicen que
los orígenes del ritual son
misteriosos, una mezcla de
distintas tradiciones en que
los danzarines se
caracterizan como guerreros
Foto: Internet
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NAZARE DA MATA.– 1º de Febrero del 2008.- En una choza humilde, lejos de los desfiles deslumbrantes de Río de Janeiro, el carnaval transforma un cortador de caña en un temible soldado de un ejército de parranderos con lanza en ristre.
Ataviado con una bandana de colores eléctricos y un poncho tachonado de lentejuelas, Josenildo Estevao da Silva se sumerge en los rituales semirreligiosos del maracatu, una de las muchas tradiciones carnavalescas que empiezan a llamar la atención a medida que los participantes cansados del comercialismo del gran espectáculo de Río empiezan a volcarse a otras celebraciones.
“Cuando termino de vestirme me convierto en un guerrero. Es un sentimiento muy poderoso'’, afirma Silva, miembro de la Cambinda Brasileira, un grupo de practicantes de maracatu fundado en 1898.
Las celebraciones de las carnestolendas de este fin de semana incluyen fiestas informales y bandas de samba que ocupan las calles y congestionan el tránsito.
La manifestación más visible del carnaval tiene lugar a más de 1.600 kilómetros (1.000 millas) al sur, en Río de Janeiro, donde los desfiles de samba televisados el domingo y lunes entusiasman a los simpatizantes de los grupos competidores con la pasión reservada habitualmente al fútbol.
Pero cada región de Brasil tiene sus propias tradiciones de carnaval.
En los últimos años, un número creciente de curiosos han empezado a buscar otros escenarios en estados como Bahía y Pernambuco, donde predominan los ritmos más telúricos y los participantes no se ven constreñidos a observar desde las tribunas.
Quizás ninguna de estas tradiciones se ha beneficiando tanto del cambio de actitud como el maracatu, un ritual semirreligioso, profundamente secreto, nacido entre los ex esclavos en los ingenios azucareros del estado de Pernambuco, con raíces en las culturas africanas e indígenas.
Los antropólogos dicen que los orígenes del ritual son misteriosos, una mezcla de distintas tradiciones en que los danzarines se caracterizan como guerreros de una tribu india por motivos que no están muy claros.
La música del maracatu consiste en versos improvisados cantados a capella y respondidos por el retumbar de las trompetas, trombones y percusión variada, un sonido muy diferente al de los tambores de las escuelas de samba cariocas.
La tradición del maracatu estaba desapareciendo en la década del 80, y en 1989 sólo quedaban once grupos en el estado de Pernambuco.
Pero entonces se formó una asociación para promover la tradición, y las autoridades reprimieron la violencia de grupos de maracatu que solían atacar a sus rivales para robarles sus disfraces.
El número de grupos creció a 112 al admitir a mujeres y niños. Las mujeres no pueden participar como lanceras, pero pueden asumir los papeles que antes eran desempeñados por varones vestidos de mujer.
El maracatu también recibió impulso de músicos populares como Chico Science y Nacao Zumbi, que se vistieron de lanceros en su video de “Maracatu atómico'’, un gran éxito en MTV Brasil.
Scienca murió en un accidente automovilístico en 1997 después de trabajar para restablecer la conexión musical brasileña con los ritmos tradicionales en vez de la música pop estadounidense.
El éxito de dicho movimiento envió a hordas de residentes pernambucanos de clase media a las zonas rurales y los barrios de tugurios para aprender a la sombra de los maestros semiolvidados, insuflando nueva vida al maracatu y otras tradiciones.
Pero algunos dicen que la creciente popularidad del maracatu está aligerando la tradición.
“Algunos grupos han perdido hoy su vínculo religioso, y muchos de los más jóvenes no respetan más las reglas. Están interesados en la apariencia, pero no tienen interés en mantener el significado del ritual'’, dijo Sumaia Viera, investigadora de culturas tradicionales en la Universidad Federal de Pernambuco.
Los mismos grupos mantienen el secreto de sus preparativos espirituales, que incluyen abstenerse de relaciones sexuales durante dos semanas y beber pociones especiales, incluyendo una elaborada con brandy de caña de azúcar y pólvora.
Pero de todos modos muchos partidarios del maracatu saludan a los nuevos miembros.
“Si nos ponemos exigentes acerca de quiénes van a bailar, no vamos a conseguir muchos'’, explica Manoelzinho Salustiano, vicepresidente de la Asociación de Maracatus Baque Solto, de Pernambuco.
Dijo que los veteranos enseñan los rituales a los novatos, y que “mientras más aprenden, más se interesan'’.
Ese fue por cierto el caso de Camara Kambon, músico y compositor de Los Angeles que se unió al grupo Piaba de Ouro.
“Vi el disfraz y me interesó. Primero quise comprar uno, pero el maestro me preguntó si yo quería confeccionarme uno propio, y eso es lo que estoy haciendo'’, agregó Kambon.
“Es algo muy personal'’.